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¿Es malo hablar solo? La ciencia tiene la respuesta


¿En cuantas ocasiones nos hemos sorprendido a nosotros mismos hablando solos mientras intentábamos resolver algún problema? ¿O hemos realizado alguna broma con algún amigo o compañero de trabajo al que también hemos pillado hablando solo?

Aunque esta costumbre sea objeto de bromas y burlas, o pueda llegar a preocupar a algunas personas, la verdad es que, siempre que no se acompañe de alguna patología como delirios o alucinaciones, hablar solo puede llegar a ser beneficioso para nuestro desarrollo cognitivo.

¿Por qué no es malo hablar solo?

Tradicionalmente hemos percibido el hecho de que en muchas ocasiones los niños hablen solos como algo natural. Sin embargo, cuando esta costumbre se extiende hasta la edad adulta empezamos a percibirlo como algo extraño o patológico.

Pero nada más lejos de la realidad, la explicación a que durante la infancia existe dicha tendencia a hablar solos es conocida como “habla privada”. El habla privada consiste en la expresión oral de nuestros pensamientos y es un hábito sumamente útil y beneficioso para el desarrollo cognitivo.

El habla privada en la niñez es considerada como un mecanismo externo de pensamiento, por lo que favorece el razonamiento y procesos cognoscitivos. Con el paso del tiempo, este mecanismo se internaliza de manera gradual en forma de pensamiento verbal.

Existe un consenso general que respalda la ide de que el lenguaje es esencial para un correcto desarrollo cognitivo, ya que nos otorga un medio para expresar nuestras ideas y cuestiones. Si nos paramos a pensar, cada vez que debemos resolver un problema lo hacemos mediante palabras y oraciones mentales. Por lo que, ¿tan extraño es que estas palabras las expresemos en voz alta cuando estamos solos?

La verdad es que existen un gran número de estudios que otorgan un gran valor a este hábito. Según algunos investigadores, como la psicóloga e investigadora de origen estadounidense Laura E. Berk, el hábito o mecanismo de habla privada no llega a desaparecer nunca. Por el contrario, esta herramienta suele reaparecer en aquellas ocasiones en que debemos hacer frente a problemas o exigencias del entorno que nos resultan muy desafiantes, constituyendo un hábito sumamente efectivo a la hora de desarrollar nuevas competencias y capacidades.

¿Qué beneficios reales tiene?

Tal y como decíamos, conservar el habla privada puede ser realmente beneficioso para nuestro desarrollo cognitivo. Y no solamente durante la infancia, a lo largo de nuestras vidas esta costumbre nos proveerá de herramientas y facilidades para la resolución de problemas.

A continuación, veremos todas aquellas habilidades y mecanismos que pueden verse potenciados por el habla privada:

1. Potencia la memoria

Son muchos los estudios acerca de los procesos de memoria que apuntan hacia la idea de que hablar en voz alta mientras estudiamos o el habla autodirigida expresada mientras realizamos una tarea, mejoran la memorización y favorecen el asentamiento de los recuerdos.

2. Ayuda a reflexionar mejor

Exponer en voz alta nuestras ideas o preocupaciones, así como los razonamientos que de ella se derivan nos ayuda a clarificar estas ideas, así como facilita la creación de estrategias para la resolución de problemas. Si escuchamos aquello que pensamos o decimos nos será mucho más fácil poner estas ideas en orden.

3. Favorece el establecimiento y recuerdo de objetivos

Este punto está muy relacionado con los dos anteriores. Hablar en voz alta, exponiendo nuestros objetivos, nos ayuda a clarificar nuestras metas y fortalece el recuerdo de estas.

4. Es una guía de actuación

Hablar en voz alta con nosotros mismos mientras realizamos actividades que requieran de una pauta de comportamientos nos ayudará a interiorizar estos pasos y a aprender con mayor rapidez.

5. Reforzarnos positivamente

Felicitarse a uno mismo por el trabajo bien hecho o los logros conseguidos resulta altamente beneficioso para la autoestima. Reconocer los propios éxitos y reforzarlos en voz alta puede ser muy recomendable en épocas de mucha exigencia o desafíos, tanto personales como laborales y académicos.

6. Como estrategia de motivación

Otro de los beneficios que nos puede otorgar el hablar solo es el que de motivarnos para hacer cosas que, aunque no tengamos ganas de hacer, resultan obligatorias. Auto-motivarnos y alentarnos puede hacer que nos cueste un poco menos llevar a cabo todas aquellas actividades que en un principio nos parezcan poco atractivas.

7. Favorece el desarrollo de la inteligencia

Algunos estudios recientes señalan la posibilidad de que el habla privada o hablar solo puede favorecer la creación de nuevas conexiones neuronales. Esto significa que hablar solos puede potenciar la capacidad de nuestro cerebro para desarrollarse y, por lo tanto potenciar las funciones y facultades de este.

8. Otros beneficios

Además de todos los beneficios nombrados anteriormente, hablar solo puede sernos de gran provecho para otras muchas cosas. Entre ellas se encuentran:

  • Disminuir los niveles de ansiedad y estrés.
  • Favorece la creatividad.
  • Pone en relieve los pensamientos irracionales y nos ayuda a modificarlos.
  • Favorece la organización del pensamiento.
  • Pone los conflictos o problemas en perspectiva.
  • Favorece la toma de decisiones.

Entonces, ¿cuándo hay que preocuparse?

No podemos negar que existen ciertos casos en los que hablar solo puede constituir un síntoma de trastorno mental. Sin embargo, en estas ocasiones la persona suele experimentar muchos otros síntomas que revelan la existencia de un desorden psiquiátrico.

En los casos de psicosis, la persona no solamente habla sola, sino que este síntoma va acompañado de otros como los delirios, alucinaciones o alteraciones del comportamiento. En estos trastornos, es posible que la persona hable sola en respuesta a una serie de alucinaciones auditivas; por lo que la persona no estaría hablando consigo misma sino con su propia alucinación. A diferencia del habla privada, estos discursos de caracterizan por ser incomprensibles y carentes de toda lógica.

De la misma manera, otro caso en el que el habla privada resulte nociva es en aquellas situaciones en las que la persona la utiliza para menospreciarse o transmitirse mensajes negativos. Esta manifestación en voz alta de ideas y pensamientos negativos puede derivar en estados de ansiedad y depresión.

Por lo tanto, hablar con uno mismo no tiene porqué ser considerado como algo anormal, una patología o un síntoma de trastorno mental siempre y cuando no vaya acompañado de otros síntomas y no interfiera en el funcionamiento normal de la persona.