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​Inteligencia naturalista: ¿qué es y para qué sirve?


La teoría de las inteligencias múltiples dada a conocer por Howard Gardner ha sido, desde que se difundió en los años 80, una de las propuestas de investigación e intervención en psicología que más interés han generado a pie de calle.

En un principio los tipos de inteligencia propuestos por Gardner fueron 7, pero doce años después de la publicación de la obra que los daría a conocer, el autor presentó otro elemento para este listado. Se trataba de la inteligencia naturalista, conocida también como el octavo tipo de inteligencia.

¿Qué es la inteligencia naturalista?

La inteligencia naturalista es la capacidad de categorizar elementos del entorno reconociendo sus diferencias y el modo en el que se relacionan entre sí, y de utilizar esta información de para interactuar con ellos de manera beneficiosa.

El paradigma de este tipo de inteligencia son los naturalistas y exploradores como Charles Darwin o Alexander von Humboldt, capaces de adentrarse en entornos naturales, identificar las distintas especies animales y vegetales, aprenderse las características definitorias de cada una y utilizar esta información en su propio beneficio.

Confusiones alrededor de la inteligencia naturalista

La inteligencia naturalista se presenta a confusiones justamente por la referencia al mundo natural que se hace en su conceptualización.

Mientras que en las definiciones del resto de las inteligencias propuestas por Howard Gardner se pone mucho énfasis en su condición de capacidad para los procesos mentales, la idea de inteligencia naturalista parece darle mucha importancia al tipo de información con la que esta trabaja, y no solo a lo que se hace con esa información. Se explica lo formal de esta inteligencia en tanto que proceso, pero también se habla de los contenidos específicos que trata: aquellos elementos de la naturaleza que hemos de identificar y aprovechar en nuestro beneficio, las particularidades anatómicas de cada una de las plantas y animales que examinamos, etc.

Dicho de otro modo, mientras que sabemos que la inteligencia lógico-matemática se activará siempre que nos planteemos un reto lógico y matemático y que la inteligencia espacial tendrá un papel siempre que concibamos algo que pueda imaginarse en un plano bidimensional o el 3D, parece que la inteligencia naturalista solo trabajará con un tipo de contenidos muy concretos: los que estarían vinculados a los entorno naturales o a todas las formas de vida que provienen de ellos.

Inmersión en el debate natural vs. artificial

Curiosamente, el entender que la inteligencia naturalista se aplica solo a este tipo de contenidos no hace que su conceptualización sea más clara y delimitada, sino que ocurre justo lo contrario.

De hecho, sostener esta noción de lo que es la inteligencia naturalista obliga a relacionar el debate de si la teoría de las inteligencias múltiples es más o menos válido científicamente con otra discusión que no tiene prácticamente nada que ver: la disputa filosófica acerca de qué es lo natural y lo no natural, y en qué sentido estos dos mundos son ontológicamente diferentes entre sí. Por ejemplo, ¿son los distintos tipos de hortalizas algo natural, siendo que han sido profundamente alteradas a lo largo de siglos y milenios de selección artificial? O incluso... ¿son lo que hoy conocemos como especies animales algo natural, cuando muchas de estas categorías han sido establecidas a partir del análisis genético (y por lo tanto, "artificial") de sus miembros y no tanto desde una observación directa de su anatomía?

Esta inmersión en aguas metafísicas hace que no sea demasiado complicado relacionar la inteligencia naturalista con el disfrute personal de los entornos poco alterados por el ser humano o con ideas místicas como la capacidad para empatizar con la vida en el planeta, la sensibilidad a la hora de sentirse uno con la naturaleza, etc.

El papel de lo natural en la octava inteligencia

Sin embargo, y contrariamente a lo que muchas veces se cree, la inteligencia naturalista no hace referencia solo a la flora, la fauna y aquello que encontramos en entornos vírgenes. Parte de esta confusión podría venir del hecho de que en un principio Gardner explicó muy vagamente en qué consistía este nuevo tipo de inteligencia, dedicándole apenas unas líneas, y en ellas no habló tanto de la inteligencia naturalista como de "la inteligencia de los naturalistas".

Las menciones al entorno natural servían para crear una imagen potente que sirviera para ejemplificar en pocas líneas en qué consistía este nuevo concepto. Así pues, aunque Gardner habló sobre la capacidad para llegar a conocer bien el entorno natural, también aclaró que tal y como él la entendía también estaba implicada en el reconocimiento y clasificación de todo tipo de objetos y artefactos: coches, zapatillas...

Es por eso que la inteligencia naturalista estaría definida, más que por ser un reflejo de nuestra capacidad para aprender de entornos naturales, por ser un reflejo de nuestra capacidad de aprender acerca de todo tipo de entornos y de interactuar adecuadamente con los elementos que hay disponibles en ellos.

Validez de la inteligencia naturalista y críticas

Haciendo que el concepto de lo natural pase a segundo plano, la inteligencia naturalista queda al margen de las complicaciones y turbulencias de los dilemas ontológicos naturaleza-artificialidad, pero hay otro problema del que no escapa: parece solaparse con el resto de tipos de inteligencia. O, por lo menos, con la inteligencia lingüística (para conceptualizar los elementos identificados), la lógico-matemática (para entender las jerarquías y categorizaciones) y la inteligencia espacial (para aplicar estos conocimientos en un entorno concreto y en tiempo real).

El problema del solapamiento entre los tipos de inteligencias propuestas por Gardner no viene de nuevo y desde luego no atañe solo a la inteligencia naturalista, sino a la idea nuclear de la teoría de las inteligencias múltiples, según la cual estas son capacidades mentales más aisladas entre sí que unidas formando un todo. Hasta el momento, debido a la falta de evidencias empíricas a favor de las inteligencias múltiples y a la buena salud con la que cuenta la noción de una inteligencia unificada, la adición de esta octava no sirve, por el momento, para reforzar las ideas de Howard Gardner.

Referencias bibliográficas:

  • Gardner, Howard (1998). "A Reply to Perry D. Klein''s ''Multiplying the problems of intelligence by eight''". Canadian Journal of Education 23 (1):

  • Triglia, Adrián; Regader, Bertrand; y García-Allen, Jonathan (2018). "¿Qué es la inteligencia? Del CI a las inteligencias múltiples". EMSE Publishing.