El tratamiento no farmacológico de la demencia: ¿funciona?
Las demencias son trastornos neurodegenerativos de origen generalmente orgánico que se caracterizan por la pérdida progresiva de las facultades mentales generada por la degeneración del tejido neuronal.
Si bien se trata de trastornos crónicos, progresivos y en general irreversibles, se han elaborado diferentes tratamientos y terapias que permiten retardar el proceso y mejorar la autonomía y funcionalidad de la persona en el día a día. Algunos de ellos son farmacológicos, mientras que otros forman parte de las terapias o tratamientos no farmacológicos de la demencia. ¿Funcionan estos tratamientos? A lo largo de este artículo vamos a realizar una breve reflexión sobre ello.
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¿Qué son las terapias no farmacológicas?
Se denominan terapias no farmacológicas a todo conjunto de técnicas, estrategias y tratamientos dedicados a la mejoría o superación de un trastorno o enfermedad sin recurrir durante su aplicación al uso de elementos farmacológicos. El elemento de estas terapias que contribuyen a la mejoría del paciente es la propia interacción entre profesional y paciente y las diferentes técnicas y estrategias empleadas por el primero.
Este tipo de terapias están basadas y extraídas del conocimiento científico, precisándose que estén validadas y sean replicables y que se demuestren capaces de generar una ventaja o beneficio significativo en el sujeto en el que se apliquen. Es importante tener en cuenta que aunque estas terapias son en sí no farmacológicas, a menudo son acompañadas de un tratamiento farmacológico (sea este el principal o se use como sistema de apoyo al tratamiento no farmacológico), contribuyendo la una al éxito de la otra. Este tipo de tratamientos no se aplican a cualquiera, dado que se requiere un diagnóstico para su puesta en marcha.
Además de en la teoría, estas intervenciones deben tener en cuenta los valores, creencias y vivencias del paciente y entorno, siendo estos elementos fundamentales a la hora de que exista o no un éxito terapéutico en la mayoría de casos en los que se aplican.
Se pueden considerar dentro de las terapias no farmacológicas todas aquellas aportaciones de la medicina que no requieren agentes químicos en forma de fármacos (por ejemplo la ablación de partes del organismo, la diálisis, tratamientos con láser), las propias de la psicología (tanto de la clínica y de la salud como en otras áreas) y otras disciplinas vinculadas al ámbito de la salud como la terapia ocupacional, la logopedia o la fisioterapia.
Es posible aplicarlos a una gran cantidad de ámbitos, trastornos y alteraciones, yendo desde la aplicación de tratamientos coadyuvantes con la farmacología en el caso enfermedades crónicas como la diabetes hasta la aplicación de terapia psicológica en los diferentes trastornos mentales o la recuperación de funciones de un sujeto tras padecer lesiones cerebrales.
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Tratamiento no farmacológico de la demencia
Uno de los ámbitos de aplicación donde se emplean tratamientos no farmacológicos, y de hecho uno de los más habituales, es en el del tratamiento de las demencias. Las demencias son el conjunto de alteraciones generadas por enfermedades neurodegenerativas por lo general incurables, progresivas y crónicas en los que el sujeto va perdiendo una o más facultades mentales a lo largo del tiempo.
Estamos ante trastornos en los que no existe un tratamiento médico curativo, centrándose las intervenciones en paliar los síntomas y retrasar la pérdida de funciones a la par que se intenta mejorar el funcionamiento y autonomía del sujeto proporcionándole diferentes estrategias e intentando recuperar, optimizar o compensar las funciones perdidas. En este ámbito existen algunos fármacos que enlentecen la progresión del trastorno (por ejemplo, en el caso del Alzheimer se usan la tacrina y/o el donepezilo), pero por lo general resultan mucho más conocidas y útiles las terapias no farmacológicas.
Por lo general, las terapias no farmacológicas en el tratamiento de la demencia se centran en procurar una mejora en la calidad de la vida del paciente y en su capacidad de autonomía, una preservación de las funciones mentales durante el mayor tiempo posible, una vivencia lo menos traumática y más positiva posible del trastorno, la gestión de miedos, dudas y sentimientos del paciente y su entorno o el aprendizaje de estrategias que permitan optimizar las habilidades del sujeto y compensar sus déficits de tal manera que supongan el menor nivel de discapacidad posible.
