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Síndrome de la bata blanca: síntomas, causas, y qué hacer ante él


Es frecuente acudir a nuestro centro de salud mental más cercano para hacernos un chequeo rutinario. Allí los médicos y enfermeros nos tomarán las constantes vitales, como la temperatura, el pulso, la frecuencia respiratoria y, también, la presión arterial.

A algunos les pasa que, al entrar en un hospital, se ponen malos, muy nerviosos. Tienen tantos nervios que su presión arterial sube momentáneamente tanto que los valores son los propios de una hipertensión.

A este fenómeno se lo conoce como síndrome de la bata blanca y es muy importante tenerlo en cuenta a la hora de diagnosticar y tratar a pacientes, pues supone el riesgo de tratar una hipertensión que, en realidad, no es real.

¿Qué es el síndrome de la bata blanca?

El síndrome de la bata blanca o hipertensión de la bata blanca es una condición en la que se produce un aumento transitorio de la presión arterial cuando el paciente se encuentra en un entorno sanitario, como un hospital, clínica o sitio ambulatorio, con profesionales “de bata blanca”. Se cree que esta condición afecta a cerca del 30% de la población general.

En los espacios que se da es habitual que se midan las constantes vitales básicas, precisamente para poder detectar si hay algún problema de salud, como la temperatura, el pulso, la frecuencia y la presión arterial.

De primeras, el síndrome de la bata blanca puede parecer poco importante e, incluso, con cierta jocosidad. Representa la situación clásica de un paciente, hombre o mujer, que está tan nervioso por estar en el hospital que sus nervios hacen que la presión arterial suba hasta las nubes. No obstante, lo que no es nada gracioso es el riesgo de que se trate como hipertensión lo que, en realidad, no es más que algo puntual.

Si el médico o enfermero no tiene en cuenta la posibilidad de que el paciente sufra del síndrome de la bata blanca, se puede dar un falso positivo de hipertensión. Cierto es que, de normal, podría ser que ese paciente tuviera hipertensión y necesitará tomar medicación pero, ¿y si no es así? ¿Y si sus niveles son normales cuando está lejos del hospital? En ese caso se corre el riesgo de medicar a un paciente que está sano o darle unas dosis de medicamento superiores a las que necesita.

Lo habitual es que las personas con síndrome de la bata blanca sean normotensas, es decir, que sus niveles habituales de presión arterial no estén elevados y, por lo tanto, no requieran de ningún tratamiento para la hipertensión, pues simplemente no tienen ese problema.

Causas

La explicación detrás de la aparición de este curioso fenómeno es que hay personas que se sienten muy incómodas cuando están en espacios sanitarios.

Interpretan el lugar como un entorno amenazante, aunque sepan racionalmente que están seguros y no tiene por qué pasarles nada. No obstante, su cerebro no lo ve así, y manda una señal de alarma a todo el organismo. Esto provoca un incremento en varias constantes vitales, entre ellas las que precisamente los médicos y enfermeros miden, como la presión arterial.

En algunos pacientes, que un médico les tome las constantes vitales hace que se incrementen por sí solas. Naturalmente, esto depende mucho de la predisposición negativa del paciente, de si está más o menos nervioso que de normal, o si percibe el hospital como un lugar donde se reciben malas noticias y se preocupa por lo que le pueda decir su médico.

Otros factores que influyen en la aparición del síndrome de la bata blanca son:

  • Ansiedad
  • Depresión
  • Miedo o temor
  • Miedo a la muerte o tanatofobia
  • Hipocondría
  • Reacción ante el expertez del especialista (médico o enfermera)
  • Estrés
  • Ambiente negativo
  • Instrumentos para medir la presión arterial mal calibrados

Causas del síndrome de la bata blanca

Diagnóstico

El síndrome de la bata blanca se diagnostica cuando el médico o profesional sanitario se dé cuenta de que los valores de presión arterial del paciente tomados en el centro sanitario no se corresponden con los habituales. Es decir, si el médico descubre que la presión arterial del paciente suele ser más baja cuando no está en el hospital, se debería considerar la posibilidad de que el paciente haya estado muy nervioso cuando se le tomó esta constante, tanto que hizo que se identificara como una hipertensión.

Teniendo en cuenta las propias características del síndrome, puede parecer complicado saber si el paciente tiene este problema. La realidad es que es bastante sencillo. Lo que se debe hacer es que el paciente realice medidas de su presión arterial en su domicilio, siguiendo los consejos de los expertos. Si lo hace en su casa, con calma, sin ruido y a una temperatura agradable, es más probable que obtenga valores de presión arterial más acordes con la realidad, al margen de si son saludables o indicativos de hipertensión.

Si los niveles en casa se corresponden con los considerados normales pero los tomados en el hospital son claramente muy superiores, es bastante probable que que el paciente tenga el síndrome de la bata blanca o que el día que fue al hospital se puso nervioso por el hecho de estar ahí. Es una persona normotensa, aunque los aparatos usados por el médico digan lo contrario.

¿Qué hacer y cómo medirse bien la tensión?

Por último, no queremos cerrar el artículo sin dejar claras algunas de las recomendaciones generales para la correcta medida de la presión arterial, tanto si es en casa como si se recurre al entorno hospitalario. Hay ciertos aspectos que pueden parecer de poca importancia, pero que son precisamente los que marcan la diferencia entre un falso diagnóstico de hipertensión y uno verdadero, ocasionado por problemas de presión arterial reales.

Hay detalles que pueden hacer que los valores de presión arterial se vean incrementados, el más obvio el de tomar la medida en un momento de sumo nerviosismo o ansiedad o si se está padeciendo algún tipo de dolor físico.

Se recomienda no fumar como mínimo la media hora antes y tampoco tomar bebidas estimulantes (café, té, cola, bebidas energéticas…). No se debe realizar actividad deportiva la hora antes de tomarse la tensión y es muy importante orinar antes de la prueba, pues tener ganas de miccionar puede alterar los resultados.

Estas recomendaciones son útiles tanto cuando la medida se haga en casa como en el centro sanitario. Teniendo en cuenta que las farmacias son espacios de salud en donde no se limita tanto el tiempo que el paciente puede permanecer en ella, a diferencia de los hospitales, es recomendable hacerla en la farmacia habitual, tratando de estar relajados y pudiendo repetirla cuando deseemos.

Si después en casa los valores de presión arterial son normales, no requiere tratamiento, aunque sí es conveniente mantener un estilo de vida saludable. Se debe prestar atención a la alimentación, que sea sana y equilibrada, no abusar de la sal y realizar ejercicio con cierta regularidad.