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LEGO y los beneficios psicológicos de construir con piezas


Las piezas LEGO y su construcción son una gran herramienta para externalizar el propio sistema de creencias y emociones, pues el individuo entra en contacto con el conocimiento más implícito de su persona y su presente.

La construcción de las piezas de LEGO y la inteligencia emocional

Este proceso de libre construcción tienen un efecto positivo a la hora de desarrollar la Inteligencia emocional y también es una herramienta que se emplea en psicoterapia y el coaching empresarial.

En la siguiente entrevista, Mª Teresa Mata, psicóloga colaboradora del Instituto de Asistencia Psicológica y Psiquiátrica Mensalus, nos presenta esta herramienta como una de las nuevas aliadas del entrenamiento de la inteligencia emocional.

¿Cómo ha irrumpido Lego en el mundo de la Psicología y el Coaching?

Actualmente, las dinámicas basadas en la representación de ideas a través de la libre construcción por medio de piezas Lego o similares, se ha convertido en una fantástica herramienta de trabajo dentro del mundo del coaching empresarial. Estudios recientes han demostrado su eficiencia al comprobar el elevado nivel de información que generan, una información rica en contenido y estructura altamente útil para la resolución de todo tipo de conflictos. Concretamente, el Método LEGO® Serious® Play® es el método que, en este sentido, ha dado la vuelta al mundo.

Por otro lado, desde el entrenamiento/coaching de la inteligencia emocional, hemos descubierto en este método un nuevo instrumento de trabajo que, igual que el resto de técnicas externalizadoras, promueve la imaginación y da rienda suelta a la creatividad, convirtiéndose así en el perfecto aliado para fomentar el autoconocimiento, la autoexpresión, la proyección de retos y la capacidad objetiva, además de ciertas habilidades sociales como la empatía.

¿Qué sucede cuando empezamos a construir?

Con las construcciones se establece una conexión a otro nivel. La liberación de la imaginación y la creatividad está íntimamente relacionada con el uso de las manos. Cuando entran en juego las manos ponemos en marcha todo un conjunto de procesos mentales que permiten acceder al conocimiento más profundo. De este modo conseguimos promover la comunicación a otro nivel (tanto la comunicación con uno mismo como con los demás).

Cuando esta técnica la trasladamos a un sistema (un equipo de trabajo, una familia, un grupo taller), se hace visible mucha información: cada individuo ofrece una pequeña muestra sobre cuál es su percepción del mundo. Esto pone sobre la mesa distintos puntos de mira de un modo rápido y visual, y promueve el diálogo y la capacidad empática tal y como comentábamos.

Debe ser increíble el feedback que se genera en una sesión cuando aflora tanta información, ¿no es verdad?

Cierto. Esta es una de las grandes ventajas de utilizar técnicas que activan mensajes a través de la creatividad y la asociación: los mensajes que aparecen son frescos, repletos de ingenio y sabiduría, detalles que, desde otros modelos de procesamiento, difícilmente saldrían a la luz.

Muchas veces, la información que pasa desapercibida a diario, puede convertirse en la propulsora de opciones desconocidas y soluciones no intentadas. Este es un trabajo que, desde el entrenamiento de la inteligencia emocional, especialmente promovemos:

“Qué conocimiento poseo y a qué conocimiento no le saco partido”/ “Qué conocimiento se despierta en mí cuando veo y escucho el conocimiento de los demás”.

¿Qué más nos puedes explicar sobre esta metodología y el trabajo que se realiza desde el Coaching y la Psicoterapia?

A través de la creación con piezas de construcción, sin darnos cuenta, las barreras inconscientes que afloran en la interacción social disminuyen, permitiendo así que surjan conversaciones inteligentes que ayuden a las personas a conectar con su conocimiento y el conocimiento de los demás.

En los talleres esto lo ponemos en práctica, por ejemplo, a través de la formulación de una pregunta “movilizadora”. Una vez planteada la cuestión, los participantes dejan fluir su capacidad resolutiva. El siguiente paso consiste en convertir dicha información en palpable a partir de la construcción con piezas. Los resultados son increíbles. La metodología rescata información que, habitualmente, está “fuera de uso”. El hecho de exponer, ordenar, y validar dicha información dentro de un marco de entrenamiento de habilidades, genera un elevado nivel de introspección e insight (darse cuenta de).

En definitiva, ¿cuál es la relación del entrenamiento de la inteligencia emocional y la construcción con piezas LEGO?

Desde la Inteligencia emocional buscamos sintetizar lo complejo, expresar lo abstracto, palpar lo invisible, concretizar lo volátil. Buscamos un modo de simplificar los procesos y obtener información “poderosa” con el fin de facilitar su uso y aumentar la eficiencia en nuestras acciones.

El entrenamiento de la inteligencia emocional a través de la construcción libre inspirada como respuesta a una pregunta movilizadora, tal y como explicábamos, acelera la obtención de información útil. Ello lo consigue a partir de fomentar procesos que conectan con el conocimiento implícito de la persona, un conocimiento que se ha asentado a lo largo de su recorrido vital.

Con las piezas LEGO y las figuras que complementan los escenarios creativos, cada usuario construye, proyecta y observa, se convierte en el espectador de su propia creación, una posición privilegiada puesto que permite tomar distancia del posible conflicto y hacer uso de la información de un modo más inteligente. Así mismo, en los talleres, cada uno es espectador de las creaciones de los demás, hecho que aporta multitud de ideas y opciones.

Y las ideas de unos y otros, aún vivir conflictos distintos, ¿sirven para todos?

Este es el punto más interesante del trabajo de externalización en inteligencia emocional. Es muy revelador cuando, al final de una sesión de construcción libre, los participantes adoptan vías de solución fruto del conocimiento extraído de otras experiencias ajenas, no solo propias. Para que esto sea posible, la clave está en la formulación de la/s pregunta/s movilizadoras.

Nuestro gran reto siempre se basa en plantear una incógnita común para todos, aunque las experiencias y los contextos vitales sean distintos; con ello conseguimos un elevado nivel de conexión grupal y un feedback inteligente emocionalmente.