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​Las dos caras de la dependencia del tabaco


Las ganas de fumar típicas de quien está intentando dejar el tabaco han sido etiquetadas con una palabra genérica: el "mono". Sin embargo, la ansiedad causada por la ausencia del tabaco no puede reducirse a algo tan simple. Entre otras cosas, porque en la adicción al tabaco juegan un papel tanto los procesos químicos que regulan el funcionamiento de nuestro cuerpo como aquellos que son de raíz psicológica y contextual: hábitos, amistades, etc. El síndrome de abstinencia nicotínico. Por este motivo, la dependencia del tabaco es un fenómeno biopsicosocial.

Pensemos, por ejemplo, en las motivaciones de alguien que prueba el tabaco por primera vez. Es muy probable que la experiencia no le guste en absoluto, y sin embargo eso no evitará que decida incluso gastarse dinero en otra cajetilla de tabaco. Durante las primeras caladas la adicción química al tabaco aún no se ha consolidado, pero ya podríamos empezar a hablar acerca de una cierta necesidad psicológica de fumar, que puede tomar varias formas:

  • Todos mis amigos lo hacen.

  • No me gusta estar esperando sin nada que hacer.

  • Lo utilizo para parecer interesante.

  • Siempre me ofrecen cigarros y ha terminado por despertar mi curiosidad.

Tabaquismo: muchos factores en juego

Por supuesto, estas motivaciones no tienen por qué ser accesibles directamente por la consciencia y estar formuladas de manera tan explícita como en estas frases. Sin embargo, eso no significa que no existan. Cada año, las compañías tabacaleras dedican muchos esfuerzos en marketing para crear estas fuerzas de atracción invisibles hacia el tabaco. Estas organizaciones pretenden regirse por una lógica de pérdida y ganancias, y no gastarían cantidades tan grandes de capital si la publicidad no funcionara. Las causas de la dependencia del tabaco existen en el cuerpo del fumador, pero también más allá de este.

Es importante tener en cuenta esto porque estas dos vertientes de la adicción tienen un resultado parecido (las ganas irrefrenables de fumar un cigarro) pero sus causas son de distinta naturaleza. De hecho, el síndrome de abstinencia causado por factores químicos desaparece mucho antes que las ganas de fumar con raíz psicológica.

Esto se debe a que, aunque las células del cuerpo hayan aprendido a readaptarse a la ausencia de nicotina, los hábitos asociados al consumo de tabaco y las ideas relacionadas con la idea de fumar (creadas en parte por los equipos de marketing de las grandes tabacaleras) tardan años en empezar a olvidarse.

La importancia del contexto

Alguien pesimista podría creer que la existencia de una vertiente psíquica del síndrome de abstinencia es una mala noticia, a juzgar de cuánto dura, pero lo cierto es que es todo lo contrario. Todas las adicciones con causas químicas acarrean también factores psicológicos que dificultan la tarea de desengancharse, pero esto no ocurre a la inversa, es decir, las adicciones de raíz social y contextual no tienen por qué traducirse en adicción explicada por la biología.

Esto significa que lo que agrava el calado de la adicción en el caso del tabaco no es el factor psicológico, que siempre está presente en los casos de dependencia a una sustancia, sino el químico. También significa que interviniendo en el ámbito psicológico y conductual es más fácil sobrellevar la adicción química al tabaco.

Precisamente por eso existe la terapia cognitivo-conductual aplicada a los casos en los que alguien quiere dejar de fumar, u otros nuevos métodos y enfoques de intervención psicológica para terminar con la dependencia del tabaco, como el que vimos en este artículo). Los métodos de intervención centrados en los factores psicológicos ayudan mucho en la tardea de abandonar el tabaco, y pueden combinarse con la utilización de parches o chicles que actúan en los efectos agudos del síndrome de abstinencia a escala celular.

En otras palabras, tener en cuenta los factores contextuales y cognitivos típicos en las personas que sufren dependencia del tabaco es una gran ayuda a la hora de dejar de fumar. Siendo que los fabricantes de cigarros conocen la vertiente psicológica de la adicción para vender su producto, lo justo es que el consumidor también pueda sacar ventaja de este mismo conocimiento.

Referencias bibliográficas: