Gary Michael Heidnik: biografía de este asesino en serie
Gary Michael Heidnik, conocido como “el sembrador de bebés” fue un asesino y violador estadounidense, conocido por sus terribles formas de maltrato y abuso sexual hacia las mujeres que tuvo secuestradas en la década de los ochenta.
A continuación veremos una biografía de Gary Michael Heidnik, y cómo cometió llevó a cabo sus abominables delitos.
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Biografía de Gary Michael Heidnik
La vida de este criminal sexual es la propia de un psicópata, que más que disfrutar por el asesinato, prefería deleitarse con el sufrimiento de sus víctimas, alimentándose de su miedo y ansiedad. Vamos a ver su vida personal, cómo su infancia fue cruda e influyó, probablemente, a que de adulto hiciera lo que hizo.
Infancia
Gary Michael Heidnik nació el 22 de noviembre de 1943 en Cleveland, Ohio, siendo hijo de Michael y Ellen Heidnik, quienes posteriormente tuvieron otro hijo, Terry. Gary Heidnik no tuvo una infancia fácil. Sus padres se divorciaron en 1946, cuando él apenas tenía tres años. Gary y su hermano estuvieron al cuidado de su madre durante cuatro años, pero después pasaron a estar en casa de su padre, quien se había vuelto a casar.
En el hogar paterno en el que Heidnik, como aseguraría después, fue física y emocionalmente abusado por su padre. La causa de ello era que el pequeño Gary mojaba la cama y su padre, para corregir el problema a la vez que sentía placer mientras destrozaba psicológicamente a su retoño, lo humillaba obligándole a colgar las sábanas orinadas en la ventana de su habitación, para que así los vecinos supieran qué había pasado.
El colegio tampoco fue un buen lugar para Heidnik. Pese a tener buenas notas, no se le daba bien relacionarse con los demás, y evitaba establecer contacto visual con sus compañeros, dado que era objeto de sus burlas. De pequeño había sufrido un accidente que le había deformado la cabeza, y los niños, en su crueldad, se lo recordaban constantemente por medio de comparaciones.
Pero pese a su deformidad craneal, su cerebro estaba intacto, al menos en cuanto a capacidades cognitivas se refiere. Su inteligencia no estaba por debajo de la media, más bien al contrario. Su cociente intelectual era de 148, es decir, técnicamente era un superdotado.
Vida militar
Por recomendación de su padre, cumplidos los 14 años Gary Heidnik se enroló en la Staunton Military Academy, en el estado de Virginia, donde permaneció dos años, y la abandonó antes de graduarse en la misma. Más tarde volvería a la educación pública, para volver a alistarse en una institución militar, en este caso el Ejército de los Estados Unidos a los 17 años de edad, sirviendo para su país durante 13 meses.
Mostraba buenas dotes en el entrenamiento, y su sargento lo calificó como un excelente estudiante militar. Tras este entrenamiento militar, Heidnik pediría plaza para diferentes posiciones especializadas, pero fue rechazado de ellas. Luego, consiguió ser trasladado a San Antonio, Texas, donde recibiría formación médica militar.
De todas formas, no permaneció mucho en el estado tejano, siendo trasladado al extranjero, a Alemania Occidental, en el 46o Hospital Móvil Quirúrgico del Ejército Norteamericano en la ciudad de Landstuhl.
En agosto de 1962 Heidnik empezó a sentir molestias serias: náuseas, mareos, visión borrosa y dolores de cabeza. El neurólogo del hospital diagnosticó a Gary Heidnik con una gastroenteritis, pero además detectó síntomas propios de un trastorno mental, con lo cual le prescribió trifluoperazina (antipsicótico).
En octubre de ese mismo año sería trasladado al hospital militar de Filadelfia, en Pensilvania, en donde se le daría un diagnóstico: trastorno esquizoide de la personalidad. Debido a ello fue dado de alta del ejército norteamericano con honores.
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Vuelta a Estados Unidos
Tras habérsele diagnosticado el supuesto trastorno esquizoide de personalidad y dejar de formar parte del ejército norteamericano, Heidnik estudiaría en la Universidad de Pensilvania, aunque solo duró un semestre. Trabajó como enfermero psiquiátrico en la administración para veteranos de un Hospital en Coatesville, Pensilvania, pero acabó siendo despedido debido a su mal comportamiento con los pacientes.
Desde agosto de 1962 hasta su arresto en marzo del 1987, Heidnik fue yendo de psiquiátrico en psiquiátrico, debido a que se intentó suicidar hasta 13 veces. Las tendencias suicidas eran algo que le venía de familia, dado que su madre Ellen, quien había sido diagnosticada con cáncer óseo y era alcohólica, acabó con su vida bebiendo bicloruro de mercurio, un compuesto muy tóxico. Su hermano Gary también intentó suicidarse en varias ocasiones.
En octubre de 1971 Gary Heidnik se unió a la Iglesia de Dios Unida, y en 1975 abrió una cuenta para la iglesia, en donde depositó 1.500 dólares. Con el paso del tiempo, invirtiendo en bolsa, Heidnik logró amasar un total de 500.000 dólares para la iglesia y, a mediados de los ochenta, la Iglesia de Dios Unida sería próspera y rica.
