Nutrición enteral: tipos, definición y usos con pacientes
En nuestra vida diaria estamos ingiriendo alimentos continuamente, varias veces al día, en la mayor parte de los cosas sin pensar en el complejo proceso que llevamos a cabo tanto a nivel como conductual.
Pero a veces no es posible alimentarnos voluntariamente: imaginemos que estamos en coma o bien que padecemos algún tipo de enfermedad que impide que podamos ingerir. Si no se hace nada, el organismo acabaría muriendo de inanición.
Afortunadamente, disponemos de mecanismos que nos permiten seguir manteniendo un aporte de nutrientes de manera artificial: la nutrición enteral.
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La nutrición enteral: ¿qué es?
La nutrición enteral es, junto con la parenteral, uno de los dos tipos de nutrición artificial de la que disponemos en medicina. Se trata de una técnica de soporte en el cual se introducen en el organismo los diferentes nutrientes que el paciente puede precisar, utilizando generalmente una sonda que se dirige directamente al intestino o el estómago.
Con esta técnica se evita la necesidad de que la comida pase por la boca y la tráquea, no precisando de movimientos voluntarios para adquirir los nutrientes. Sin embargo, aplicar la nutrición enteral requiere que el sistema digestivo sea capaz de ejercer sus funciones normales a la hora de absorber los nutrientes suministrados.
La nutrición enteral ayuda a prevenir entre otras cosas el autocatabolismo proteico (dicho de otro modo, que el cuerpo se consuma a sí mismo para obtener nutrientes), la debilitación del sistema inmune (con el consiguiente riesgo de infecciones), la traslocación bacteriana (que las bacterias del propio tubo digestivo nos provoquen una infección) y la atrofia del sistema digestivo. La administración puede ser continua o discontinua según las necesidades del paciente.
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Tipos de nutrición enteral
Existen diferentes métodos por los cuales se puede llevar a cabo la nutrición enteral. Una de las formas de clasificar los diferentes tipos de nutrición enteral es según por donde se coloca la sonda y hasta donde llega.
1. Nutrición enteral por sonda nasogástrica
En este procedimiento se coloca un sonda que va a penetrar por la nariz y va a realizar un recorrido hasta el estómago, donde se irán suministrando los nutrientes. Suele ser el mecanismo más habitual, a menos que existe riesgo de aspiración pulmonar del contenido del intestino.
Si el paciente está consciente se le va a introducir por los orificios de la nariz y se le va a pedir que vaya tragando saliva con el fin de dirigir la sonda hacia el tracto digestivo y no hacia el aparato respiratorio. Pese a ello no es necesaria la colaboración o consciencia del sujeto para colocarla.
2. Nutrición enteral por sonda nasoenteral
El procedimiento es el mismo que el anterior, salvo por el hecho de que en este caso la sonda será llevada hasta el intestino.
3. Enterostomía
Cuando no resulta viable la alimentación a través de sonda nasoentérica o nasogástrica existe otro procedimiento: la enterostomía. En este caso no se introduce una sonda por las vías habituales, sino que se coloca directamente a través de la piel. Más que una sonda estaríamos ante un tipo de catéter. Suele emplearse también cuando se espera que el paciente no pueda alimentarse por sí mismo en más de cuatro semanas. Dentro de las enterostomías destacan tres técnicas principales.
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Faringostomía
Se coloca un sonda directamente hasta llegar a la faringe.
Gastrostomía
Este procedimientos se basan en la colocación de una sonda que llega hasta el estómago, pero en este caso atravesando la piel.
Yeyunostomía
Al igual que la gastrostomía, se introduce un tubo a través de la piel hasta llegar al órgano objetivo, en este caso al área del intestino denominada yeyuno.
¿Qué tipo de sustancias se introducen en el organismo?
La alimentación enteral implica introducir determinadas sustancias nutritivas en el organismo, variando dichas sustancias en función de las necesidades del paciente. Variarán si, por ejemplo, el paciente tiene insuficiencia renal o hepática, diabetes, o problemas respiratorios. También del estado de desarrollo del sujeto (por ejemplo en bebés se utiliza leche materna). Se tienen en cuenta entre otras cosas el contenido calórico y proteico (pudiendo ser hiper, normo o hipocalórico/proteico).
En cuanto a la forma en que se presentan los nutrientes, en general podemos encontrar fórmulas poliméricas (en la que se aportan proteínas intactas), peptídicas (proteínas hidrolizadas) o elementales (directamente en forma de aminoácidos). También existen las dietas especiales para aquellos pacientes con problemas específicos.
La fórmula más habitual es la que supone una dieta polimérica, normocalórica y normoproteica, pero como ya hemos dicho la elección de componentes dependerá del paciente y sus necesidades.
¿En qué casos se aplica?
La nutrición enteral es la técnica de elección en todas aquellas situaciones en que el paciente presenta desnutrición o riesgo de padecerlo debido a la existencia de la imposibilidad de deglutir o de la negativa a hacerlo de forma voluntaria, debido a una lesión, enfermedad o trastorno mental. Dicho de otro modo: se usa tanto en pacientes sin capacidad de ingerir, con una capacidad muy disminuida o que se niegan a hacerlo a pesar de tener capacidad funcional para ello.
Sin embargo, para poder aplicarla se necesita que el sistema digestivo tenga un mínimo de funcionalidad a la hora de digerir y/o absorber nutrientes. Puede usarse en sujetos de cualquier edad, desde bebés hasta ancianos.
Es imprescindible en situaciones en que el sujeto no tiene capacidad de deglución, como por ejemplo el coma, o ante alteraciones de la faringe que hacen imposible tragar.
También es útil en algunas enfermedades en las que aunque tiene capacidad funcional para hacerlo, el paciente no puede ingerir por causa de problemas como la broncodisplasia o alguna cardiopatía. O bien en que la ingesta sea imposible debido a que provoca reacciones como el vómito. Otro de los casos se da en situaciones en que el organismo necesita más nutrientes de los que el sujeto, a pesar de comer, es capaz de proporcionarle.
Por otro lado, también es recomendable en bebés prematuros, de cara a prevenir distintas enfermedades. Por último, es utilizada en trastornos mentales tales como la anorexia, forzando la nutrición en casos de infrapeso severo que pueden conducir a la muerte,
Contraindicaciones y riesgos
La nutrición enteral es una técnica muy beneficiosa y que permite suministrar al organismo los alimentos necesarios cuando este no puede ingerir por sí mismo. Sin embargo, en algunos casos este tipo de alimentación puede estar contraindicado debido a la existencia de problemas en el propio tracto digestivo.
La principal contraindicación se da ante la presencia de obstrucciones, hemorragias o perforaciones en estómago o intestino.
El uso de la nutrición enteral también puede suponer algunos riesgos. Pueden existir obstrucciones o desplazamientos de la sonda o posibles complicaciones metabólicas si no se ha administrado una alimentación adecuada. Pueden aparecer vómitos y náuseas, así como diarreas y reflujo. Si bien es raro que ocurra, es posible que se produzca aspiración pulmonar del contenido del tubo digestivo.