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La mejor defensa contra la adicción es la prevención


Como ya sabemos, siempre es mejor la prevención a tener que intervenir, sobre todo si de lo que estamos hablando es de la adicción a cualquier sustancia o comportamiento. Lo cierto es que es siempre mejor poner los medios para que los daños que conlleva una adicción no aparezcan.

Hay personas que piensan que una adicción no se puede curar, y están equivocadas. Es difícil, requiere tiempo y compromiso, pero es posible superarla y dejarla atrás. Y en Fromm Bienestar llevamos mucho tiempo ayudando a personas a conseguirlo. Eso sí, las adicciones se pueden prevenir siempre y cuando tengamos un plan para ello.

¿Se puede prevenir la adicción? ¿Cómo?

Diremos que sí, que la adicción se puede prevenir, pero es necesario mencionar que esta enfermedad no aparece de la nada; hay factores y aspectos que van condicionando al potencial adicto hacia la dependencias. Es como el ejemplo que siempre se pone: cuantos más billetes de lotería lleves, más posible es que te toque.

Hay que decir que son muchos los aspectos que tienen influencia en el desarrollo de una adicción, y que es muy complicado tenerlos todos bajo control. No obstante, hay algunos que son más fácilmente perceptibles que otros y que pueden ser intervenidos antes de que se hagan más graves. Algunos de ellos son los que señalamos a continuación:

1. Bajo estado de ánimo y depresión

Cuando una persona que nos importa está triste y lo vemos, es más, si la vemos demasiado decaída, podemos considerar que ese es el primer síntoma de que algo puede estar ocurriendo, y debemos estar alerta.

Ten en cuenta que dos de los principales aspectos que originan una posible adicción son precisamente la depresión y la tristeza. Por ello es importante preocuparnos e intentar echar una mano a esa persona, tratar de ver cuál es el origen de su estado. Podemos intentar demostrarle que nos importa, que le apoyamos sin emitir juicios de valor y hablando con ella constantemente.

Prevención de las adicciones

2. La influencia del grupo

Uno de los factores que pueden influir poderosamente en el comportamiento de la persona es el grupo, aquellos individuos de los que uno se rodea. Si la persona de la que hablamos está siempre con gente que nos parece poco recomendable, es fundamental estar atentos y ser muy precavidos. Es posible que decírselo abiertamente no sea la solución, ya que lo único que causará es rechazo hacia nosotros.

Lo que sí se puede hacer es tratar de hacer que entienda que no está con la compañía más adecuada, y que, aunque estamos preocupados, la decisión final acerca de si quiere o no estar en esa compañía es suya. No se trata de meternos en su vida y en sus decisiones, sino acompañarle y darle nuestro punto de vista. Si somos capaces de hacerlo, esto será una herramienta muy interesante para ayudarle a cambiar.

3. Los malos hábitos hacen que sea mucho más complicado prevenir una adicción

Esto es exactamente así, tal cual. Es fundamental tener unos hábitos de vida saludables y positivos, y, si queremos ayudar a alguien a prevenir la adicción, tenemos que fomentar en esa persona los hábitos de los que hablamos.

Algunos malos hábitos pueden ser por ejemplo dormir demasiado, comer de manera incorrecta, no tener unos horarios establecidos para nuestro ritmo vital y otros muchos que vemos en personas de nuestro entorno a diario.

Proporcionar consejo y ayuda sobre cómo establecer unas rutinas positivas puede ser una gran idea, ya que van a ayudar a que la persona disponga del equilibrio psicológico que necesita.

A modo de conclusión

Para resumir, es verdad que no lo podemos controlar todo, y que a veces, la prevención de la adicción conlleva factores y aspectos que escapan a nuestro control. Sin embargo, sí podemos hacer determinadas cosas para que haya menos posibilidades de que esa persona desarrolle una adicción.

Será básico transmitirle valores y normas que pueda interiorizar sin que las vea como algo impuesto, sino que las vea como algo suyo. Tampoco podemos olvidar que la adicción surge como un elemento que nos ayuda a evitar una situación o un sentimiento, para gestionar una situación dolorosa.