La aplicación de este tipo de terapias suele requerir de la colaboración de un equipo multidisciplinar, con presencia de ámbitos como la psicología, la medicina, la terapia ocupacional, la logopedia y la fisioterapia así como también la del ámbito social.
Terapias o tratamientos más empleados en pacientes con demencia
Existen una gran cantidad de posibles intervenciones no farmacológica que se pueden llevar a cabo en pacientes con demencia, siendo uno de los principales objetivos su estimulación. Algunas de las terapias que se han clasificado como tratamiento no farmacológico en estos pacientes son las siguientes.
1. Estimulación cognitiva
Una de las principales y más conocidas, la estimulación cognitiva pretende que el sujeto active sus facultades mentales a nivel general, a través de diferentes actividades, y se facilite su orientación. A menudo se emplean para ello elementos de memoria y recuerdo, asociación y procesamiento de la información.
2. Entrenamiento cognitivo
Fortalecimiento y aprendizaje de operaciones, elementos y estrategias concretas para lograr la mejoría de una habilidad o ámbito cognitivo concreto.
3. Rehabilitación cognitiva
La rehabilitación se centra en procesos y habilidades deterioradas o en proceso de deterioro, procurando su recuperación, sustitución, compensación y optimización.
4. Entrenamiento en habilidades de la vida diaria
Según la demencia avanza, los sujetos que las padecen van a ir manifestando una cada vez mayor dificultad en realizar actividades básicas para su día a día, como mantener los hábitos de higiene, utilizar el teléfono o incluso alimentarse o ir al baño. Es por ello que el entrenamiento en estas habilidades permite fortalecer la autonomía del paciente.
5. Terapia de Reminiscencia
Un tipo de terapia que se emplea en pacientes con demencia de cara a ayudarles a recordar y reelaborar sus vivencias, fortaleciendolas en su memoria y facilitando mantener una narrativa vital coherente. Pueden usarse fotos, acontecimientos muy relevantes o canciones entre otros elementos.
6. Terapia Asistida con Animales
Tanto en las demencias como en otras alteraciones mentales se ha demostrado que la vinculación con animales y especialmente con mascotas tiene un efecto beneficioso en el funcionamiento mental y social del paciente, a la par que se mejora su motivación y afectividad. Puede recurrirse a una gran variedad de animales, siendo muy común el uso de perros.
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7. Musicoterapia
La musicoterapia es uno de los tratamientos no farmacológicos que se emplean, entre otros ámbitos, en el de las demencias. La música, sea escuchada pasivamente o bien sea generada por los propios pacientes, puede mejorar las funciones cognitivas y suele servir como refuerzo. Seguimiento de ritmos, elaboraciones espontáneas o reconocimiento de canciones y melodías y sus características son algunas de las actividades que se proponen.
8. Psicoterapia
La psicoterapia, generalmente de tipo cognitivo-conductual pero que también puede provenir de otras corrientes y escuelas como la sistémica, puede ser de utilidad no solo en el entrenamiento cognitivo sino también en el tratamiento de problemas emocionales, la gestión del estrés y el duelo por la pérdida de capacidades o en el entrenamiento en habilidades como las sociales.
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9. Fototerapia
La terapia lumínica es empleada generalmente en personas con problemas de tipo depresivo, especialmente en el trastorno afectivo estacional. Se basa en la exposición a diferentes tipos e intensidades de luz con el objetivo de regular los ritmos circadianos.
10. Relajación
Aplicación de técnicas de relajación para aliviar estrés y ansiedad, a través de la respiración y tensión muscular.
11. Terapia recreativa
Terapia basada en el uso de actividades lúdicas y juegos guiados para generar mejoras en las capacidades y estados emocionales del paciente.
12. Arteterapia y terapias expresivas
Se basa en la elaboración de elementos artísticos como mecanismo para fortalecer las habilidades del paciente y a su expresión afectiva. Puede incluirse dentro la danzaterapia, el teatro, la pintura o la escultura.
13. Ejercicio físico y fisioterapia
La realización de ejercicio y la realización de masajes son elementos importantes de cara a mantener al paciente estimulado, conservar la psicomotricidad y generar sensaciones corporales agradables.
14. Logopedia
La capacidad de comunicarse se ve alterada en un gran número de demencias. El entrenamiento y fortalecimiento en esta habilidad es de gran utilidad, ayudando a los pacientes a poder expresarse correctamente y mejorando sus capacidades bucofonatorias.
