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¿Qué puedo aprender del trastorno narcisista de la personalidad?


¿Es posible alcanzar una mejoría en cuanto al bienestar emocional fijándome en la conducta del narcisista? ¿Hay algo que debería aprender sobre el narcisismo patológico para mejorar en mi propia vida?

En este artículo veremos cuáles son las principales características de esta alteración psicológica y qué enseñanzas podemos extraer de ella.

¿Qué es el trastorno narcisista de la personalidad?

Los individuos con trastorno narcisista de personalidad se caracterizan por tener un claro sentimiento de grandiosidad, la característica de creerse superiores a los demás, así como por presentar una necesidad de admiración y atención por parte de otros, junto a una falta de empatía.

Estos rasgos pueden estar presentes por tanto en sujetos “normales”, pero no todo el mundo con características narcisistas presentará este trastorno. Será necesario tener en cuenta la presencia o no de alteraciones funcionales, malestar, inflexibilidad y estabilidad del comportamiento.

La quinta edición del manual diagnóstico de la asociación de psicólogos americanos (DSM 5) clasifica los trastornos de personalidad en 4 grupos. El trastorno narcisista de la personalidad (TP narcisista) se encuentra dentro del grupo B, junto al trastorno de personalidad límite, el trastorno de personalidad antisocial y el trastorno de personalidad histriónico. Este grupo se caracteriza por presentar rasgos emotivos, dramáticos e inestables.

En concreto, el TP narcisista se da en personas con sentimiento de grandiosidad tanto en la imagen como en el comportamiento, necesidad de admiración y falta de empatía.

En cambio, la clasificación internacional de enfermedades (CIE 10) perteneciente a la OMS, no clasifica el TP narcisista junto a los trastornos específicos de personalidad sino dentro de otros trastornos específicos de personalidad.

Criterios diagnósticos del trastorno narcisista

El TP narcisista aparece por primera vez clasificado dentro del DSM-III, aunque anteriormente el término narcisista ya había sido utilizado dentro de la corriente psicoanalista.

El DSM 5 lo describe como un patrón dominante de grandeza, de necesidad de admiración y falta de empatía, que del mismo modo que los otros trastornos de personalidad, comienza en las primera etapas de la vida adulta y presentándose en distintos contextos y afectando de manera moderada o grave a la funcionalidad de la personalidad del individuo. Una característica definitoria de los trastornos de personalidad es la inflexibilidad y estabilidad en el tiempo de su personalidad, presentando pocas variaciones.

Para ser diagnosticado de TP narcisista, se tienen que cumplir cinco o más de los siguientes criterios diagnósticos: muestra sentimiento de grandeza y prepotencia; está absorto por fantasías de éxito, poder, brillantez…; cree que es “especial” y único y solo puede relacionarse con personas que también lo sean; necesita excesivamente que lo admiren; presenta un sentimiento de privilegio, cree que tiene que ser tratado de manera favorable y complir de forma automática sus expectativas; es explotador, se aprovecha de los demás; carece de empatía; envidia a los demás y cree que lo envidian; es arrogante.

Narcisismo patológico

El sentimiento y creencia de grandiosidad, de ser el mejor, de ser especial, puede comportar a la larga frustración y decepción, ya que estas personas no ven reafirmadas estas características. Esto puede generar un estado de ánimo depresivo, un estado de ánimo hipomaniaco o incluso un trastorno depresivo mayor.

Además, en el trastorno narcisista las relaciones con los demás se encuentran alteradas, ya que las personas que desarrollan esta alteración no muestran interés por los otros, solo los quieren para que reafirmen su grandiosidad e incrementen su autoestima, presentando una conducta explotadora, aprovechándose de los demás para cumplir sus propios fines. Del mismo modo, en el ámbito laboral también pueden tener alteraciones ya que para evitar una posible frustración esquivan situaciones de comparación o competición.

Epidemiología y curso del trastorno

La epidemiología hace referencia a la prevalencia, porcentaje de individuos que presentan el trastorno en la sociedad. En referencia al trastorno narcisista, el DSM 5 apunta a una prevalencia entre 0 a 6,2% de la población, presentándose en mayor medida en hombres respecto a mujeres, con un porcentaje de entre 50 y el 75% de los casos.

Como ya apuntamos anteriormente, los rasgos narcisistas también se pueden presentar en población normal, siendo una característica típica en adolescentes. En concreto veremos que los TP presentan más dificultad para adaptarse, mostrando desde el inicio limitaciones físicas y ocupacionales vinculadas al envejecimiento.

En la clasificación de la gravedad de los trastornos de personalidad, el TP narcisista se encuentra dentro de los de gravedad leve, junto al trastorno de personalidad histriónico, el antisocial y el dependiente.

Modelo alternativo del DSM 5

El DSM 5 ha presentado en la sección III una nueva clasificación diagnóstica de los trastornos de personalidad, dando más importancia a la funcionalidad del individuo en la vida cotidiana y introduciendo una medida más dimensional, clasificando las puntuaciones de personalidad en un continuo, de moderado o mayor desajuste.

En el caso concreto del TP narcisista, este presenta rasgos desadaptativos en el dominio antagonista, relacionado con el sentimiento de autoimportancia, expectativa de trato especial, y cruel antipatía, entre otros. Para cumplir criterios diagnósticos tiene que presentar rasgos patológicos de grandiosidad y de búsqueda de atención, querer ser el centro de atención y ser admirado.

Su relación con los 5 factores de personalidad

Distintos autores han intentado asociar o relacionar los trastornos de personalidad con los rasgos o factores típicos de personalidad presentes en la población general. En relación con el TP narcisista, las personas que lo desarrollan presentan con más alta probabilidad una baja amabilidad, medio-alta responsabilidad y un bajo neuroticismo autoinformado; esto quiere decir que ellos refieren ser poco ansiosos.

¿Qué podemos aprender del trastorno narcisista de la personalidad?

Ahora que hemos visto a grandes rasgos qué es el trastorno narcisista de la personalidad, toca preguntarse si es posible aprender de él ideas clave que ayuden a mantener un buen nivel de bienestar emocional. Veamos varias ideas clave al respecto.

1. Los problemas de autoestima no solo son por falta de esta

Como vemos, tener un problema relacionado con la autoestima no siempre implica creerse menos de lo que uno realmente es. En ocasiones, una autoestima demasiado inflada puede tener el efecto paradójico de que puede “pincharse” con facilidad, dando lugar rápidamente a muchas inseguridades; y en otros casos, puede exponer a la persona a situaciones demasiado arriesgadas o peligrosas.

2. La autoestima es un fenómeno psicosocial

Por otro lado, el trastorno narcisista de la personalidad también muestra que la autoestima no es un elemento psicológico “privado” y restringido a lo que ocurre dentro del cerebro de la persona. Está constituido por muchas dinámicas sociales, que influyen en ella y le dan forma constantemente.

3. El autoconcepto puede llevarnos a percepciones sesgadas con facilidad

Otra enseñanza que podemos extraer del trastorno narcisista de la personalidad es que desajustes en el concepto del “Yo”, o autoconcepto, puede dar lugar a alteraciones significativas en nuestro comportamiento y en todos los aspectos de la vida. Estar equivocados sobre otros conceptos no tiene por qué reflejarse en nuestros actos de manera constante, pero la idea del “Yo” está en el centro de casi todo lo que hacemos y decimos.