Teoría de la Elección Racional: ¿tomamos decisiones de manera lógica?
La Teoría de la Elección Racional (TER) es una propuesta que surge en las ciencias sociales aplicadas especialmente a la economía, pero que se ha trasladado al análisis de la conducta humana. La TER pone atención en cómo un individuo lleva a cabo la acción de ‘elegir’. Es decir, se pregunta por los patrones cognitivos y sociales por medio de los que un individuo dirige sus acciones.
En este artículo veremos qué es la Teoría de la Elección racional, cómo surge y en dónde se ha aplicado, y finalmente presentamos algunas críticas que se han hecho recientemente.
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¿Qué es la Teoría de la Elección Racional (TER)?
La Teoría de la Elección Racional (TER) es una escuela del pensamiento que se basa en la propuesta de que las elecciones individuales se realizan de acuerdo con las preferencias personales individuales.
Por eso, la TER es también un modelo de explicación de la forma en la que tomamos decisiones (especialmente en el contexto económico y político, pero también se aplica en otros donde es importante conocer cómo decidimos las acciones y cómo esto afecta a gran escala). Lo de “racional” generalmente hace referencia a que las elecciones que hacemos son consistentes con nuestras preferencias personales, derivadas de ellas de manera lógica.
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¿Qué es una elección racional según la TER?
Una elección es la acción de seleccionar una entre varias alternativas disponibles y conducir nuestra conducta conforme a esta selección. Algunas veces, las elecciones son implícitas, otras veces son explícitas. Es decir, a veces las tomamos de manera automática, sobre todo si se corresponden con necesidades básicas o con mantener nuestra integridad o supervivencia.
Por su parte, las elecciones explícitas son aquellas que tomamos de manera consciente (racional) de acuerdo con lo que consideramos que es la opción más adecuada para nuestros intereses.
La propuesta de la TER, a muy grandes rasgos, es que los seres humanos elegimos de manera fundamentalmente racional. Es decir, con base la capacidad de pensar e imaginar los posibles efectos secundarios de las alternativas que tenemos ante una decisión y a partir de ahí seleccionar las alternativas que son las más adecuadas para nuestro beneficio en ese momento (bajo una lógica coste-beneficio).
Esto último implicaría también que los seres humanos somos lo suficientemente independientes, y tenemos la capacidad suficiente de generar autocontrol emocional, como para que no existan otras variables más que la propia razón, al momento de tomar decisiones.
¿De dónde surge?
La Teoría de la Elección Racional suele asociarse con un paradigma económico (precisamente porque ayudó a generar generar el modelo de cálculos coste-beneficio). No obstante, es una teoría a través de la que se pueden entender muchos otros elementos que dan forma al comportamiento y las sociedades humanas.
En el contexto de las ciencias sociales, la Teoría de la Elección Racional representó una transformación teórica y metodológica importante. Surge principalmente en el contexto intelectual estadounidense durante la segunda mitad del siglo XX y en reacción a los modelos de economía del bienestar.
En el área de la ciencia política, la TER criticó gran parte de los paradigmas vigentes dentro del contexto académico estadounidense, lo que se trasladó posteriormente hacia el análisis de las disciplinas de la psicología y la sociología. En estas últimas, la TER se pregunta por las implicaciones que tiene el interés propio, la experiencia propia y la intencionalidad, en la acción humana y en la investigación. Es decir, se interesa por el individualismo metodológico.
A muy grandes rasgos se trata de una “Crítica al exceso de narcisismo matemático versus las exigencias de realismo que debe tener la ciencia social”. Así pues, la Teoría de la Elección Racional ha sido un intento por orientar las disciplinas sociales hacia prácticas y conocimientos rigurosos.
¿Tomamos decisiones “racionalmente”? Algunas críticas a la TER
Algunos problemas que han generado es sobre el uso, en ocasiones intuitivo, de la palabra “racional”. Vidal de la Rosa (2008) plantea que para la TER, las conductas humanas son meramente instrumentales y en tanto que el contexto cultural es el que determina las alternativas sobre las que podemos decidir, entonces las conductas también estarían predeterminadas por la cultura.
Asimismo, la polisemia de la palabra “racionalidad” dificulta que se pueda utilizar como sustento para la teoría social, ya que es difícil homogeneizar y con eso se complica que los investigadores puedan establecer comunicación entre sí, y luego poner en práctica los conocimientos de cara a la sociedad.
En el mismo sentido, la “racionalidad” puede confundirse fácilmente con la de “intencionalidad”, y la TER tampoco suele abordar la diferencia y las relaciones entre las elecciones implícitas y las explícitas. Desde hace unos años esto último se ha investigado en experimentos de laboratorio. Algunas de dichas investigaciones analizan las distintas variables tanto cognitivas como ambientales que pueden afectar a una decisión supuestamente racional.
Finalmente se ha criticado el individualismo metodológico, es decir, se ha cuestionado si es el interés el motivo de la conducta, y por ende se pregunta si ese interés es válido como forma de hacer conocimiento científico.
Referencias bibliográficas:
- Encyclopedia Britannica. (2018). Rational Choice Theory. Recuperado 1 de junio de 2018. Disponible en https://www.britannica.com/topic/rational-choice-theory.
- Vidal de la Rosa, G. (2008). La Teoría de la Elección Racional en las ciencias sociales. Sociología (México). 23(67): 221-236.
- Staddon, J.E.R. (1995). Schedule Combinations and Choice: Experiment and Theory. Mexican Journal of Behavior Analysis, 21: 163-274.