15. Terapia ocupacional
Disciplina en la que se emplean diferentes tipos de ocupaciones o actividades (incluyendo algunos de los anteriores) con el fin fortalecer la autonomía y la calidad de vida. Se trabajan tanto aspectos cognitivos como físicos, procurando que las actividades que se llevan a cabo se vinculen con las realizadas en el día a día del sujeto.
Orientada a diferentes focos
Cuando pensamos en tratamiento no farmacológico de la demencia, solemos pensar en el conjunto de estrategias que se emplean sin que medien necesariamente agentes farmacológicos sobre el paciente para provocar su mejoría, optimización o preservación de facultades durante el mayor tiempo posible.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que aunque el paciente identificado es el principal foco de atención, también se aplican diferentes técnicas y tratamientos no farmacológicos sobre el resto de elementos vinculados a él: su familia y entorno y el equipo de profesionales que le atiende.
Paciente
Como hemos mencionado, el paciente es el principal foco de atención sobre el que se aplican los tratamientos, tanto no farmacológicos como farmacológicos. Los anteriores ejemplos de terapias y tratamientos son aplicados en éste. Es importante tener en cuenta que no solo se trata de preservar habilidades, sino de mejorar en lo posible su calidad de vida. También deben atenderse sus necesidades emocionales y intentar mantener su motivación.
Familia/Entorno
Aunque el paciente es quien padece la demencia, también el entorno y los seres queridos del sujeto van a experimentar un elevado nivel de sufrimiento y dudas. Generalmente, algunos de ellos van a hacer de cuidadores del sujeto según este vaya perdiendo autonomía y capacidades, y van a tener que hacer frente a situaciones duras y dolorosas.
Entre las intervenciones más habituales está la psicoeducación, el entrenamiento en cuidados generales y específicos, el apoyo y asesoramiento, la psicoterapia (es habitual la presencia de elevados niveles de estrés y en algunos casos problemas afectivos), la asistencia a grupos de apoyo y la utilización de servicios como los centros de día o la ayuda en domicilio. Suelen emplearse, y de hecho son los más efectivos, programas multicomponentes que tienen en cuenta elementos de diferentes ramas y técnicas.
Profesionales
En algunos casos, los sujetos con demencia son dejados al cuidado de profesionales o servicios a los que también se les puede aplicar tratamiento no farmacológico. Es lo que ocurre con las personas que ofrecen sus servicios como cuidadores, internos o externos que conviven con los pacientes y les ayudan en su día a día o residencias de ancianos. También podríamos incluir a profesionales de la medicina y la psicología con contacto frecuente con este tipo de paciente.
El entrenamiento en el cuidado del sujeto y la búsqueda de alternativas dignas en aquellos casos graves que no supongan la restricción de movimientos de la persona son algunos de los elementos que forman parte de los elementos que se les enseñan. La psicoterapia y el asesoramiento también puede ser requerida, tanto para los que están en contacto con un paciente como para los que hacen frente al proceso de diagnóstico y tratamiento (al fin y al cabo están haciendo frente a una situación en que ven como una persona va poco a poco perdiendo facultades).
¿Funcionan?
Se han realizado muy diversos estudios sobre el funcionamiento y la efectividad de diferentes terapias y tratamientos aplicados en el caso de la demencia. Si bien se cuenta con la complicación de que los estudios de este tipo de tratamientos son más complicados de llevar a cabo dado el elevado número de variables implicadas y las diferencias en posibilidad de mantener determinados tipos de intervención, los resultados son favorables a su aplicación.
El tratamiento no farmacológico se ha manifestado altamente recomendable, puesto que mejora en gran medida la calidad de la vida del paciente y de sus cuidadores, el mantenimiento y mejoría en las actividades básicas de la vida diaria y el mantenimiento de un tono afectivo más positivo en comparación con la ausencia de este tipo de tratamientos.
De hecho, se considera tratamiento de primera elección dado que genera una mejoría en los aspectos conductuales y cognitivos similar al de la farmacología perso sin sus efectos secundarios. La más recomendada es la estimulación cognitiva y la preparación asesoramiento de los cuidadores (sean familiares o profesionales)
Referencias bibliográficas
- Olazarán, J. y Muñiz, R. (2009). Mapa de Terapias No Farmacológicas para Demencias Tipo Alzheimer. Guía de iniciación técnica para profesionales. Fundación Maria Wolff y International Non Pharmacological Therapies Project.