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Las 6 claves para entender el tratamiento psicológico de la depresión


Los problemas vinculados a la depresión forman parte de los motivos de consulta más habituales que nos encontramos los psicólogos durante le día a día atendiendo pacientes.

Este tipo de trastorno del estado de ánimo es una de las psicopatologías más extendidas entre la población de los países occidentales: se estima que entre un 4 y un 7% de la población adulta ha desarrollado en algún momento esta alteración, y a eso hay que añadirle el hecho e que también puede darse entre menores de edad.

Sin embargo, si bien la depresión no es un fenómeno precisamente raro si nos ceñimos a su presencia entre los seres humanos, lo cierto es que la mayoría de las personas no conoce ni comprende demasiado bien los aspectos más básicos de este trastorno, ni cómo se le da tratamiento. Es común dar por supuesto que es una enfermedad en la que hay que intervenir mediante el consumo de pastillas, psicofármacos, pero esto no es cierto.

Por ello, aquí veremos un resumen acerca de en qué consiste el tratamiento psicológico de la depresión, el cual está más allá del mundo de la medicina pero es también muy eficaz.

Las 6 principales características de la psicoterapia aplicada a la depresión

¿Cuál es el objetivo de la intervención psicológica en pacientes deprimidos? ¿Qué tipo de actividades se llevan a cabo a lo largo del proceso terapéutico? ¿De qué manera se va produciendo la mejoría? Para responder a estas y otras preguntas, aquí veremos cuáles son los aspectos fundamentales que definen al tratamiento psicológico de la depresión.

1. El objetivo no es “bloquear” la tristeza

La meta que los psicólogos acordamos con los pacientes no tiene que ver con eliminar la tristeza, por dos motivos.

El primero es que ni siquiera es cierto que todas las personas con depresión se sientan tristes, exactamente; algunas describen lo que sienten en otros términos, como por ejemplo desesperanza, pocas ganas de vivir, y en general bajo estado de ánimo, lo cual no es exactamente lo mismo que estar triste y tiene más que ver con no encontrar motivos por los que sentir ilusión por las experiencias que nos depara el día a día.

El segundo es que es imposible anular totalmente la tristeza, así como cualquier otra emoción. La solución al problema que atraviesa alguien con depresión no pasa por eliminar parte de su repertorio emocional, sino por hacer que este no esté descompensado hacia los sentimientos vinculados a la falta de motivación, el pesimismo, la melancolía, la aflicción, etc. Más que restar tristeza y otras emociones que suelen ser consideradas popularmente como “negativas”, se intenta facilitar la aparición de aquellas que no lo son.

2. El proceso dura meses

Probablemente ya lo sospechabas, pero el principal objetivo fijado en la primera etapa de la atención psicológica a pacientes deprimidos nunca es a corto plazo. Es importante que el proceso durará varios meses, dado que de otra manera surgirá un nivel de frustración capaz de hacer que se interrumpa el tratamiento, lo cual es totalmente contraproducente.

Además, tiene sentido que se tarde varias semanas en notar los primeros resultados; a fin de cuentas, la depresión es un trastorno expresado en casi todos los ámbitos de la vida de la persona que lo desarrolla, y cada una de estas situaciones emocionalmente dolorosas actúa como una especie de ancla que hace difícil sentirse bien.

La clave está en ir ganando impulso, por así decirlo, e ir desprendiéndose de esas experiencias dañinas que mantienen con vida la depresión. Esto, que se da a través del efecto acumulado de pequeños cambios de comportamiento en el día a día, no ocurre de la noche a la mañana.

3. No todo se basa en la introspección

Muchas personas llegan a consulta creyendo que su depresión solo puede ser solucionada a partir de la introspección, es decir, a través de la actividad mental.

Lo cierto es que si bien los procesos psicológicos son muy relevantes en este sentido, tampoco hay que olvidar que lo que cruza nuestras mentes está totalmente ligado a nuestra manera de relacionarnos con lo que hay más allá de nosotros mismos: nuestros amigos, nuestro trabajo, nuestros proyectos, etc.

Estos factores son considerados de máxima relevancia en cualquier proceso de terapia aplicada a la depresión. Lo cual nos lleva al siguiente punto.

4. Hay tareas a hacer entre las sesiones

El proceso psicoterapéutico sigue produciéndose una vez ha acabada la sesión con el psicólogo. Siempre se dan pautas a seguir a lo largo del día a día, y que tienen que ver con mejorar el autoconocimiento y con aplicar estrategias que ayudan a desprenderse de las acciones que reproducen y refuerzan los síntomas de la depresión sin darnos cuenta.

5. Es importante no saltarse las sesiones

Mientras dure la terapia, mantener la periodicidad de las sesiones con el psicólogo es crucial, y no hacerlo puede echar a perder los progresos realizados hasta el momento.

Por suerte, hoy en día existen posibilidades que hacen más sencillo lograr esto, dado que la terapia online por videollamada permite contar con el apoyo del psicólogo incluso estando en otro país, y somos muchos los profesionales de la salud mental que ofrecemos esta modalidad de servicio.

6. También hay que tratar los problemas psicológicos asociados

La depresión es una alteración del estado de ánimo que muchas veces aparece a la vez que otras psicopatologías. Por ejemplo, es relativamente frecuente que la desarrollen las personas que también presentan trastornos de ansiedad, o adicciones (químicas o no químicas). En estos casos, no tiene sentido tratar solo la depresión, dado que una psicopatología refuerza a la otra.

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Referencias bibliográficas:

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