Anne Guilbeau: «Cuanto más reciente es el problema, menos enquistado está»
Los problemas de pareja pueden dar lugar a una espiral de hostilidad y enfrentamientos que vayan dañando la relación amorosa hasta que esta es inviable. Por suerte, la terapia de pareja ayuda a evitar que esto ocurra y contribuye a que un matrimonio o un noviazgo sea un lugar en el que ambos pueden expresar sus sentimientos de un modo funcional.
De ello hablaremos en esta entrevista a la psicóloga Anne Guilbeau, experta en terapia de pareja.
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Entrevista a Anne Guilbeau: ¿cómo es la terapia de pareja?
Anne Guilbeau es Psicóloga General Sanitaria con consulta en Logroño, y trabaja tanto en psicoterapia individualizada como en terapia de pareja. En esta entrevista nos habla de esta última modalidad de intervención, la atención a parejas cuya relación pasa por una crisis o momentos difíciles.
¿Qué es, para ti, lo que se busca conseguir a través de la terapia de pareja?
De forma casi inevitable, las parejas suelen presentar una disfunción a nivel de comunicación y un funcionamiento circular de reforzamiento de las conductas.
Es decir, que a menudo observo que el comportamiento de un miembro de la pareja va a originar una reacción en el otro miembro que a su vez va a causar una reacción en la primera reforzando así su primer comportamiento.
Aunque parezca complejo en realidad, no lo es. Cojamos el ejemplo de una mujer que tiene tendencia a criticar todo lo que hace su marido en las tareas del hogar y a enfadarse ante la frustración que le genera esta situación.
En respuesta a esas críticas, el marido piensa “haga lo que haga no va a estar contenta” y empieza a hacer menos en casa y con poco esmero.
La esposa, al ver que pone poca voluntad para hacer las cosas bien, se enfada más y crítica aún más lo mal que están hechas las cosas, generando un sentimiento de frustración y baja autoestima en el marido y menos ganas aún de participar en las tareas domésticas.
Se activa entonces un bucle de comportamiento, una espiral de frustración, decepción, resentimientos y enfados.
Con la terapia, se busca identificar los comportamientos que originan este tipo de bucles y trabajar sobre las emociones asociadas.
La forma de comunicarse dentro de la pareja también es muy importante y hago mucho hincapié en que se pueda conseguir una comunicación asertiva dentro de la pareja.
¿Cuáles dirías que son los problemas ante los cuales la terapia de pareja resulta más eficaz?
Para mí no existen problemas irresolubles porque sea cual sea el problema, lo que importa realmente es el grado de motivación de la pareja para el cambio y para salvar su matrimonio.
La infidelidad, la mentira, la adicción (droga, ludopatía, alcohol...), las deudas, los celos, etc. son elementos que ponen a prueba a la pareja pero no necesariamente un sinónimo de fracaso.
Obviamente cuanto más reciente es el problema, menos enquistado está y más fácil será realizar los cambios necesarios.
Cuanto más superficial es el problema (como la dificultad de comunicación) más rápido se podrá mejorar la pareja (a la diferencia de un problema de adicción por ejemplo).
Una terapia de pareja es eficaz si el grado de motivación, de amor y de compromiso es alto.
¿Existe una tendencia a dar por imposibles de resolver los problemas de noviazgo o de matrimonio, incluso sin haber ido a terapia de pareja?
En la sociedad actual sabemos que existe una puerta de salida que no teníamos hace 50 años: el divorcio.
Dicha puerta ha cambiado nuestra forma de vivir dentro de la pareja ya que sabemos que podemos acabar con una situación de sufrimiento, de desamor, gritos, etc.
Dicho eso, es importante hacer hincapié que, de manera general, las parejas cuando sienten amor todavía, no se rinden y buscan soluciones. La solución de la separación no se contempla a la ligera.
Las personas que dan por perdida su relación, son personas que no ven una solución (o la solución que quieren) a sus problemas. Suelen ser las que culpan a la otra persona de ser el causante del problema: “no me escucha”, “siempre hace lo que quiere”, “no va a cambiar” “no se lo voy a perdonar nunca”.
Se enquistan en estos pensamientos, la pareja no sale de este bucle de pensamiento. Se llena de resentimiento, sufrimiento y tristeza. Si no se encuentra una solución en este momento, llega entonces el famoso e irrevocable: “ya lo he intentado todo, no puedo más”. Aun así tengo que decir que ese momento, punto de inflexión y de no retorno, suele surgir en general después de años de lucha.
Como psicóloga, ¿has detectado cambios a lo largo de los años acerca de cómo se percibe socialmente la terapia de pareja?
Sí, se nota una percepción cada vez más positiva del papel de psicólogo en general pero también en la terapia de pareja. Al principio, las terapias estaban centradas en la persona individual, luego se empezó la terapia para niños y finalmente la terapia para ayudar las parejas con dificultades se hizo cada vez más importante.
El papel del psicólogo está cogiendo cada vez más importancia en la sociedad, ya no se percibe como “un médico para locos”, o un intruso en “un asunto” familiar.
Esta visión ha pasado a historia. Para las parejas, tener una persona profesional, experta y neutra que les guie y les oriente en momentos de dificultad está percibido como una avance social.
¿Cuáles son las técnicas de terapia de pareja que te parecen más útiles o eficaces?
No es fácil resumir las técnicas de terapia porque depende mucho del origen del problema. No se va a trabajar con la pareja de la misma forma si el problema está vinculado a una ludopatía que si está relacionado con una gestión de las emociones como la ira o la impulsividad.
En todo caso, serán necesarios una toma de conciencia de la conducta de cada uno, de las emociones involucradas, de la manera en que se resuelven los conflictos, de la forma de comunicarse, del bucle en el que se han instalado, etc..
¿Qué le dirías a quienes se están planteando ir a terapia de pareja pero no terminan de dar ese paso?
Les diría que no teman, que no se arriesgan a nada al intentar solucionar problemas que, a medio o largo plazo están poniendo en peligro su relación. Cuando el bucle se instaura es muy difícil salir de él solos. Un psicólogo no es un intruso sino una persona externa que va a poder mirar con ojos nuevos, sin juzgar, los problemas de la pareja y guiarles en solucionarlos.
Si están motivados para que su relación siga adelante, si sienten amor hacia su pareja, con la ayuda de un buen profesional no hay problema que no se pueda solucionar.