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Los problemas psicológicos más comunes en los altos ejecutivos


Las personas sometidas a una alta presión tienen más probabilidades de desarrollar ciertos trastornos psicológicos. Es el caso de altos ejecutivos, los directivos y otros cargos de mucha responsabilidad.

A continuación recopilaremos los diagnósticos más habituales que suelen darse en este tipo de personas debido a las características de sus trabajos y de su estilo de vida.

¿Cuáles son las psicopatologías más frecuentes entre los altos ejecutivos?

Los ejecutivos, directivos y otros perfiles del más alto nivel empresarial están sometidos a unas rutinas diarias que facilitan la aparición de una serie de patologías. Vamos a ver cuáles son los problemas psicológicos más comunes en los altos ejecutivos y cargos afines.

1. Ansiedad

No es de extrañar que la primera patología psicológica que nos encontremos al hablar de personas que viven por y para su trabajo, sea la ansiedad. Estos individuos tenderán a vivir en un constante estado de alerta, anticipando continuamente posibles situaciones relacionadas con su entorno laboral y con decisiones que ha de tomar para lograr siempre los mejores resultados.

Esta sobreactivación, lógicamente, no es algo que el cuerpo ni la mente pueda soportar durante un periodo de tiempo mantenido sin que haya una serie de consecuencias, algunas físicas, y otras psicológicas. Los síntomas psicológicos más habituales de la ansiedad son un sentimiento constante de culpa, preocupación y agobio. A veces se puede temer la pérdida de control e incluso llegar a pensar que uno puede morir.

Dentro de los los problemas psicológicos más comunes en los altos ejecutivos, la ansiedad provoca que estas personas se muestren inquietas, irritables, tengan problemas para concentrarse y sientan que se les olvidan algunas cosas. También pueden llegar a experimentar bloqueos a nivel motor, lo que retroalimenta la sensación de ansiedad, estableciendo un círculo vicioso.

2. Depresión

La depresión es, junto con la ansiedad, uno de los trastornos mentales más frecuentes, por eso es lógico pensar que es otro de los problemas psicológicos más comunes en los altos ejecutivos y de hecho no es raro que aparezcan los dos en conjunto, pues la sintomatología ansiosa-depresiva es uno de los cuadros que los psicólogos se encuentran más a menudo en sus consultas.

La depresión se caracteriza por un estado de ánimo de tristeza generalizada, sentimientos de culpa e infelicidad, en ocasiones a raíz de un evento traumático y otras veces sin una causa clara, pero que perfectamente puede encajar con un estilo de vida desgastante que termine por agotar las defensas mentales del individuo. El caso de los altos directivos sería un perfil en el que esta enfermedad podría aflorar si no se tienen las precauciones necesarias para evitarlo.

3. Trastorno obsesivo compulsivo

Otro de los problemas psicológicos más comunes en los altos ejecutivos sería el TOC o trastorno obsesivo-compulsivo, que en realidad estaría relacionado con los trastornos de ansiedad pero con unas características muy concretas, de ahí que el manual diagnóstico DSM-5 le dé una categoría independiente. En este caso, las personas desarrollan una serie de obsesiones irracionales que tratan de aplacar mediante comportamientos compulsivos.

Esas obsesiones o pensamientos circulares saturan la mente de estos individuos, impidiéndoles centrarse en otras cuestiones con normalidad, por eso desarrollan rituales o compulsiones para intentar dejar atrás esos pensamientos y poder focalizarse en los asuntos que le ocupan. Para una persona como un directivo que necesita de su capacidad mental al máximo, los pensamientos intrusivos representan un gran problema.

El TOC no es una enfermedad que afecte a tanta población como la ansiedad en sí misma, pero sí que es habitual que aquellas personas que tengan una mayor propensión de sufrirlo lo vean aún más facilitado por un alto nivel de estrés mantenido en el tiempo, que es precisamente el estilo de vida que un directivo suele llevar, de ahí que este sea una de los problemas psicológicos más comunes en los altos ejecutivos.

4. Trastorno narcisista de la personalidad

La cuarta alteración psicológica que encontraríamos sería el trastorno narcisista de la personalidad. En este caso estamos hablando de una alteración psicológica que afecta a la personalidad de la persona que le hace percibirse a sí mismo con una importancia más allá de la que corresponde. El individuo que sufre este trastorno suele creerse el centro del mundo, con unas cualidades que pocos o nadie más posee.

No solo eso, sino que necesita que los demás le hagan ver lo especial que es, por lo que los halagos serán casi un requerimiento. Este sentimiento, además, le provoca una tendencia a considerar que sus derechos son mayores que los del prójimo y por lo tanto esperará un trato mejor que cualquiera, simplemente por ser quien es.

