Agrizoofobia (miedo a los animales salvajes): síntomas y causas
Las fobias son miedos irracionales y persistentes, que pueden llegar a afectar de forma considerable la calidad de vida de una persona. Muchas de ellas tienen como estímulo fóbico un animal o grupo de animales, como es el caso de la agrizoofobia, esto es, la fobia a los animales salvajes.
En este artículo conoceremos qué se entiende por animal salvaje, ejemplos de ellos, así como los síntomas, causas y tratamientos de la agrizoofobia.
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Agrizoofobia: ¿en qué consiste?
La agrizoofobia es la fobia a los animales salvajes. Como toda fobia, se traduce en un miedo injustificado, irracional e intenso ante el estímulo fóbico. Se trata de una fobia específica, clasificada como tal en el DSM-5 (Manual Diagnóstico de los Trastornos Mentales). Recordemos que las fobias son trastornos de ansiedad, y que se trata de los trastornos de ansiedad más prevalentes en la población general.
Concretamente, podemos ubicar la agrizoofobia dentro de las fobias a animales, uno de los 5 grupos de fobias que propone el DSM-5, junto a: fobia a entornos naturales, fobia situacional, fobia a las inyecciones/sangre/heridas y otras fobias.
Pero, ¿qué son exactamente los animales salvajes? ¿Cuáles son algunos de ellos? Vamos a explicarlo para entender con más detalle este tipo de fobia:
Animales salvajes
Los animales salvajes son animales que viven en libertad y que no han sido domesticados por el ser humano. Pueden vivir tanto en el agua, como el aire o la tierra; es decir, existen diferentes tipos de ellos. Ejemplos de animales salvajes son: el león, el tigre, el tiburón, el elefante, la jirafa, el leopardo, el lobo, el cocodrilo, etc. Como vemos, cada uno tiene un hábitat natural concreto y una superficie donde está acostumbrado a vivir.
Es difícil que un animal salvaje se vuelva doméstico, aunque se han visto casos de personas que los han “domesticado” o que conviven con ellos: por ejemplo es el caso de una mujer residente en Florida que tiene un tigre como “mascota”. Sin embargo, no es lo habitual ni mucho menos, ya que estos animales suelen necesitar una vida salvaje y al aire libre, sin control por parte del ser humano.
Muchas veces se asocia la peligrosidad con los animales salvajes. Esto es así porque algunos de ellos lo son, especialmente cuando se les ataca, se les molesta o se interfiere en su hábitat natural. Sin embargo, en la agrizoofobia el peligro no es real, o no es tan alto como para explicar los síntomas que desencadena la propia fobia.
Síntomas
Los síntomas de la agrizoofobia consisten en un miedo intenso y desproporcionado a los animales salvajes, unido a otros síntomas psicofisiológicos asociados: por ejemplo mareos, náuseas, vómitos, sobreexcitación, nerviosismo, agitación, sudoración, sensación de falta de aire, de perder el control, ansiedad…
Normalmente, pero, estos últimos síntomas no aparecen a no ser que el paciente con agrizoofobia manifieste algún ataque de pánico asociado a la presencia (o imaginación) de este tipo de animales. Vamos a concretar un poco más los síntomas de esta fobia.
1. Miedo desproporcionado
El miedo intenso a los animales intensos que implica la agrizoofobia, es, además, desproporcionado; esto quiere decir que, aunque por lógica se pueda pensar que un animal salvaje puede causar miedo (porque puede causar daño), en la agrizoofobia el miedo aparece incluso cuando el animal no puede ocasionar daño (en un zoológico, por ejemplo) o cuando no está presente (en la imaginación).
2. Miedo irracional
Es decir, en la agrizoofobia el peligro real no existe (o no es lo suficientemente grave como para justificar los síntomas). Así, se trata de un miedo irracional (como en toda fobia específica). Esta irracionalidad puede ser contemplada por el propio paciente (es decir, él mismo puede darse cuenta de que el miedo es irracional); sin embargo, es incapaz de hacer frente a la fobia.
3. Evitación/resistencia del estímulo fóbico
Otros síntomas de la agrizoofobia consisten en: evitación del estímulo fóbico (en este caso, los animales salvajes); la evitación, además, se extrapola también a situaciones o entornos donde se puede ver un animal salvaje (por ejemplo los zoológicos, parques naturales, etc.).
Si por contra, se afronta el estímulo fóbico, un síntoma que puede aparecer es la resistencia al mismo; es decir, el paciente con agrizoofobia se enfrenta al animal (lo ve, se acerca, lo toca…) pero con extrema ansiedad.
4. Afectación global
Finalmente, otro síntoma característico de la agrizoofobia es una afectación del funcionamiento global y diario de la persona, que pierde calidad de vida y que puede llegar a dejar de hacer cosas que en condiciones normales haría, debido a su fobia.
Además, la persona siente un malestar clínicamente significativo.
Causas
Las causas de la agrizoofobia se relacionan con una respuesta ancestral y evolutiva del organismo, para protegerse del peligro. Es decir, evolutivamente los animales y las personas “aprendieron” a protegerse de ciertos estímulos, como por ejemplo los animales salvajes. Es lógico pensar que un animal salvaje puede causarnos daño físico, porque esto puede ocurrir; por ejemplo pensemos en leones, tigres, lobos, cocodrilos…
Estos mecanismos de los que hablábamos como posible causa de la agrizoofobia resultaban útiles para su supervivencia de la especie; sin embargo, actualmente, en la agrizoofobia los mecanismos resultan disfuncionales y desadaptativos, ya que no responden a un peligro “real” o lo suficientemente grave.
Por otro lado, estos mecanismos se relacionan con otros tipos de fobias relacionadas, por ejemplo fobia a las serpientes, fobia a los escorpiones, fobia a las arañas, etc. Así, como causa de la agrizoofobia encontramos una respuesta del organismo como medida de protección ante agentes nocivos o desconocidos (en este caso, los animales salvajes). Esta respuesta puede ser inconsciente.
Otras causas de la agrizoofobia se relacionan con experiencias traumáticas vividas con animales (sean salvajes o no, aunque especialmente con salvajes); por ejemplo la mordida de un perro, el ataque de algún animal, etc.
Después de vivir algo así, la persona puede perfectamente desarrollar tal fobia, como mecanismo de protección. También encontramos entre sus causas el haber presenciado el ataque de un animal salvaje a otra persona (condicionamiento vicario), haber escuchado historias relacionadas en otros, etc.
Tratamiento
La agrizoofobia se puede tratar con terapia psicológica, principalmente a través de dos tipos de técnicas: las técnicas de exposición y las técnicas cognitivas. Con la exposición (la terapia de elección para las fobias específicas), se expondrá al sujeto a estos animales, de forma gradual.
La exposición puede ser de diferentes tipos: simbólica (a través de imágenes, vídeos, en imaginación…), a través de realidad virtual, en vivo (a través de acudir a un zoológico, por ejemplo), simulada (a través de ensayos conductuales), etc. Su elección dependerá de las características, necesidades y preferencias del paciente con agrizoofobia.
Por otro lado, la terapia cognitiva se utilizará para modificar los pensamientos irracionales y/o disfuncionales asociados a los animales salvajes; el objetivo es que el paciente “entienda” que no tiene por qué estar en peligro, y que su miedo es desproporcionado. A través de este tipo de terapia también se fomentarán en el paciente estrategias de afrontamiento efectivas para hacer frente al estímulo fóbico.