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¿Para qué sirve la psicología aplicada a la danza?


Hace ya mucho tiempo que la concepción de la psicología como una manera de ayudar a pacientes con trastornos mentales quedó superada; hoy en día, los psicólogos trabajan en todas las áreas de la experiencia humana, y muchas de ellas están fuera del ámbito de la salud mental (aunque se relacionen con ella de manera indirecta).

Es por eso que más allá de la psicoterapia, los psicólogos ofrecemos otra clase de servicios para personas que, aunque no tienen por qué estar pasando por malos momentos, necesitan apoyo para impulsar sus proyectos y alcanzar sus metas más importantes en lo personal y/o profesional. Un ejemplo de ello es el modo en el que se trabaja desde la psicología aplicada a la danza, un interesante ámbito de intervención en el que se ayuda a bailarines y bailarinas profesionales (o a personas que aspiran a serlo). Veamos cómo funciona.

Los principales beneficios de la psicología aplicada a la danza

Estas son pequeñas muestras de por qué aprender a gestionar habilidades psicológicas ayudarán a estos profesionales a optimizar su rendimiento, satisfacción y bienestar.

1. Potencia las habilidades de auto-motivación

Saber auto-motivarse es clave para mantener una rutina de entrenamiento adecuada y no rendirse ante las primeras señales de que el progreso no es el esperado. Esto incluye procesos basados en la introspección, y otros que tienen que ver con modificar nuestro entorno para motivarnos a través de él.

2. Mejora la capacidad para aprender de los errores

Desarrollarse profesionalmente en la danza es imposible si no se está dispuesto a mantener una actitud humilde; hay que saber aceptar que los errores lo son, y aprender de ellos. Por eso, desde la psicología se ayuda a tener una visión completa de lo que se hace, tanto lo bueno como lo malo, y encajar esta auto-crítica sin que nos desgaste mucho emocionalmente.

3. Enseña a usar técnicas de activación

Saber modular la activación nerviosa es clave en la danza; hay momentos de calma y movimientos pausados, otros momentos de frenesí y aparente caos, etc. Por eso, en psicología se instruye a las personas en el uso de técnicas de relajación y de activación que tienen que ver con el control de la respiración, los ejercicios musculares, etc.

4. Refuerza la capacidad de gestión del estrés

Las personas que quieren dedicarse profesionalmente a la danza se enfrentan con cierta frecuencia a pruebas a modo de examen o audiciones, pero eso no significa que en todos los casos “se acostumbren” a ellas y sean capaces de sobrellevarlas bien. Muchas veces no tienen consciencia de cómo gestionar dicho reto, de cómo afrontar una situación en la que ponen en juego parte de su futuro.

Psicología para bailarines

De hecho, en ocasiones se da un efecto paradójico: cuanto más progresan en su carrera profesional estas personas, más vértigo les da la posibilidad de suspender un examen, ya que echan la vista atrás y se centran en todo lo que han tenido que sacrificar para llegar hasta ahí; por ello, parece como si con el tiempo fuesen más vulnerables a que el mal manejo del estrés se cebe con ellas.

4. Ofrece un programa de entrenamiento del manejo de la atención

Saber poner la atención en unas partes del cuerpo claves es necesario para ejecutar bien las coreografías, pero esto puede ser demasiado difícil si se muestra una predisposición a distraerse. Por eso, los psicólogos ayudamos a gestionar el foco atencional.

5. Mejora la identificación y neutralización de pensamientos desadaptativos

Saber identificar los pensamientos que llevan al auto-sabotaje es imprescindible para no desanimarse o, peor aún, atribuir nuestros éxitos a factores externos (mientras que los malos resultados son atribuidos a uno mismo). Es importante detectar rápidamente estas ideas y creencias problemáticas para que no nos frenen o incluso nos lleven a no intentar mejorar.

6. Ayuda a desarrollar habilidades de la expresión de las emociones

Bailarines y bailarinas se exponen en conciertos y obras donde la capacidad de expresar emociones y sentimientos mediante sus movimientos es clave. Y es que aquello que han trabajado durante los ensayos no es simplemente una cuestión técnica: también hay un elemento artístico involucrado, un afán por transmitir algo que va más allá de lo literal.

Y es por ello necesario que sean capaces de desarrollar habilidades de Inteligencia Emocional relacionadas con la expresión de emociones en el escenario; es importante comprender los matices de cada sentimiento, saber diferenciarlos los unos de los otros, fomentarlos en uno mismo en el momento clave pero sin excederse ni perder el control, etc.

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