¿Por qué es importante que te hagas cargo de tus emociones?
Tomar conciencia de tus emociones, de por qué están ahí, de qué es lo que te quieren decir y de cómo afectan en tus relaciones, es el pilar para empezar a regular tus emociones y salir de la “montaña rusa emocional”.
En este sentido, la responsabilidad emocional constituye un concepto clave.
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¿Qué es la responsabilidad emocional?
La responsabilidad emocional se trata de asumir el poder que tienes en cómo sientes las cosas, cómo las expresas, y en consecuencia, en cómo actúas. Para eso necesitarás primero comenzar tu viaje de crecimiento personal al entender por qué las sientes así.
Partamos de entender que es lo mismo culpar a otros (ya sean situaciones o personas) de tu malestar, que darles el poder a otros de tu bienestar. Al responsabilizarte de tus emociones puedes encontrar ese equilibrio en tu día a día, sin sentirte indefenso ante lo que te pasa, sabiendo qué es lo que está en tu mano para estar mejor, resistir o superar algo. Decide cómo gestionas tus emociones y cómo responder ante las vicisitudes de la vida.
Sí, estás en lo cierto, muchas veces tendrás razones para sentirte mal y éstas posiblemente te harán sentir que no tienes el control sobre cómo te sientes. Puede que tu pareja no pare de buscarte para discutir, que tu jefe te estrese o que no tener dinero te lleve a una situación de agonía, que el dolor de una pérdida no te dé cuartel.
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¿Cuál es tu papel?
Detrás de afirmaciones como “cada persona se toma las cosas de una manera” o “cambia tu forma de pensar para que te sucedan otras cosas”, lo que hay es una verdad, que es que tienes mucho margen para actuar de otro modo.
Hay y habrá cosas que te pueden afectar y ser como un huracán para ti, pero después de la desesperación, el dolor y la indefensión, incluso pasado el tocar fondo. En este punto solo hay una dirección para ti, ir hacia arriba, ya que en algún momento llega el estar cansado de que la corriente te lleve,y ahí mismo empieza el estar preparado para resurgir desde la responsabilidad emocional.
Sea lo que sea lo que estés pasando, siempre hay una parte que depende de ti para encontrarte mejor. Ahora asume que hay poder en ti y que eres capaz, aunque no lo sientas, de luchar por ti y por tu felicidad.
Mirando en tu interior
Entender por qué te sientes así es como deshacer un nudo de tu espalda que lleva calcificado mucho tiempo de no tratarlo y de no cuidarlo; ya solo te deja un resto de dolor, pero sigue ahí molestando y limitando o determinando tu forma de sentir y actuar.
Si estás acostumbrado/a a escucharte te será fácil mirar en tu interior, en tu historia. Por ejemplo, saber que eres sensible a las críticas te permite no dejarte llevar porque tu jefe te haga sentir inútil, y saber que aunque lo sientas no es así, pues él te está corrigiendo un hecho concreto y aunque toda tu psique se alborote con ese conocido sentimiento de inutilidad sabes que no es así porque ya llevas escuchándole mucho tiempo y sabes que habla sobre tus historias pasadas y cómo te hacían sentir y no sobre tu presente.
En cambio, alguien que no esté acostumbrado a escucharse en esa misma situación se volverá fácilmente vulnerable. Sentirá que el jefe le hace sentir inútil y tomará dos caminos, y ambos tienen que ver en dónde ponemos el foco.
El foco hacia uno mismo
La persona se lo creerá como una verdad confirmada. Una y otra vez le hacen sentir como un/a inútil, y definitivamente será porque tienen razón y no hay nada que haga bien. Intentará corregirse y hacerlo todo muy bien. Se acabará desmotivando a largo plazo, ya que por mucho que se esfuerce no recibe el reconocimiento que se merece, el mundo no le devuelve una muestra de su gran valía.
El foco hacia el exterior
La persona termina culpando a otros, seguramente criticando al jefe y hablando de lo difícil que le hace la vida, y que está harto/a y se siente poco valorado/a. Seguirá sintiéndose mal, pero no hará nada para corregirlo En el corto plazo esta persona dejará de esforzarse porque al no darse cuenta del punto intermedio de la situación no siente que sirva de nada hacerlo bien.
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Al responsabilizarme voy asumiendo el control
Como hemos visto, si te escuchas, empiezas a entenderte, y eso te va permitiendo asumir el control. Asumir el control con respecto a cómo te sientes y por qué sin caer constantemente en proyectar tu control fuera o en la indefensión de sentir que no tienes ningún poder sobre la situación. Proyectas en los demás o en las situaciones al hacerles absolutamente responsables de cómo te hacen sentir, así también te haces cargo de los sentimientos de los demás como si tuvieras una varita mágica para salvar o solucionar el sufrimiento ajeno. Cada uno acepta lo suyo a la par que acepta su poder para cambiar cómo ésta carga emocional le afecta.
¿Qué hacer?
Según un estudio llevado a cabo en el departamento de neurociencia cognitiva del College London, para mejorar tu salud psicológica debes dar forma a una adecuada responsabilidad emocional para poder asumir el control de las cosas que te suceden y no sentirte a la deriva.
Es el momento de aprender que el hecho de decir "tú me enfadas" o "no puedo hacer nada ante esta situación" es un callejón sin salida. Gestiona tus sentimientos desde la alegría hasta la rabia; al responsabilizarte de tu parte abres el camino a escucharte, pues las respuestas y el poder están en ti y en tu capacidad de decidir actuar de otro modo.