Tendrá poca o ninguna empatía y esperará que sus subordinados se impliquen al cien por cien en las tareas de la empresa, sin importar sus vidas personales, su estado de salud ni otras cuestiones. Efectivamente, es un perfil que podría encajar en algunos altos mandos de algunas empresas, así que el trastorno narcisista de la personalidad no podía faltar como uno de los problemas psicológicos más comunes en los altos ejecutivos.

¿Qué elementos del contexto profesional generan estas alteraciones?

Después de abordar cuáles son los problemas psicológicos más comunes en los altos ejecutivos debemos conocer las bases que hacen que estas personas tengan una mayor tendencia a sufrir determinadas patologías por encima del resto de la población. Estamos hablando de un perfil de persona que habitualmente trabaja muchas más horas al día de las que conformarían una jornada laboral típica, que generalmente es de 8 horas.

Estos individuos, por el contrario, pueden pasar en la oficina 10, 12 o incluso 14 horas. Igualmente es habitual que se trasladen entre diferentes sedes, a veces internacionalmente, lo que implica viajar en avión, a veces incluso cambiando de zona horaria, con el consecuente jet lag. El tiempo lo es todo y generalmente van con prisas de un lugar a otro para llegar puntuales a todas las reuniones, pudiendo tener varias en un mismo día.

Además, esto implica un sueño muy deficitario, suplido con grandes dosis de café, que únicamente actúa como parche, pues nada funciona igual que un sueño reparador. No solo es la falta de sueño, es que además esta situación suele ir acompañada de una nutrición bastante mejorable, pues en ocasiones, por no perder ni un solo minuto de trabajo, la ingesta se realiza muy deprisa o a veces ni siquiera tiene lugar, lo que es aún peor.

Por si fuera poco, los temas tratados a nivel laboral en el día a día son de una gran sensibilidad, implicando tomar decisiones de enorme calado, que pueden significar la subida o bajada en bolsa de la empresa, ganancias o pérdidas millonarias, lograr cerrar acuerdos esenciales con otras compañías o incluso tener en sus manos la posibilidad de lograr o perder proyectos que implican muchos puestos de trabajo.

El manejar todas estas cuestiones de forma constante es algo que no todas las mentes están preparadas para hacer. Incluso las más fuertes pueden sufrir una serie de consecuencias, que son algunos de los problemas psicológicos más comunes en los altos ejecutivos y que previamente hemos visto con detalle.

El último factor sería el del tiempo libre. La desconexión laboral, tan importante para limpiar la mente tras un agotador día en el trabajo, es algo con lo que muchos ejecutivos no cuentan. A jornadas interminables en la oficina le siguen ratos en casa en los que esta persona no desconecta. Utiliza su teléfono o su ordenador para responder llamadas o correos electrónicos, revisar documentos o tratar de avanzar en diferentes proyectos.

Ocurre lo mismo durante las vacaciones. Estos individuos nunca llegan a desconectar realmente del trabajo, pues piensan que sus tareas son indispensables para la empresa y por lo tanto no suelen tomarse días libres y si lo hacen ocurre lo mismo que cuando llegan a casa: están pendientes de su portátil o de su smartphone, por lo que simplemente trasladan su puesto de trabajo a otro lugar.

Este factor también repercute en sus vidas personales y familiares, pues en ocasiones tienen problemas para implicarse todo lo que les gustaría y poder así disfrutar de más tiempo y de más calidad, por ejemplo con sus hijos, sus parejas, sus amigos, etc. Esto podría potenciar el malestar que la persona ya siente con la situación, pues pasaría de estar afectándole únicamente a él a estar implicando a terceras personas.

En resumen, estamos hablando de personas con responsabilidades del más alto nivel, que viajan constantemente, duermen poco, no tienen hábitos alimenticios saludables, que apenas pueden o saben desconectar, sin apenas vacaciones ni tiempo libre con su propia familia. Parece un caldo de cultivo extraordinario para generar toda una serie de patologías que hemos visto y que representan los problemas psicológicos más comunes en los altos ejecutivos.

Referencias bibliográficas:

  • Fernández-Montalvo, J. (1998). Los trastornos psicológicos derivados del trabajo: hacia una psicopatología laboral. Clínica y Salud.
  • Hernández, L., Romero, M., González de Rivera, J.L., Rodríguez-Abuín, M.J. (1997). Dimensiones de estrés laboral: relaciones con psicopatología, reactividad al estrés y algunas variables orgánicas. Psiquis.
  • Plut, S.T. (2002). Nuevas perspectivas en psicopatología del trabajo. Revista Científica de UCES.