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Las 3 diferencias entre lorazepam y lormetazepam


Los trastornos de la ansiedad se extienden como la pólvora en la población general, pues cualquier persona perteneciente a un país globalizado sabrá de propia mano el vertiginoso ritmo al que se mueve la sociedad.

Por ello, no es coincidencia que el consumo de ansiolíticos e hipnóticos haya aumentado en prácticamente todo el mundo.

A pesar de encontrarse bajo receta médica, el abuso de estos fármacos es cada vez una preocupación mayor para los organismos de salud pública. En base a esta razón, conocer de forma exacta las diferencias entre los medicamentos que tratan de abordar las patologías de índole nerviosa se hace esencial. Aquí nos centraremos en las diferencias entre el lorazepam y el lormetazepam.

Principales diferencias entre lorazepam y lormetazepam

Lorazepam, alprazolam, oxazepam, temazepam, lormetazepam, triazolam… Sin duda, el número de ansiolíticos que acaban en “pam” puede generar confusión hasta en el mayor de los expertos en la materia. Por ello, aquí hablaremos de las 3 diferencias entre lorazepam y lormetazepam, dos benzodiazepinas extendidas en el mundo farmacéutico.

En primer lugar, vemos de esencial importancia encuadrar la situación de la ansiedad y los trastornos que esta conlleva. Diversos estudios nos muestran datos de sumo interés:

  • En Estados Unidos, los trastornos de ansiedad se presentan en casi el 13 % de la población.
  • El trastorno de ansiedad generalizado se observa en el 5 % de la población mundial.
  • La prevalencia mundial del trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es del 2,1 %.
  • Por estos motivos, el consumo global de ansiolíticos ha aumentado en un 4,5 % en los últimos 8 años.

Puede parecer que una prevalencia del trastorno de ansiedad generalizado del 5 % sea muy baja, pero tenemos que tener en cuenta una cosa: ni mucho menos todos los casos se diagnostican y estamos ante una variante que requiere de permanencia. Muchas personas sufren episodios de ansiedad muy fuertes, pero si estos no permanecen en el tiempo, no se consideran un trastorno como tal. Así pues, los números seguramente se inflarían si tuviésemos en cuenta todas las posibles acepciones del término “ansiedad”.

Antes de explicar las diferencias entre lorazepam y lormetazepam, tenemos que tener en cuenta que ambos fármacos se encuentran dentro del grupo de las benzodiacepinas. Estas se definen como medicamentos psicotrópicos de actuación en el sistema nervioso central con efectos sedantes, hipnóticos, ansiolíticos, anticonvulsivos, amnésicos y relajantes musculares.

La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) publicó el informe de utilización de ansiolíticos durante los años 2000-2018 en España, que recoge los principios activos más consumidos. En la cabeza de la lista tenemos al lorazepam, pues acumula un consumo del 39,47 %. El resto de noticias no son positivas, pues para el año 2011, el número de Dosis Diarias Definidas (DDD) de este tipo de fármacos correspondía a 82,9 DDD por cada 1.000 habitantes al día.

Estos últimos años la cosa se ha disparado, pues otras fuentes señalan que del 2000 al 2012 el consumo de ansiolíticos se ha incrementado en un 57 %. Además, las cifras en nuestro país son unas de las más altas de Europa, superando a Alemania o Reino Unido. Exponer estos datos es necesario, pues hay que tener cierto cuidado con este tipo de fármacos y la dependencia que generan.

Ahora sí, veamos las diferencias entre lorazepam y lormetazepam.

1. La clave de las diferencias radica en su uso

A pesar de que ambos pertenecen al grupo de las benzodiacepinas, el lorazepam y el lormetazepam se usan para trastornos relativamente diferentes.

En primer lugar, el lorazepam es un ansiolítico con propiedades sedantes, de relajante muscular, anticonvulsivo y amnésico. Presenta una alta potencia, pues su biodisponibilidad (la velocidad y eficacia con la que llega al tejido diana) es del 90 % y alcanza su pico de concentración a las dos horas tras una administración oral. Según el propio prospecto médico del fármaco, el lorazepam se utiliza en los siguientes casos:

  • Tratamiento a corto plazo de todos los estados de ansiedad, asociada o no a trastornos orgánicos, que actúa sin influenciar en las actividades del individuo.
  • Trastornos del sueño.

Por otro lado, el lormetazepam es una benzodiacepina de acción corta con propiedades hipnóticas, ansiolíticas, anticonvulsivas, sedantes, amnésicas y relajante muscular (sí, casi las mismas que el lorazepam). La diferencia esencial de este medicamento con el lorazepam se encuentra en su propiedad hipnótica. Esto se traduce en que se usa casi exclusivamente para el tratamiento de corta duración del insomnio.

