Pensamiento creativo: características y maneras de potenciarlo
El pensamiento creativo consiste en la capacidad de salirse de los patrones convencionales de ideación y de inventar nuevas maneras de solución de problemas o de crear algo empleando técnicas novedosas.
En este artículo vamos a examinar en qué consiste exactamente este tipo de pensamiento, además de revisar cuáles son sus principales diferencias respecto al pensamiento convencional. Por último, daremos un listado de consejos sobre cómo potenciarlo en la vida cotidiana.
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¿Qué es el pensamiento creativo?
Como mencionamos anteriormente, el pensamiento creativo hace referencia a la manera de procesar la información para hallar soluciones originales ante los nuevos retos que se presentan en la vida. Todo el mundo tiene la capacidad de utilizar el potencial del pensamiento crativo, pero en algunos individuos, esta clase de procesos psicológicos son más hegemónicos que en otros.
Las personas con este tipo de pensamiento muy desarrollado no se limitan a las alternativas convencionales, son exploradoras. Además, el pensamiento creativo se pone a prueba cada vez que tenemos la necesidad de solventar una situación no experimentada anteriormente por nosotros.
Por lo general, tenemos a utilizar las líneas de razonamiento convencionales, a las que cualquier persona recurriría en una situación parecida, lo que se conoce como el protocolo a seguir. Por otro lado, existe un abanico inimaginable de nuevas alternativas que pocas veces exploramos, tal vez por estar demasiado atados a las soluciones convencionales, posiblemente porque nos funcionan e implican un menor esfuerzo mental.
Pero la realidad es que las soluciones que conocemos bien y que usamos una y otra vez no siempre resultan ventajosas, y es entonces cuando las personas se ven atrapadas en problemas que aparentemente no tienen solución, únicamente por el hecho de no estar acostumbrados a emplear el pensamiento creativo de manera cotidiana.
Por ejemplo: ¿qué hacemos si nuestro vehículo se accidenta a mitad del camino y no tenemos lo necesario para reparar la avería? ¿Dejamos entonces que pasen las horas sin hacer nada, únicamente por no tener las herramientas necesarias? ¿O somos capaces de buscar una solución creativa al problema?
Otra forma de plasmar el pensamiento creativo es mediante la expresión artística; las personas que tienen facilidad para crear arte poseen un tipo de habilidades que favorecen la capacidad de pensar creativamente.
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La relación entre el pensamiento creativo y la plasticidad cerebral
La plasticidad cerebral es una de las propiedades más características del encéfalo, y tiene que ver con la capacidad que tiene este conjunto de órganos a la hora de adaptarse morfológica y funcionalmente ante las nuevas situaciones. Es decir, que el cerebro humano está constantemente cambiando dependiendo entre otras cosas de las experiencias a las que nos exponemos.
¿Qué tiene que ver esto con la creatividad? La plasticidad cerebral hace posible que nuestro pensamiento pueda adaptarse rápidamente a problemas nuevos, incluso tomando rutas mentales nunca antes tomadas, porque las neuronas van modificando sus modos de interconexión dependiendo de lo que haya a nuestro alrededor, de los recuerdos que estemos evocando en ese momento, etc. Por ello, si debemos buscar una base neurológica que explique el pensamiento creativo, esa es la plasticidad del cerebro.
¿Cómo se diferencia del pensamiento convencional?
En las siguientes líneas vamos a ver cómo se diferencia exactamente el pensamiento creativo del pensamiento convencional o pragmático.
1. No depende de la relación entre una cosa y otra
La principal diferencia entre el pensamiento de carácter creativo y el de carácter lógico-pragmático es que el primero no depende de las relaciones lineales que existan entre dos o más objetos para poder establecer una comparativa o idea.
Cuando el pensamiento es creativo se basa más en principios abstractos, que a primera vista no tendrían mucho sentido pero que a pesar de no seguir los patrones convencionales de la lógica otorgan generan nuevos significados.
2. Implica mayor visualización
Una de las principales características del pensamiento creativo es que requiere de una capacidad de visualización mayor que la del pensamiento estructurado.
Cuando buscamos alternativas nuevas ante alguna situación (creativas) imaginamos los posibles escenarios que obtendremos, mientras que con el pensamiento lógico y estructurado por lo general esto no es tan necesario, teniendo en cuenta que el sujeto ya se da por enterado de lo que va a ocurrir si hace las cosas de la manera clásica.
3. Agotamiento psicológico
Emplear recursos creativos constantemente resulta en un desgaste importante, a diferencia de los recursos convencionales o usuales, los cuales se basan en la costumbre. Por ello, es muy frecuente que la inspiración nos llegue "a rachas".
4. Proceso constante de aprendizaje
El pensamiento creativo implica mantenerse en un proceso de aprendizaje constante. La creatividad proviene de los conocimientos que la persona ha adquirido e internalizado, es de ellos que nacen luego las ideas originales enfocadas a las necesidades del momento. Es decir, que no aparece a partir de la nada, sino que se nutre de lo que ya está disponible en la memoria en combinación con lo que pensamos y/o percibimos en el aquí y ahora.
Consejos para potenciar este tipo de procesos cognitivos
El pensamiento creativo comienza a aparecer en las etapas tempranas del desarrollo; por ende se debe estimular a los más pequeños para animarlos a ser creativos desde la infancia. Lo ideal es brindarles alternativas para que puedan expresar libremente sus capacidades individuales sin sentirse cohibidos o avergonzados.
Es importante que la educación de los jóvenes sea siempre balanceada entre lo académico y lo extracurricular, dándoles igual relevancia a todas las actividades que desempeñen los estudiantes, dentro y fuera de las aulas de clases. De esta manera, el joven crece con una mayor confianza en sus capacidades personales.
El siguiente listado contiene algunos consejos útiles para desarrollar en mayor medida el pensamiento creativo en los jóvenes y adultos.
1. Fomenta el hábito de la lectura
La lectura es una fuente de conocimientos e ideas nuevas que se van incorporando a la mente del lector. Quien lee siempre tendrá de donde nutrirse para conseguir soluciones creativas o para crear su propio contenido en base a lo que haya leído con anterioridad.
2. Vive nuevas experiencias
Salir de la zona de confort es indispensable; aquellos que se mantienen encerrados dentro de la rutina no terminan de alcanzar su potencial creativo. La mente funciona como un paracaídas, para que funcione hay que abrirla. La mejor forma es descubriendo nuevas experiencias.
3. Anota tus ideas
La creatividad suele ocurrir a veces cuando menos nos lo imaginamos; en la cola del banco o del supermercado suelen venir a nuestra mente algunas ideas geniales. Es recomendable anotarlas en el móvil o en una hoja de papel para luego poder estudiarlas mejor.
4. Encuentra cosas que te apasionen
Cuando encontramos actividades que nos generan goce, podemos estar seguros de que nuestros recursos creativos saldrán a relucir durante la ejecución de estas prácticas. La pasión y la creatividad van de la mano, y se unen para que logremos cosas únicas cuando disfrutamos de hacer algo que nos gusta.
5. Participa en procesos creativos grupales o colectivos
Escribir un cuento a cuatro manos, hacer un mural, componer un tema para una banda de rock... son ejemplos de procesos creativos en los que las ideas de unos se apoyan en los de otros en un proceso dinámico. Es una manera muy buena de acostumbrarse a adoptar otros puntos de vista.
Referencias bibliográficas:
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