Primeros abusos a mujeres
Gary Michael Heidnik conoció a su esposa por medio de una agencia matrimonial, con la cual se pondría en contacto con su futura cónyuge mediante correspondencia postal. Se llamaba Betty Disto, una ciudadana filipina que había llegado a los Estados Unidos en septiembre de 1985 y el 3 de octubre de ese mismo año contraería nupcias con Heidnik en Maryland.
Pero el matrimonio no duró mucho, dado que Betty tuvo la traumática experiencia de encontrarse a su marido con tres mujeres en la cama. A lo largo del breve matrimonio, Heidnik obligó a su esposa a ver cómo se acostaba con otras mujeres. Le producía gran satisfacción dañar los sentimientos de su mujer y abusar sexualmente de ella.
Afortunadamente para Betty Disto, la comunidad filipina de Filadelfia consiguió sacarla de tan catastrófico, desgastante y abusivo matrimonio, lográndolo en enero de 1986. Pero pese a la mala relación, Betty se quedó embarazada de Heidnik, dando a luz a un hijo, llamado Jesse John Disto. Heidnik descubrió que era padre cuando su ex-mujer le demandó para que le pagara una pensión para su hijo.
Pero este no sería el único hijo de Gary, obtenido por medio del abuso sexual. Más tarde tendría otro con Gail Lincow, a quien llamaría Gary Jr. El niño fue llevado a un hogar de acogida al poco de nacer. Luego tendría un tercer hijo con otra mujer, en este caso Anjeanette Davidson, una mujer analfabeta y con discapacidad intelectual. La hija de esta relación sería Maxine Davidson, nacida el 16 de marzo de 1978, y también llevada a un hogar de acogida.
Poco después del nacimiento de Maxine, Heidnik fue arrestado por haber secuestrado y violado a la hermana de Anjeanette, Alberta, quien había vivido en una institución para personas con discapacidad intelectual en Penn Township.
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Primeros delitos
Pero si por algo es conocido Gary Michael Heidnik, más conocido como “el sembrador de bebés” es por su larga vida criminal, que se remontan a la década de los setenta. En 1976 Heidnik cometería uno de sus primeros delitos, nada grave en comparación con lo que vendría después. Asaltó al inquilino de una casa que le había ofrecido alquilar, disparándole en la cara, con una arma de la cual no tenía licencia.
Pero sería dos años más tarde que sería llevado a la cárcel por primera vez, aunque no la última. En 1978 Heidnik sacó de una institución para personas con discapacidad intelectual a la hermana de quien era entonces su novia Anjeanette Davidson. Gary Michael Heidnik no hacía esto como un buen detalle para con su amada. Heidnik sentía gran predilección por mujeres con discapacidad intelectual y de piel oscura, preferiblemente afroamericanas.
La hermana, Alberta, fue introducida en un almacén del sótano de Heidnik, y encerrada ahí. Una vez que la policía conoció el hecho, Alberta fue sacada de ahí y llevada a la institución mental, en donde se le realizaría un examen físico para saber si había sido maltratada, y, efectivamente, había sido el caso. Heidnik la había violado y sodomizado, además de pasarle gonorrea.
Fue por ello que Heidnik fue arrestado y acusado de secuestro, violación, privación de la libertad y aprovecharse de una persona con discapacidad, y pasó tres años en instituciones mentales con supervisión estatal.
Empieza su carrera de violador serial
En 1986, tras haber sido abandonado por su ex-mujer Betty Disto, Heidnik volvería a ser arrestado y acusado de asalto, además de violación en la pareja y conductas sexuales desviadas. Pero esto no sería más que el comienzo de su carrera como asesino serial. Entre los años 1986 y 1987 cometería su cadena de asesinatos y violaciones seguidas.
El 25 de noviembre de 1986 Heidnik secuestró a una mujer llamada Josefina Rivera y, en enero del año siguiente, ya serían cuatro el total de mujeres quienes habrían tenido la mala suerte de caer en manos de Gary Michael Heidnik. Las mantuvo en un foso de su sótano al norte de Filadelfia. Todas las mujeres secuestradas eran negras, y fueron violadas, golpeadas y torturadas.
No se sabe si lo hizo por querer disfrutar de la experiencia de arrebatarle la vida a alguien o por simple descuido, como quien se olvida de regar las plantas, o si de verdad fue un error, pero una de las mujeres, Sandra Lindsay, murió a causa de la inanición, las torturas, y de no haber recibido tratamiento para unas fuertes fiebres que sufrió durante su retención.
Ante esto, Heidnik optó por descuartizar el cadáver, pero tuvo problemas con los brazos y las piernas, así que los metió en el congelador, guardándolos con la etiqueta de “comida de perro”. Cocinó las costillas al horno, e hirvió la cabeza de Sandra Lindsay en una olla como quien hierve patatas. Los vecinos se quejaron del mal olor, y llamaron a la policía, sin tener sospecha de las atrocidades que se estaban cometiendo en la casa.
