Vulnerabilidad: la fuerza que no sabías que tenías
La mayoría de las personas, cuando piensan en la vulnerabilidad, suelen hacerlo viéndola como una debilidad. Es algo que los hace débiles y expuestos. ¿Pero qué pasaría si viéramos la vulnerabilidad de una manera diferente? ¿Y si la viéramos como una fortaleza?
En este artículo vamos a explorar la idea de la vulnerabilidad y por qué es importante tenerla en nuestras vidas. También hablaremos de cómo ser más vulnerables en nuestras relaciones y por qué puede ser tan beneficioso.
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¿Qué es la vulnerabilidad?
La vulnerabilidad puede ser vista como la capacidad de ser abierto y honesto con nuestros sentimientos, pensamientos y experiencias. En este sentido la vulnerabilidad se presenta como un recurso de desarrollo y crecimiento personal.
Por otra parte, un estado de vulnerabilidad nos permitiría ser capaces de mostrar nuestro verdadero yo a los demás. Incluso si eso significa que podemos resultar heridos.
Y esta es quizá la razón por la que nos rehusamos a experimentar la vulnerabilidad. Ser vulnerable requiere valor y fuerza, porque nos exponemos sin saber lo que va a pasar. Confiamos en que la otra persona nos aceptará tal y como somos.
Sabemos que los seres humanos estamos mayormente orientados al placer y a la certeza. Por ello la vulnerabilidad puede resultar tan amenazante.
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¿Por qué es importante la vulnerabilidad?
Pero si la vulnerabilidad no suele producir una sensación agradable. ¿Por qué sería importante experimentarla en nuestras relaciones?
La vulnerabilidad es importante porque puede ayudarnos a cruzar la barrera de la superficialidad que caracteriza a las relaciones contemporáneas. Ayudándonos a establecer relaciones más estrechas con los demás. Pues cuando somos vulnerables, dejamos que la otra persona entre en nuestro mundo interno y nos conozca como realmente somos.
Esto puede conducir a un nivel más profundo de confianza e intimidad. Además, ser vulnerable puede ayudarnos a crecer y aprender más sobre nosotros mismos. Nos permite entrar en contacto con nuestras emociones y comprendernos mejor.
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¿Cuáles son algunos ejemplos de vulnerabilidad?
Algunos ejemplos de vulnerabilidad son compartir nuestros miedos y preocupaciones más profundos con alguien, ser sinceros con nuestros errores y admitir que necesitamos ayuda. Otras veces, podemos mostrarnos vulnerables abriéndonos a nuestros sentimientos o compartiendo algo personal con alguien.
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La vulnerabilidad en la relación psicoterapéutica
Un ejemplo claro de una relación donde solemos utilizar la vulnerabilidad como recurso son las relaciones de ayuda que se establecen en el contexto de la psicoterapia.
Con un psicoterapeuta podemos experimentar lo que algunos llaman seguridad psicológica. Es decir un ambiente construido en conjunto con otra persona (el terapeuta) caracterizado por:
- La empatía
- El respeto
- La confidencialidad
- La aceptación sin prejuicios
Si ya has ido a psicoterapia, sabrás que estos elementos permiten que hablemos abiertamente con la seguridad de que la otra persona está genuinamente interesada en nosotros. En comprender nuestro mundo y por ende promueve en nosotros la misma actitud, de buscar el crecimiento permitiéndonos ser quien realmente somos.
Pero no hay que olvidar que esta relación tiene una limitante. Y es que solo ocurre en el contexto de una relación de ayuda como un servicio profesional de atención a la salud. Sin embargo, podemos aprender de este ejemplo más sobre cómo llevar la experiencia de vulnerabilidad a nuestra vida cotidiana.
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¿Cómo podemos ser más vulnerables en nuestras relaciones?
Hay muchas maneras de ser más vulnerables en nuestras relaciones:
- Intentar compartir algunas cosas que normalmente no compartiríamos con los demás. Lo que puede incluir nuestros pensamientos, sentimientos, miedos y experiencias.
- Por otra parte, ser más abiertos y honestos con las personas que tenemos cerca. Esto significa ser sinceros sobre nuestros sentimientos y pensamientos, incluso si tenemos miedo de cómo reaccionarán.
- Por último, también podemos mostrarnos vulnerables admitiendo que necesitamos ayuda o apoyo de los demás. Esto puede ser algo difícil de hacer, pero puede ser muy beneficioso para nuestras relaciones.
Recuerda que socialmente la vulnerabilidad suele considerarse una debilidad y que estas transformaciones en tus relaciones pueden sorprender a más de uno. Pero atreverte a mostrarte vulnerable y permitir a los otros tener una relación segura para serlo también es en realidad una fortaleza.
Intenta practicar las actitudes que mencionamos anteriormente (empatía, respeto, confidencialidad y aceptación). Brindar esto a las personas que conoces inevitablemente lo traerá de vuelta para ti.
Además crear relaciones de crecimiento basadas en momentos de vulnerabilidad puede permitirnos entrar en contacto con nuestras emociones y comprendernos mejor a nosotros mismos.