Este fármaco normaliza el tiempo para conciliar el sueño y la duración del mismo, a la vez que reduce el número de interrupciones del descanso durante la noche. Por este motivo, también se puede utilizar en la inducción del sueño en periodos pre y post operatorios.

Como podemos ver, la diferencia funcional esencial entre ambos medicamentos es que el lorazepam sirve para un amplio espectro de situaciones para combatir la ansiedad (ya que no afecta severamente a las capacidades cognitivas del individuo), mientras que el lormetazepam busca que el paciente tenga un sueño profundo e ininterrumpido.

2. Dos tipos de administración para dos medicamentos distintos

Siguiendo de nuevo los prospectos médicos de cada uno de los fármacos, podemos descubrir aún más propiedades diferenciales entre el lorazepam y el lormetazepam. Las dosis a utilizar son, sin duda, un elemento diferente entre ambos tratamientos.

En primer lugar, se recomienda la administración de lorazepam (siempre y cuando se haya prescrito por un profesional) en los cuadros de ansiedad en una concentración total de 0,5 mg a 3 mg, repartidos en diferentes tomas durante el día. Esta dosis puede aumentarse o disminuirse según la edad del paciente o sus necesidades psicológicas. De forma general, el tratamiento no debe superar las 8-12 semanas (siendo siempre lo más corto posible). Para el tratamiento del insomnio, se recomienda una única dosis en primera instancia de 1 mg que puede aumentar hasta 4 mg, siempre antes de acostarse.

Por otro lado, a diferencia del lorazepam de uso ansiolítico, se aconseja que la dosis de lormetazepam sea única y de 1 mg de 15 a 30 minutos antes de que el paciente se acueste. Al tener un efecto único hipnótico, no se contempla su administración durante el día en pequeñas tomas. Además, en este caso solo se puede aumentar la dosis hasta 2 mg en cualquiera de los casos. Aún así, al igual que con toda benzodiacepina, el tratamiento debe durar lo menos posible.

3. Diferencias en popularidad

Como ya hemos dicho anteriormente, el lorazepam (junto con el alprazolam) son las benzodiacepinas abanderadas en lo que al consumo general se refiere. En España, por ejemplo, el lorazepam va a la cabeza de consumo, con casi un 40 % de todos los ansiolíticos recetados. Le siguen el alprazolam (27,96 %) y el diazepam (16,46 %). Entre los años 2000 y 2011 se calcularon un total de 20,5 Dosis Diarias Definidas (DDD) de lorazepam por cada 1000 habitantes y día. También se registró que su consumo aumentó en un 75 % en este intervalo.

En el párrafo anterior no hemos dejado de movernos en el terreno de los ansiolíticos, por lo que es normal que el lorazepam se encuentre en la cumbre de la montaña, pero la cosa cambia cuando nos fijamos en los hipnóticos. Dentro de su propio terreno el lormetazepam es el rey, ya que entre los años 2000 y 2011 se calcularon un total de 18,3 DDD por cada 1000 habitantes y día. Las cosas se ponen más interesantes si tenemos en cuenta que este fármaco aumentó su consumo en un 103 % en el intervalo medido.

De todo este conglomerado terminológico nos queda una cosa clara: el consumo de lorazepam está más extendido que el de lormetazepam, pero ambos son los fármacos dominantes dentro de su propio grupo de acción.

Resumen

Como hemos podido ver, las diferencias entre lorazepam y lormetazepam se encuentran en los detalles: uno se enfoca más a la terapia del sueño y otro a ansiedades generalizadas, se administran de formas diferentes y el lorazepam está relativamente más extendido en la población general. A pesar de ello, al ser ambos benzodiacepinas, comparten muchísimas más características de las que los diferencian.

Por último, es necesario destacar que todos estos fármacos presentan diversas complicaciones: generan dependencia, pueden dar lugar a un efecto rebote y pueden poner en peligro la vida de personas con trastornos respiratorios y otras patologías (como la apnea del sueño). Por eso, su administración sólo debe contemplarse bajo receta médica y durante periodos temporales muy estrictos.

Referencias bibliográficas:

  • El lorazepam acumula el 40% del consumo de ansiolíticos en España, redacciónmedica.com.
  • Tratamiento farmacológico de los trastornos mentales en la atención primaria de salud (OMS). Recogido a 24 de septiembre en https://www.who.int/mental_health/management/psychotropic_book_spanish.pdf
  • Vicente Sánchez, M. P., Macías Saint-Gerons, D., González Bermejo, D., Montero Corominas, D., & Catalá-López, F. (2013). Evolución del uso de medicamentos ansiolíticos e hipnóticos en España durante el período 2000-2011. Revista Española de Salud Pública, 87(3), 247-255.