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Apendicitis: síntomas, tratamiento y atención psicológica


La apendicitis es uno de los motivos de cirugía más comunes entre la gente joven. Se trata de una inflamación que, si no se trata a tiempo, puede llevar a la muerte, por lo que requiere de intervención médica de urgencia.

A continuación veremos los síntomas, causas y el tratamiento de la apendicitis, así como sus características generales y el enfoque con el que se realiza el acompañamiento psicológico.

¿Qué es la apendicitis?

La apendicitis es un tipo de infección que aparece en el apéndice, una zona del intestino grueso ubicada en lo que se conoce como “ciego”, que es el extremo en el que este se comunica con el intestino delgado. Se trata de una pequeña cámara alargada con una sola entrada en forma de globo deshinchado.

Se trata de una parte del sistema digestivo que, a pesar de no resultar importante para mantener un correcto nivel de salud, puede infectarse con relativa facilidad.

Causas de esta infección

La infección por apendicitis se da, normalmente, cuando un conjunto de heces se queda obstruyendo el apéndice y lo bloquea durante mucho tiempo. Sin embargo, también es posible que el problema se origine con un tumor en la zona, gusanos que parasitan los intestinos o incluso por traumatismos que afecten a ese tramo del tubo digestivo.

La infección empieza cuando desde la mucosa intestinal empieza a aparecer una acumulación de secreciones, lo cual hace que la presión dentro de esta cavidad aumente. Esto presiona las venas y arterias de alrededor, lo cual hace que se produzcan isquemias en el tejido del apéndice y que empiece una batalla bacteriana que conduce a la infección.

Por otro lado, la acumulación de pus en esta parte del intestino grueso puede hacer que el apéndice se rompa, generándose así una peritonitis (el peritoneo es una membrana que cubre y protege parte de las vísceras.

Síntomas

Los síntomas de la apendicitis empiezan en forma de dolor moderado en la parte del ombligo, que puede ir acompañado de ocasionales calambres. Al cabo de unas horas, este dolor se desplaza hacia abajo y hacia el lado derecho del bajo vientre, varios centímetros por encima de la ingle (en esa mitad del cuerpo).

También suele aparecer fiebre alta o moderada y síntomas típicos de la gastrointeritis.

Diagnóstico

El diagnóstico se realiza obteniendo datos a través de varias vías. Principalmente, estas consisten en:

  • Palpación abdominal
  • Análisis de sangre, orina y heces
  • Ecografía y TAC abdominal
  • Información revelada por los pacientes, referidas al dolor experimentado (en situaciones normales y durante la palpación).

Hay que tener en cuenta que ningún método de diagnóstico es infalible por sí mismo, y por eso es importante tener en cuenta que siempre se combinan estos datos y a la vez se valora la posibilidad de que se trate de otra enfermedad, como la gastroenteritis.

Tratamiento

Una vez se ha dado la apendicitis y ha sido identificada como tal, todas las intervenciones médicas posibles pasan por la cirugía. El procedimiento consiste, fundamentalmente, en extirpar el apéndice inflamado como el líquido que se ha concentrado a su alrededor. Si además se ha generado peritonitis, suele ser necesario dejar la herida abierta para realizar un lavado general de la zona y cerrar más tarde cosiendo.

Es importante realizar la intervención quirúrgica cuanto antes para evitar que llegue a perforarse el apéndice, lo cual podría desembocar en una reacción en cadena de infecciones, en fallo orgánico múltiple y en la muerte.

Acompañamiento psicológico del paciente

Dada la frecuencia con la que se da la apendicitis entre gente joven, es muy posible que la o el paciente se sienta asustado e intimidado tanto por el dolor y la fiebre como por la perspectiva de someterse a una cirugía hecha en una zona del cuerpo delicada, en uno de sus órganos vitales.

Es por eso que resulta de gran importancia, en primer lugar, informar sobre la naturaleza de la apendicitis, una enfermedad que si se trata a tiempo no irá a más, pero que debe ser atendida con urgencia-

También hay que indicar que la extirpación del apéndice, a pesar de afectar a una zona tan importante como lo es el intestino grueso, no afecta significativamente a la calidad de vida, y que después de la operación se seguirá haciendo vida normal.

Por otro lado, también es necesario informar de que la intervención quirúrgica dejará una cicatriz de varios centímetros (normalmente, 3 o 4) en el bajo vientre, a la derecha, en sentido diagonal. Se trata de una zona que puede quedar expuesta con ciertas piezas de vestuario habituales, así como traje de baño.

Esto puede dañar la autoimagen si se tiene unas expectativas muy elevadas de que la cirugía lo deje todo tal y como estaba, y es por eso que hay que plantear la intervención de otra manera: como una medida que, a pesar de ofrecer un alto porcentaje de garantía de éxito, es de urgencia y se hace para evitar problemas muy severos que podrían llevar a la muerte.