Sin embargo, al acudir al domicilio de Heidnik, lejos de explorar la casa y tratar de averiguar de dónde venía el olor, los policías se conformaron con la explicación de Heidnik: “Estaba haciendo un asado, me he quedado dormido y se me ha quemado”
Se cree que Heidnik sacó la carne de Lindsay y la mezcló con comida de perro, para luego dársela a las demás chicas. No obstante, el abogado defensor de Heidnik, Chuck Peruto, durante los juicios que se celebrarían tiempo después, dijo que no se encontraron evidencias para estas afirmaciones.
Heidnik sentía predilección por los electroshocks. En un momento del secuestro, obligó a tres de sus presas a estar juntas en un foso, encadenadas y con alambres alrededor de su cuerpo. Heidnik ordenó a Josefina Rivera y a otra mujer llenar el agujero con agua, obligando a Rivera a aplicar electricidad sobre las cadenas de la mujer quien se encontraba en él.
La chica, quien había sido secuestrada una semana después que Lisa Thomas, el 2 de enero de 1987, acabaría falleciendo, y Gary Michael Heidnik colocó el cadáver de Dudley en Pine Barrens, en el estado de Nueva Jersey.
El descuido y detención
El 18 de enero de 1987 Heidnik secuestró a Jacqueline Askins para sustituir a la recién fallecida Deborah, siendo la más joven de su total de seis víctimas, con tan solo 18 años. Cuando Askins fue entrevistada en 2018, cumpliéndose 30 años de su secuestro, indicó que Heidnik amordazaba a sus víctimas con cinta americana y penetraba sus oídos con un destornillador.
El 23 de marzo de 1987, Heidnik y su cómplice a la fuerza, Rivera, secuestraron a Agnes Adams. Al día siguiente, Rivera consiguió convencer a su secuestrador de que la dejara ir temporalmente para ver a su familia. Sorprendentemente, Heidnik la creyó y la “liberó”, pero Rivera no era tonta. De hecho, llevaba tiempo camelándose a su secuestrador para conseguir manipularlo y liberarse tanto a sí misma como a sus demás compañeras de celda.
Heidnik la llevó hasta una gasolinera y la esperó ahí. Ella se fue caminando y consiguió llamar al 911. La policía, oyendo que la mujer tenía que estar encadenada por el sonido metálico que se oía a través del teléfono, fue a la gasolinera y arrestaron a Heidnik. Luego fueron a su casa, descubriendo la tremenda escena: tres mujeres en el sótano, una liberada en la calle y dos cadáveres, uno en la nevera y otro enterrado.
El mejor amigo de Heidnik, Cyril “Tony” Brown también fue arrestado, aunque fue dejado en libertad tras pagar una fianza de 50.000 dólares y testificar en contra de Heidnik. Brown confesó haber sido testigo de la muerte de Sandra Lindsay y de cómo Heidnik la desmembró. Poco despùés de su arresto, Gary Michael Heidnik trató de acabar con su vida colgándose en su celda, sin éxito.
Los juicios
Gary Michael Heidnik trató de hacer creer al jurado de que las mujeres que se encontraban en su sótano ya estaban ahí cuando se trasladó a esa casa. Durante el juicio, Heidnik fue defendido por Charles Peruto, quien intentó demostrar que su cliente era legalmente demente, no consciente de lo que hacía.
Esta tesis de la defensa fue echada a tierra por la fiscalía, liderada por Charles F. Gallagher III. Entre las pruebas de ello se utilizó el hecho de que, estando en la Iglesia de Dios Unida, amasó un total de 550.000 dólares en el banco por medio de apuestas, algo que una persona demente difícilmente lograría.
También se usó como testigo su consejero fiscal, Robert Kirkpatrick, quien le había aconsejado anteriormente en materia de asuntos económicos. Kirkpatrick aseguró que su ex-cliente era astuto, consciente de sus decisiones económicas.
A raíz de todo esto, Gary Michael Heidnik fue sentenciado a dos condenas de asesinato en primer grado el 1 de julio de 1988, y sentenciado a muerte, siendo encarcelado en el Correccional Estatal de Pittsburgh. En enero del año siguiente intentaría suicidarse con una sobredosis de thorazine (clorpromazina), sin éxito.
Gary Michael Heidnik fue ejecutado el 6 de julio de 1999 en el Correccional de Rockview, en Pensilvania. Su cuerpo fue incinerado. Heidnik ha sido la última persona en ser ejecutada en el estado de Pensilvania.
Perfil psicológico de este criminal
Pese a que en su juventud fuera diagnosticado con trastorno esquizoide de personalidad, con el paso del tiempo se empezó a barajar la posibilidad de que Gary Michael Heidnik hubiera fingido sus síntomas para que lo indemnizaran, y así ganar dinero sin trabajar.
No obstante, y dado lo retorcido de sus crímenes, resulta difícil pensar que no tuviera un trastorno mental que le hiciera comportarse de una forma tan poco humana con sus víctimas. Pese a haber tenido depresiones, varios intentos de suicidio, tics y manías, los psicólogos y psiquiatras que lo entrevistaron durante su juicio no pudieron relacionar estos síntomas con su mente tan retorcida y la capacidad de infligir daño en otras personas.