¿Sabes detectar a un mentiroso? Los 8 tipos de mentiras
Todos conocemos al famoso personaje de Disney llamado Pinocho, al que le crecía la nariz cada vez que mentía. Pues bien, a más de uno se le tendría que estirar este órgano del sistema respiratorio, porque mentimos más de lo que creemos.
Eso parece indicar un estudio publicado el libro “Liespotting: Proven Techniques to Detect Deception” de la autora Pamela Meyer. Según explica este texto, las personas solemos mentir entre 10 y 200 veces al día, puesto que solemos decir partes de la verdad. En otras palabras, decimos solo aquellas frases que la gente quiere escuchar, las que se consideran socialmente aceptables.
Además, mentir es más frecuente cuando acabamos de conocer a alguien nuevo. En otro libro llamado "The liar in your life", el profesor de Psicología de la Universidad de Massachusetts, Robert Feldman, explica que: “Mentimos entre dos y tres veces en los primeros 10 minutos de la primera conversación con alguien que acabamos de conocer”. ¿Cómo se explica esto? Según Feldman, mentir es un mecanismo automático de protección de la autoestima que se activa cuando conocemos a alguien por primera vez.
El “Efecto Pinocho” para detectar mentiras
Pero la relación entre las mentiras y la nariz, que caracteriza al famoso personaje de Disney, no solamente es ciencia ficción. Una investigación del Departamento de Psicología Experimental de la Universidad de Granada ha descubierto que aumenta la temperatura de nuestro rostro cuando mentimos, especialmente en la zona de la nariz. Es lo que se conoce como el “Efecto Pinocho” Para llevar a cabo su estudio, emplearon la termografía: una técnica que detecta la temperatura corporal.
Lo cierto es que los seres humanos somos detectores de mentiras muy malos. Así lo confirma un estudio de la Universidad Brigham Young en Estados Unidos, que concluye que, cuando tenemos a una persona delante nuestro, solo nos damos cuenta de que el otro nos está engañando entre un 54% y un 56% de las ocasiones. Y si es difícil pillar a un mentiroso en persona, más complicado es pillarlo cuando hablamos por WhatsApp.
- Si quieres saber algunos trucos para interpretar mensajes de WhatsApp, puedes leer nuestro artículo: “¿Cómo puedo saber si me mienten por WhatsApp?”
Los 8 tipos de mentiras
Como vemos, todos hemos mentido alguna vez. Pero, ¿son iguales todas las mentiras? Ciertamente, no. Hay mentiras que se utilizan para no hacer daño a alguien, mentiras que se emplean para conseguir algo y mentiras que son fruto de una exageración.
A continuación te presentamos los distintos tipos de mentiras, en una guía práctica que te puede ser útil para ir prevenido a tus citas y en tu vida diaria.
1. Mentiras piadosas
Podríamos decir que las mentiras piadosas son mentiras que tienen justificación y que, para muchos, son perdonables. Esto es porque las mentiras piadosas tienen una intención benevolente. Por ejemplo, si alguien nos regala algo que para ellos puede ser especial, pero que a ti no te gusta y, además, sabes que no lo vas a utilizar en tu vida. Seguramente le mientas y le digas que te ha encantado su regalo. Básicamente, en este ejemplo, la mentira se emplea para no herir los sentimientos de otra persona.
2. Promesas rotas
Las promesas rotas son un fracaso para mantener un compromiso previamente hablado, y se caracterizan porque hay una especie de contrato implícito. Las promesas rotas pueden ser especialmente dañinas cuando la persona que hizo la promesa no tenía intención alguna de cumplir su palabra desde el inicio, porque generan esperanza en la otra persona.
En ocasiones, puede ocurrir que una mentira piadosa sea también una promesa rota. Por ejemplo, si una chica a la que le has pedido ir a tomar algo, acepta tu invitación para quedar bien. Pero después, cuando llega el momento, te da plantón porque en ningún momento tenía intención de salir contigo. Es decir, solamente lo hizo para que no te sintieras mal en ese momento y pudiera salir de esa situación comprometida.
3. Mentiras intencionadas o instrumentales
Las mentiras intencionadas o instrumentales no tienen carácter benevolente, sino todo lo contrario: buscan el interés propio. Este tipo de mentiras tienen la característica de que se emplean para conseguir algo, por ejemplo, un puesto de trabajo.
