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¿Por qué la formación en coaching debe estar orientada a la práctica?


El coaching es un ámbito de desarrollo tan interesante como amplio en cuanto a los temas y necesidades que pueden ser abordadas por esta. Este es uno de los motivos por los que resulta de interés para muchos perfiles profesionales distintos: aporta recursos de análisis e intervención versátiles y variados ante problemas del ámbito empresarial, educativo, del desempeño deportivo, de la gestión de las relaciones personales y de las emociones en la vida privada, etc.

Sin embargo, es precisamente esa cualidad de englobar una gran diversidad de situaciones y retos a resolver lo que hace que se corra el riesgo de iniciarse en coaching lo suficiente como para obtener un título, pero sin haber tenido la ocasión de poner en práctica estrategias y técnicas con la asistencia de profesionales de la psicología, quienes trabajan cada día con personas y saben qué estrategias y técnicas cuentan con una eficacia científicamente validada y cuáles resultan dañinas.

Y es que pasar del mundo de las ideas a la concreción de las acciones específicas no es algo que nos venga dado por el simple hecho de tener un título. Por ello, existen diferencias clave entre los cursos de coaching cuyo principal incentivo es que ofrecen certificaciones, y los programas de formación que capacitan a las personas para usar la técnica del coaching.

Más allá de las ganas de llenar el currículum: la verdadera utilidad del coaching

Hay personas que se plantean formarse en coaching simplemente por el deseo de entrar en contacto con gente que muestra tener ideas interesantes o innovadoras, que cuestionan creencias preconcebidas muy instaladas en el mundo del management. También las hay que se lo proponen simple y llanamente para crear contactos; a fin de cuentas, en muchos Másteres y postgrados que se centran en el coaching atienden profesionales de marcas importantes, cargos altos e intermedios que acuden como alumnos, etc.

Estas razones, perfectamente legítimas, no tienen que ver tanto con las ganas de aprender técnicas hasta un nivel de detalle que permita aplicarlas en contextos reales de trabajo, de rendimiento deportivo o de desarrollo personal; sin embargo, porque existen y están ahí, muchos centros de formación toman nota de ellas y diseñan sus cursos decantándose hacia esas necesidades que tiene que ver más con las dinámicas sociológicas del mundo de las empresas que con el verdadero aprendizaje teórico-práctico del coaching.

Por ejemplo, es totalmente cierto que en una conferencia impartida por el Director de Recursos Humanos de una multinacional pueden surgir muchas ideas reveladoras y ejemplos inspiradores, pero es más complicado que por el simple hecho de escuchar a alguien que no necesariamente se ha formado en las ciencias de la conducta estemos aprendiendo maneras de dar solución a nuestros problemas o los de nuestros clientes.

A fin de cuentas, una de las características del conocimiento científico es su capacidad de ir más allá del dato concreto o la descripción de lo que funciona y no funciona en un contexto muy determinado (por ejemplo, en la empresa en la que trabaja el docente). Desde la ciencia se trata de inferir, extraer información nueva a partir de lo observado, ponerla a prueba, y hacer correcciones de manera sistemática. Y esto va más allá de la simple interiorización de ideas abstractas.

Actitudes y aptitudes en el coaching

Un equilibrio entre lo teórico y lo subjetivo

Así pues, es importante saber que más allá de las formaciones que te ofrecen una formación certificada no oficial, existen cursos que ayudan al psicólogo, al entrenador o al responsable de dirección de equipos y departamentos a capacitarse en coaching a través de una formación asesorada por expertos en la materia, quienes tienen formación universitaria y profesional basada en la Psicología o en las Ciencias de la Conducta en general.

No hay que olvidar que el coaching, en el fondo, reposa sobre la capacidad de reconocimiento y gestión de procesos mentales y patrones de conducta individual o social, y es imposible aprender sobre este ámbito si todo lo que interiorizamos son ideas basadas en la teoría, por un lado, o basadas en lo que un directivo de empresa cree saber acerca de las organizaciones basándose únicamente en su experiencia personal en tres corporaciones.

Entre un nivel muy alto de abstracción que se queda únicamente en ideas demasiado abstractas como para ser puestas en práctica, por un lado, y las extrapolaciones fantasiosas fundamentadas en el “a mí me ha funcionado”, están todos aquellos contenidos investigados y trabajados por la Psicología. La solución a la necesidad de aprender a usar el coaching para abordar problemas y necesidades no es ni el idealismo ni el reduccionismo extremo de la subjetividad.

¿Quieres desarrollar habilidades a través del coaching?

Si te interesa formarte a través del coaching para disponer de más habilidades de gestión emocional, conocimientos sobre el liderazgo de equipos, estrategias de motivación y automotivación y muchos otros recursos útiles en la vida personal y en la profesional, te invitamos a que nos contactes o te informes sobre nuestros servicios de asistencia psicológica y de cursos. Desde UPAD Psicología y Coaching llevamos años atendiendo tanto a particulares como a profesionales y empresas.

Entre estos programas de formación para saber trabajar desde el coaching, cabe destacar nuestro curso online en coaching deportivo, el cual está realizado por psicólogos con amplia experiencia en la Psicología Deportiva y el coaching y consta de tres meses de duración.

Se trata de un curso que parte del coaching ontológico orientado al desarrollo del Alto Rendimiento Deportivo, y está dividido en cuatro partes: una primera etapa de Introducción, y tres módulos en Directrices generales para el conocimiento del Coaching Deportivo, Creencias Funcionales y Disfuncionales, y Técnicas del Coach Deportivo. Además, lo puedes empezar cuando tú quieras.