Dieta astringente: cómo llevarla a cabo y beneficios
Existen diferentes tipos de dietas, y la mayoría de las personas las asocian al proceso de adelgazamiento. Pero no todas tienen esa función, ni todas las dietas son saludables. Una de las dietas que tiene como objetivo mejorar nuestro bienestar y nuestra salud estomacal es la dieta astringente, pensada para reducir los síntomas de la diarrea.
La dieta astringente se recomienda en los casos en los que una persona sufre diarrea, independientemente del origen: transitoria, por enteritis, por enfermedad de Crohn o la secundaria a intervenciones quirúrgica intestinales. En este artículo vamos a hablar de esta dieta y vamos a profundizar en sus características.
Qué es la dieta astringente
La dieta astringente es una dieta que tiene como finalidad cuidar el sistema digestivo cuando alguien sufre indisposición estomacal o diarrea.
Básicamente, con esta dieta, el sujeto incluye en su alimentación algunos alimentos que son de fácil digestión y con los cuales el organismo no necesita excesiva energía para procesarlos, además de alimentos con alto contenido en minerales y vitaminas, que no contienen mucha fibra y que ayudan a retener líquido.
De esta manera, se restablece el equilibrio entre los nutrientes ingeridos y la energía gastada en la gestión de lo que ha producido la enfermedad, a la vez que no se generan problemas digestivos a causa del estado delicado en el que se encuentra la flora intestinal. Se trata de un tipo de dieta provisional, que se utiliza normalmente en ventanas temporales relativamente pequeñas.
Por otro lado, la dieta astringente es útil para cualquier edad, incluso niños y ancianos.
Qué causa la diarrea
Todos, en algún momento de nuestra vida, hemos sufrido diarrea, es decir, cuando tenemos una mayor necesidad de ir al baño a defecar, a menudo sin poder controlar la deposición de los excrementos, que tienen poca consistencia (son poco sólidos). La diarrea puede durar desde un día a dos o tres semanas en el caso de la diarrea aguda, y hasta varias semanas en el caso de la diarrea crónica.
Esta condición, que suele ser un síntoma más que una enfermedad, tiene diferentes causas. Son las siguientes:
- Algunos parásitos, como por ejemplo, los que causan la giardiasis y amebiasis.
- Virus. Entre los que destacan el enterovirus, o el virus de la hepatitis.
- Distantis infecciones, ya sea por la ingesta de alimentos (o agua) o por contaminación de persona a persona.
- Bacterias. Algunas de las más conocidas son: la salmonella, shigella, clostridium E.coli.
Algunas condiciones médicas que no incluyen infección son:
- Síndrome del intestino irritable
- Enfermedad celíaca
- Intolerancia a la lactosa
- Enfermedades inflamatorias del intestino. Por ejemplo: colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn
- Cirugía del intestino delgado
- Problemas de páncreas, por ejemplo, fibrosis quística
- Enfermedad isquémica del intestino
- La extirpación quirúrgica de la vesícula biliar
- Ciertas enfermedades del sistema endocrino. Por ejemplo: tiroides hiperactiva, diabetes o el síndrome de Zollinger-Ellison
Recomendaciones para la dieta astringente
Algunas recomendaciones para seguir esta dieta son:
- En las comidas, la cantidad a consumir debe ser pequeña.
- Comer con más frecuencia. Por ejemplo, 5-6 comidas al día.
- Beber abundante líquido, en tragos pequeños, para evitar deshidratarse. Una buena opción es tomar caldos sin grasa.
- Evitar alimentos ricos en fibra
- Comer de manera relajada para favorecer la digestión.
- Evitar alimentos muy calientes o muy fríos
- No consumir alimentos que provoquen gases.
- Los alimentos deben ser variados.
Fases de la dieta contra la diarrea
Cuando alguien consume esta dieta, las heces se van haciendo más duras de manera progresiva y, por tanto, hay que ir adaptando la alimentación al grado de mejoría. Por eso, esta dieta se compone de cuatro fases.
1. Fase cero
Esta es la fase inicial, en la que no se consumen alimentos sólidos. En el caso de los niños, aproximadamente dura 4 horas, en el caso de los adultos, las 12 primeras horas. En esta fase se produce una gran pérdida de minerales y líquidos, por lo que es esencial consumir bebidas especiales o bebidas con sales (por ejemplo, un sobre de sueroral hiposódico disuelto o medicamentos para recuperar minerales).
También es posible hervir un litro de agua hervida, añadir zumo de 2-3 limones, media cucharada de bicarbonato, media cucharilla de sal y 2-3 cucharadas de azúcar. Asimismo, el té, manzanilla, agua de arroz, agua de zanahoria son ideales.
2. Fase dos
Pasada la fase anterior, es posible incorporar otros alimentos, como arroz hervido, patata y zanahoria hervida, pasta hervida sin pescado hervido, pollo hervido, manzana al horno, etcétera.
3. Fase tres
En la tercera fase de la dieta astringente, los alimentos que favorecen la recuperación son: puré de verduras (calabacín, zanahoria, judías, calabaza), zumos de fruta, verduras y legumbres hervidas, arroz, pollo o pescado hervido, pan blanco tostado.
4. Fase cuatro
La cuarta fase consiste en introducir progresivamente los alimentos complejos hasta consumir una alimentación normal. Por ejemplo, plátano, verduras hervidas, carne o pescado a la plancha, yogur 0% de grasa, café descafeinado de sobre, queso fresco sin grasa, etc.
Qué alimentos se deben evitar
Existen una serie de alimentos que no deben consumirse como parte de esta dieta, al menos durante las primeras fases. De forma progresiva, es posible ir introduciendo algunos alimentos en la dieta, una vez que la mejoría sea patente. Los alimentos ricos en grasa no son para nada positivos para este tipo de dieta, así como los alimentos ricos en fibra.
Tampoco los son los edulcorantes industriales que se encuentran en los refrescos ni las verduras muy digestibles como el ajo, la cebolla cruda o los pimientos. El chocolate, el alcohol, los alimentos fritos, la carne roja, la mantequilla no deben ingerirse. Los productos lácteos no deberían consumirse tampoco, al menos hasta la cuarta fase y siempre en sus versiones libres de grasa.
Cuándo no deberíamos hacer esta dieta
La dieta astringente no es una dieta que pueda resultar nociva; sin embargo, cuando no hay necesidad de realizarla (pues no hay problemas estomacales o diarrea) no será de utilidad.
Ahora bien, cuando una persona tiene estreñimiento, no es recomendable realizar la dieta astringente puesto que potenciaría esta condición y, por tanto, se incrementa el estreñimiento.
Además, hay que tener en cuenta que con el tiempo nuestra fisiología cambia, y por ello no se puede dar por supuesto que por el hecho de que hace años este tipo de dieta nos funcionase bien, lo vaya a hacer siempre.
Referencias bibliográficas:
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