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Por qué deberías utilizar la creatividad como recurso en psicoterapia


El principal objetivo de la terapia es ayudar a superar el estado de parálisis, y recomponer los recursos disponibles del individuo. En este sentido, la creatividad es una propiedad integrante y característica de los seres humanos por la predisposición a generar lo inédito.

Así pues, la creatividad es un recurso en psicoterapia que no se limita al área de las artes, sino que se refiere a la expresión de comportamientos claves que diferencia al ser humano.

El trauma es un obstáculo para la imaginación

El trauma aparece cuando la experiencia subjetiva alcanza tal intensidad que produce una experiencia inadmisible, o bien, requiere capacidades de procesamiento no disponibles en el sujeto.

Entre otras consecuencias, el trauma parece bloquear la expresión creativa y generativa de su propio desarrollo. El trauma puede estar oculto a simple vista, y aparecer en formas no verbales e imprevistas, que cómo terapeutas se deben observar en la respuesta de la persona, para determinar si se ha podido integrar o no la experiencia. La integración afecta a todos los niveles, y tiene lugar cuando los hemisferios cerebrales izquierdo y derecho se comunican y establece paralelismos entre pensamientos y sensaciones somáticas.

En su teoría gestalt, Daniel Stern propuso la dinámica denominada forma de la vitalidad. Con estas formas se refiere a dimensiones básicas que pueden asumir una caracterización creativa, ya que el desequilibrio es un signo de vitalidad, algo necesario para crecer y desarrollarnos. La vitalidad favorece muchas formas activas y presentes en la vida cotidiana, en el desarrollo psicológico y en numerosas expresiones artísticas.

El uso de la creatividad en psicoterapia puede ser la base para la reelaboración del trauma a través de reconocer los recursos no activados aún que dispone el individuo. La creatividad surge de la integración de nuestro hemisferio izquierdo con el hemisferio derecho; la creatividad integra aspectos opuestos de nuestra mente, y como resultado la mente se inclina hacia la vitalidad, flexibilidad y resiliencia.

La habilidad de imaginar

Una de las habilidades diferenciadoras más significativa de los humanos es la imaginación. Durante la psicoterapia, la conducción por la experiencia traumática se realiza a través de la estimulación de la imaginación del paciente. Se establece un diálogo entre las vivencias y la imaginación. Así, los psicólogos pueden utilizar el proceso creativo terapéutico para liberar y fomentar la creatividad en el paciente durante el trascurso terapéutico.

Emociones positivas y creatividad

Las emociones, incluso las negativas, desempeñan una función adaptativa en el ser humano. Una emoción constituye una respuesta afectiva transitoria que predispone a realizar una acción concluyente a ella. Las emociones positivas se pueden definir como las que poseen funciones adaptativas porque facilitan la efectividad de las respuestas a los estímulos que se presentan, y promueven el crecimiento y bienestar.

Las emociones positivas modifican la manera en la que se procesa la información facilitando la creatividad. Esto explica por qué las personas en un humor positivo son capaces de evaluar una situación de manera más amplia y positiva, y tomar decisiones más beneficiosas para su bienestar.

Las emociones positivas tienen influencia en los procesos cognitivos y la flexibilidad cognitiva, que como se ha visto, es indispensable para la resolución de problemas. Se puede definir “flexibilidad cognitiva” como la capacidad de adaptarse a diferentes requerimientos o cambios (Isen, 2002) que por la plasticidad construyen nuevas redes neuronales.

Resolución de problemas

Teniendo en cuenta la relación entre emociones positivas y resolución de un problema, se puede obtener un método con el cual el terapeuta puede ayudar al paciente a lograr el cambio deseado fomentando la creatividad y flexibilidad cognitiva en la búsqueda de nuevas soluciones, dar nuevos significados a sus contextos y mejorar su calidad de vida y sentido de felicidad.

Las emociones positivas aumentan el interés y la curiosidad propiciando mayor flexibilidad para pensar en cómo mejorar la vida en el futuro, incluyendo nuevas ideas que, de otra manera, podrían haberse desestimado.

No obstante, se debe evitar sobrevalorar las emociones positivas, ya que pueden perder su efecto organizador de significados. En psicoterapia, tanto la gestión de tanto las emociones positivas como las negativas requiere de un especial cuidado y de una estrategia de trabajo para el éxito del proceso terapéutico.

Teniendo en cuenta que los procesos cognitivos producen emociones mediante representaciones mentales, y a su vez las emociones producen representaciones mentales, cabe destacar la habilidad terapéutica de lograr que el paciente pueda construir una historia alternativa a la original realizando nuevas connotaciones positivas.

Mientras que la situación-problema lleva a generar una serie de pensamientos anticipatorios negativos, las emociones positivas incrementan la flexibilidad cognitiva, lo que permite mayor creatividad, empatía, comprensión, capacidad asociativa, elección de alternativas para la resolución de problemas y motivación, y entre otros factores.

El terapeuta creativo

El terapeuta Joseph C. Zinker (1934) define al psicoterapeuta como una "persona que utiliza su capacidad de invención para ayudar a la gente a modelar su vida". La psicoterapia es un encuentro creativo entre dos personas: terapeuta y paciente.

De este modo, la creatividad hace más adaptativo el proceso psicodinámico permitiendo:

  • Descubrir el mundo emocional del paciente, ser más sensible y receptivo.
  • Hallar lo que estaba ignorado o escondido.
  • Realizar conexiones y relaciones entre distintos elementos.
  • Incentivar la curiosidad y la reflexión.
  • Confrontar inseguridades desde la espontaneidad
  • Reelaboración del trauma a través de reconocer los recursos no activados

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Dentro del ámbito terapéutico, la creatividad es un recurso que permite la exploración espontánea de un suceso, el acercamiento y el acompañamiento en la compresión del mundo emocional y procesos cognitivos del paciente. Por otro lado, la creatividad permite al paciente externalizar lo que vive sin necesidad de utilizar palabras. Es un acto liberador que lo enriquece y lo acerca a los demás.

La creatividad es una capacidad intelectual innata al ser humano, que permite la adaptación a los diferentes contextos y experiencias subjetivas, que se puede fomentar con ejercicios simples y fáciles de aplicar, con técnicas de escritura, dibujo y pintura, modelado con arcilla, música y juego.

Una terapia creativa puede consistir en directivas donde el terapeuta determina las actividades o tema a desarrollar, materiales o técnicas con las que el paciente pueda crear. O no directivas, dejando libre al paciente de elegir materiales, técnicas y tema a desarrollar su proceso creativo. Y por último, semi-directivas, donde se dan instrucciones mínimas, para que sea el paciente quien complete el proceso creativo (Moreno, 2007).

Referencias bibliográficas:

  • Weber, C., 2021. Creatividad y trauma: pars construens en la psicoterapia psicoanalítica. cpm, (38), pp.29-31.
  • Ceberio, M & Rodríguez, S. (2020). El “Start Point” en psicoterapia: Emociones positivas, creatividad y resolución de problemas. Teoría y Práctica: Revista Peruana De Psicología CPsP-CDR-I, 2(2), e30.
  • Stern, D. (2010). Forms of vitality: Exploring dynamic experience in psychology, the arts, psychotherapy, and development. Oxford: University Press.