Se acercan las navidades: ¿estamos obligados a ser felices?
Cada año llega antes. Luces, anuncios de perfumes, juguetes, gente que se muestra muy feliz, etc. Pero... ¿estamos realmente obligados a entrar en esta corriente de buenrollismo consumista si en el fondo no nos sentimos bien? La respuesta es no.
Tampoco es cuestión de convertirnos en el Grinch, ese personaje que odiaba las navidades con toda su alma… pero tenemos derecho a escucharnos y a actuar en consecuencia.
Hay muchos motivos por los que podemos sentir rechazo a estas fiestas. Por la ausencia de algún ser querido, porque te toca trabajar, porque estás lejos de casa, porque simplemente no comulgas con lo que nos quieren vender como “Navidad”. Nada de esto es un problema grave en sí, pero combinado con la presión social, nos puede sumir en un leve estado depresivo.
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Consejos para pasar unas navidades emocionalmente sanas
Está claro que el simple hecho de que exista la Navidad no significa que tengamos que vivir estas fechas sintiéndonos en la cúspide de la felicidad. A la vez, también resulta evidente que no podemos andar alimentando nuestras frustraciones por estar muy lejos del ideal “espíritu navideño”. En el equilibrio está la virtud, como siempre; lo único que ocurre es que en esta festividad hay muchos elementos tradicionales y culturales con una fuerte carga emocional: las cenas en familia, los brindis por los que no están, los regalos...
A continuación veremos unos consejos para pasar de la mejor manera las navidades:
1. No sientas la obligación de participar en los eventos
Si hay cosas que realmente no te apetecen nada pero hay una cierta presión social que te empuja a realizarla, corta por lo sano: anula los efectos de esa presión social comunicando a los demás, de manera asertiva, por qué no quieres participar en ciertas cosas. Si lo haces de una manera en la que quede claro tu punto de vista, es muy probable que lo entiendan, sobre todo si durante el resto del año tiendes a ser una persona que disfruta de participar en eventos sociales comparables.
Eso sí, en el caso de los eventos familiares, ten en cuenta que estos tienen una carga simbólica especial y que en los más importantes tu ausencia puede ser interpretada como una señal de que algo no va bien. El grado en el que logres “independizarte” de estas tradiciones depende de tu habilidad comunicativa.
2. Hazte un regalo
Nunca está de más aprovechar los días de Navidad para hacerte un pequeño obsequio, dado que en estas fechas hay muchas novedades que salen a la venta. Es una manera de darle la vuelta a una de las ideas de la Navidad; en vez de entrar en la lógica de la competición de regalos, inviertes en un recordatorio de que tu bienestar y tu autoestima también cuentan.
Siempre que no caigas en una espiral de consumismo y mantengas fija tu atención en el objetivo de darte un pequeño capricho, todo irá bien. Cuanto más personal y significativo para ti sea un auto-regalo, más fácil será dejar aparcada la obsesión por comprar por el simple hecho de comprar
3. Comparte tu tiempo con los tuyos, si lo deseas, en la medida que te plazca, y puedas
Otro consejo útil para hacer tuya la navidad y evitar que esta te domine a ti es crear tu propio calendario de eventos y animar a tus seres queridos a participar en ellos. Por ejemplo, si en navidades sueles tener más trabajo del normal, propón una cena con los amigos más cercanos en alguna de las semanas posteriores como alternativa a quedar un viernes en el que estarás hasta la hora de cenar rellenando documentos.
4. Ten un bonito recuerdo para los que faltan
Aprovecha para recordar a los seres queridos que ya no están, dado que probablemente tendrás recuerdos de navidades pasadas junto a ellas. Pero si eso te hace sentir mal, no te obligues a ello; cada cosa debe darse a su tiempo.
5. No seas gruñón
Si pierdes demasiada energía expresando tu frustración por el concepto de la Navidad, tan solo harás que esta sea más importante en tu vida, aunque no del modo en el que te gustaría. Cada queja estará reforzando el pequeño ritual de dejar claro tu desagrado por estas fechas, el cual a la vez te mantendrá en ese malestar.
Además, si tu problema es que te frustra ver que los demás no están en contra de la Navidad, este tipo de quejas difícilmente convencerá a alguien que lleva toda su vida disfrutando de esta festividad: los argumentos difícilmente vencen a las emociones.
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6. Y recuerda, el día 7 de enero está a la vuelta de la esquina
La Navidad no deja de ser un conjunto de días; si ampliamos el foco, veremos que técnicamente son una época más del año, como cualquier otra. Es perfectamente posible que al finalizar la Noche de Reyes hayamos atravesado estas festividades sin apenas haberlo notado si hemos elegido no involucrarnos en la tradición. En todo caso, es importante no perder de vista la brevedad de la Navidad y su carácter simbólico y cultural.
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