Son muchas las personas que han mentido en el currículum vitae para conseguir un empleo. Como ves, estas mentiras no tienen porque tener una intención maliciosa. Aunque, en algunos casos, las personas pueden emplearlas para hacer daño a otro individuo.
4. Las mentiras hacia uno mismo (autoengaño)
Este tipo de mentiras son inconscientes y tienen que ver con nuestras creencias, porque nos cuesta ponerlas en duda. También, en ocasiones, nos es difícil aceptar la realidad y es más fácil mentirnos a nosotros mismos para evitar el miedo a la incertidumbre, pues así no tenemos que salir de la zona de confort.
La disonancia cognitiva es una de las causas más frecuentes del autoengaño. Un ejemplo clásico de este fenómeno es el de los fumadores. Éstos saben que fumar puede provocar cáncer, problemas respiratorios, fatiga crónica e, incluso, la muerte. Aún y así, la gran mayoría sigue fumando porque se autoengaña con frases como: “de qué sirve vivir mucho si no se puede disfrutar de la vida”.
5. Los rumores
Los rumores tienen que ver, más que con la intención, con el efecto que produce una mentira. Una de sus característica es que en los rumores participan varias personas. Un rumor es una información cuya veracidad está en duda o no puede corroborarse, porque no se sabe con con seguridad si es cierto. Alguien puede intencionadamente difundir un rumor aunque no tiene porque haber una intención de fondo.
Por ejemplo, un hombre llamada Antonio, vio a una compañera de trabajo salir de la oficina de su jefe con actitud muy amigable y se dieron un abrazo. Sorprendido, y como su jefe no es precisamente la persona más amable del mundo, corre a decirle a otro compañero (Juan). Juan, que no ha visto el acontecimiento, pero que por la reacción de Antonio piensa que hay algo serio entre el jefe y la empleada, la mañana siguiente se lo cuenta otro compañero de oficina. Este último se lo cuenta a otro compañero, que hace lo mismo hasta que lo sabe toda la oficina. La última persona que lo cuenta ha recibido la información distorsionada, y los detalles sobre lo sucedido se han ido exagerando de tal manera que realmente parece que haya una relación romántica entre ambos actores.
Los rumores pueden causar muchos daño, y de hecho, era una de las estrategias utilizadas por los Nazis para que la población alemana rechazará a los judíos durante la II Guerra Mundial.
6. La exageración
Seguro que alguna vez te has cruzado con alguien que tiende a exagerar todo lo que dice. Por ejemplo, que ha ligado con muchas chicas cuando en realidad solo ha tenido éxito con una. Pues bien, la exageración no es más que eso. Suelen ser historias que tienen algo de verídico, pero que se suelen exagerar para impresionar a los demás.
Además de las historias en las que se añaden mentiras, también existen las mentiras por omisión, caracterizadas porque la persona no se inventa la historia, pero omite datos relevantes.
7. El plagio
El plagio hace referencia no solamente a la mentira, sino también al robo. Consiste en copiar el trabajo de otro. El plagio es un acto serio y puede tener consecuencias legales. Algunos estudiantes han suspendido asignaturas por ello, y algunos escritores profesionales han sido denunciados por haber copiado obras de otros individuos. Además, en el plagio existe voluntariedad, es un acto de mala fe. Por eso es una de las mentiras más reprochables, porque aúna tanto la apropiación de un trabajo que no es propio como el dolo.
8. Mentiras compulsivas
Las mentiras compulsivas son las mentiras que realizan, una y otra vez, los mentirosos compulsivos. Suelen ser causadas por un problema serio (por ejemplo, baja autoestima) por lo que estas personas suelen requerir atención. De hecho, un mentiroso compulsivo puede tener dificultades para detener su impulso de mentir, y suelen decir mentiras incluso cuando es más fácil decir la verdad.
- Conoce el caso real de un mentiroso compulsivo en nuestro artículo: ”Mentiroso compulsivo psicoanalizado: un caso real”
Referencias bibliográficas:
- Adler, J.E. Lying, deceiving, or falsely implicating. Journal of Philosophy.
- Carson, Thomas L. (2006). The Definition of Lying. Nous.
- Fallis, Don. (2009). What is Lying?. Journal of Philosophy.
- Sorensen, Roy. (2007). Bald-Faced Lies! Lying Without the Intent to Deceive. Pacific Philosophical Quarterly.