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Cómo dejar el alcohol y alcanzar la sobriedad (7 claves)


El alcohol es la droga legal más consumida del mundo, y la más normalizada. Lleva miles de años integrado culturalmente en la sociedad, forma parte de la manera en que muchas personas entienden la socialización y la vida en general.

Pero el alcohol es una droga, y es la que más daño produce a las personas que lo consumen y a las que están a su alrededor.

7 consejos para alcanzar la sobriedad

Cada vez hay más personas que se dan cuenta de que necesitan dejar el alcohol y hacerse abstemios, transformar su vida hacia la sobriedad.

Pero dejar el alcohol no es nada fácil, pues vivimos en una sociedad muy alcoholizada, en que el consumo habitual y extremo de alcohol está normalizado. Las personas que se emborrachan y consumen alcohol como modo de vida (y que probablemente sufren dependencia o alcoholismo) son aplaudidas socialmente, mientras que las personas que eligen beber agua en una cena con amigos, muchas veces son penalizadas, se les mira como si fuesen bichos raros.

Llegar a la sobriedad

En este artículo te voy a dar 7 consejos para ayudarte a dejar el alcohol para siempre y empezar a disfrutar de la vida en sobriedad.

1. No esperes hasta tocar fondo

Desgraciadamente, el mundo está lleno de personas que no cambian hasta que se ven obligados a ello. La mayoría de personas que deciden dejar el alcohol completamente es porque ya han sufrido algún problema de salud derivado del consumo habitual (o extremo) de alcohol, o porque han llegado al punto del alcoholismo.

Superar el alcoholismo es posible, pero es difícil, y es mucho más fácil (y sabio) decidir dejar el alcohol por nosotros mismos, antes de que lleguemos al extremo.

Muchas personas toman la decisión de dejar de beber cuando su médico les diagnostica alguna enfermedad (cirrosis, cáncer de colon, alguna enfermedad cardíaca, etc), cuando tienen algún accidente grave por conducir borrachos, o porque su pareja les pone un ultimátum y les dice que si no dejan el alcohol, será el final de su relación.

Lo mejor es dejar de beber antes de que nos veamos obligados porque no tengamos otra opción. Además, dejar el alcohol es mucho más sencillo cuando no hemos desarrollado adicción o una dependencia fuerte, así que cuanto antes, mejor.

2. Toma la firme decisión de dejar el alcohol

Reflexiona sobre el daño que el alcohol te ha hecho a lo largo de la vida. Las resacas, hacer el ridículo, los problemas de salud, el riesgo de accidente, todo el dinero gastado, el daño a tus relaciones, a tu autoestima, a tu ansiedad...

Y después imagínate cómo será tu vida dentro de 10 años si dejas de beber ahora, cómo te sentirás, toda la vitalidad y energía, la salud, y cómo te alegrarás de haber tomado una decisión tan valiente ahora (cuando todavía puedes elegir).

Entonces toma una decisión firme que marque un antes y un después. Empieza a definirte como una persona abstemia, como que no beber alcohol es parte de tu identidad y es algo que no necesitas en tu vida.

3. Entiende para qué bebes alcohol

Las personas usamos drogas como vías de escape de la realidad, como formas de tapar las emociones desagradables, el malestar, y olvidarnos de los problemas o de las situaciones difíciles de afrontar.

El alcohol solo oculta los problemas temporalmente, y además tiene un segundo efecto. Hace que la persona tenga cada vez menos capacidad para afrontar el dolor y el malestar del día a día, porque se vuelve dependiente del alcohol.

Si quieres dejar de beber para siempre, es esencial que entiendas por qué bebes, qué uso le das en el día a día, de qué emociones desagradables o dolorosas huyes en el día a día, qué inseguridades intentas tapar, el vacío que intentas llenar...

El alcohol (como el consumo de cualquier otra droga) ocupa un lugar en la vida de la persona, porque la mayoría se acostumbra a utilizar el alcohol desde la adolescencia, para sentirse más fuerte, con más seguridad, para sentirse una persona más interesante o atrevida.

Necesitamos entender las inseguridades que nos hacen desear el alcohol. Si entendemos nuestra relación con la bebida, nos será mucho más fácil renunciar al alcohol y hacer cambios en nuestro mundo personal para así no volver a necesitar el alcohol nunca más.

4. Aléjate de tus compañeros de bebida

La mayoría de personas que beben mucho, han tenido un entorno que ha reforzado su conducta de beber. Familiares, amigos o parejas que abusan del alcohol con frecuencia, como forma de vida, cuyos planes de tiempo libre giran alrededor del consumo de alcohol o de la borrachera.

Muchas de las personas con las que he trabajado en terapia me han contado cómo se dieron cuenta de que muchas de sus amistades eran tóxicas, en el sentido de que solo quedaban como excusa para beber, y que si no había alcohol de por medio, no eran capaces de compartir nada.

Filtra tus amistades, reconoce cuáles no son amistades reales y que solo giran alrededor del alcohol, y pon una sana distancia. De lo contrario, se convertirán en fuentes de recaída tarde o temprano, porque esas personas seguirán reforzando en tu mente el mensaje de que “el alcohol no es tan malo y lo necesito para sentirme bien”.

5. Recupera tus aficiones saludables

Dejar el alcohol no es fácil, y el alcohol ha cumplido algún tipo de función en la vida de la persona. Por eso, hay que llenar el vacío que deja el alcohol con otras actividades alternativas, aficiones y experiencias placenteras y satisfactorias, que además sean incompatibles con el consumo de alcohol (es decir, que sean saludables).

Volver a hacer ejercicio, disfrutar de la naturaleza, pasar más tiempo con nuestros seres queridos o iniciar proyectos que nos hagan sentir ilusión y ganas de levantarnos por las mañanas. Cuando reforzamos nuestros pilares de bienestar, es más difícil que los malos hábitos se abran camino.

Porque nos harán sentir bien con nosotros mismos, y perderemos la necesidad de usar el alcohol para lidiar con nuestros problemas.

6. Refuerza tu sistema de apoyo social

Pasa más tiempo con las personas que te quieren y que te apoyan, además de personas cuyas vidas no giren alrededor del alcohol. Algunas personas encuentran este apoyo social en grupos de apoyo mutuo contra el alcoholismo. Y es cierto que estos grupos ayudan a muchas personas, pero no son para todo el mundo. Ese apoyo también lo puedes recibir de tu familia, de tu pareja o de otros amigos que no abusen alcohol o que también hayan decidido hacerse abstemios.

7. Pide ayuda a un psicólogo especialista en adicciones

Dejar de beber no es fácil, porque para ello necesitamos luchar contra muchos condicionamientos de nuestra educación y la influencia de una sociedad que normaliza e idealiza el consumo de alcohol. Además, el alcohol es una sustancia adictiva, lo cual solo dificulta más las cosas.

Si estás teniendo problemas para mantenerte en abstinencia, no esperes, contacta con un profesional.

Me llamo Luis Miguel Real, soy psicólogo especialista en adicciones.

Llevo años ayudando a la gente a disfrutar de la vida sin tener que drogarse. Si lo necesitas, puedo echarte una mano para dejar el alcohol y alcanzar la sobriedad. Ponte en contacto conmigo y nos pondremos a trabajar lo antes posible.