Rituales funerarios en la edad de piedra: cómo eran y qué nos muestran
La muerte es una aspecto abordado en todas las culturas. En todo el mundo se les dedica un momento a quienes acaban de partir, realizando una ceremonia en su recuerdo.
Una pregunta que se han planteado los arqueólogos es desde cuando los seres humanos celebramos y enterramos a nuestros difuntos. ¿Es algo exclusivo de nuestra especie o han habido otros homínidos que han enterrado a sus muertos?
A continuación vamos a hablar sobre los rituales funerarios en la edad de piedra, esto es, el paleolítico y el neolítico, además de comprender la dificultad de conocer si realmente tenían concepto de la muerte.
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Rituales funerarios en la edad de piedra: características y descubrimientos
La muerte es un evento que va acompañado de rituales en prácticamente todas las culturas. Se esté donde se esté, en todas las culturas, cuando alguien muere, se le prepara algún homenaje. Este puede consistir en un entierro a la occidental, con el cadáver dentro de un ataúd que, tras decirle el último adiós, será cremado o enterrado. En otros lugares del mundo el cadáver es lanzado al mar, respetuosamente dejado a la intemperie para que los buitres se lo coman o, incluso, es descarnado y puestos sus huesos en urnas decorativas.
Queda claro que la idea abstracta de la muerte está presente en todos los seres humanos, independientemente de lo “compleja” o “civilizada” que sea su cultura.
Sin embargo, una pregunta que los arqueólogos siempre se han hecho es desde cuando los humanos modernos (y los no tan modernos) enterramos a nuestros muertos. Un entierro deliberado es sinónimo de entender el concepto de la muerte y es por esto que se ha intentado comprender hasta qué momento esta idea abstracta pudo aparecer en nuestra mente.
Dada la existencia de yacimientos arqueológicos en los que se han encontrado huesos humanos aparentemente colocados aposta, se ha planteado que nuestros ancestros sí podían entender qué era la muerte. La muerte es una idea abstracta, que no se limita a entender que algo que estaba vivo deja de estarlo: es comprender que es un fenómeno irreversible, que quien muere se va para siempre.
Los rituales funerarios en la edad de piedra han sido un objeto de amplio estudio puesto que, de descubrirlos, serían la confirmación de pensamiento abstracto en nuestros antepasados.
Tradicionalmente se ha pensado que solo el ser huamno moderno realizaba sepulturas a sus muertos, sin embargo, los arqueólogos son cada vez más críticos con esta idea. Veamos cómo eran los rituales funerarios en la edad de piedra, o al menos la interpretación que se ha hecho de ellos.
Rituales en el paleolítico
El paleolítico es el período más antiguo de la Prehistoria. Si bien en esta época ya se pueden encontrar la fabricación de ciertas herramientas, la idea de que los homínidos pudieran realizar sepulturas a sus seres queridos es todavía debatible. Este período se subdivide en tres: paleolítico inferior, paleolítico medio y paleolítico superior.
Paleolítico inferior
Una creencia muy generalizada entre la población es la de que nuestros ancestros más antiguos no trataban de forma especial a sus muertos más recientes. La ausencia de entierros deliberados ha puesto en duda que comprendieran que era la muerte o de tener ideas abstractas, asumiendo que no debían ser muy inteligentes.
Sin embargo, esta idea cambió con los hallazgos de la Sima de los Huesos en Atapuerca, con restos óseos con una antigüedad de 430.000 años y que se encuentran en un lugar que no parece que tuviera uso doméstico alguno.
Se trata de una especie de cueva que da a un pozo natural, en el que se han encontrado los huesos de por lo menos 28 homininos, junto con restos de herramientas de cuarcita. Dado lo alejada que está y que no parece que se le diera un uso cotidiano, se ha interpretado que la Sima de los Huesos es una especie de cementerio prehistórico.
Aunque hay quienes piensan que esos huesos podrían encontrarse ahí por accidente, como traídos por una inundación o por un depredador, la teoría del entierro deliberado es la que cobra más sentido. De haber habido inundaciones no se encontrarían solo restos de homínidos, sino también de otros animales. Este yacimiento, de ser verdad que es un lugar de sepultura, confirmaría la existencia de entierros deliberados de más de 200.000 años.
En una de las cámaras de más difícil acceso de la Cueva Rising Star, en Sudáfrica, se han encontrado 15 restos de esqueletos similares a humanos. A esta hipotética nueva especie se le ha llamado Homo naledi, y parece ser otro entierro deliberado.
No hay evidencia de un desastre natural que explique por qué los restos óseos estaban ahí, ni sedimentos ni agua que puedan deberse a una inundación. Aparte de los huesos de un búho, no hay restos de otros animales ni de posibles depredadores que trajeran esos huesos ahí.
Paleolítico medio
A medida que entramos en el paleolítico medio encontramos más restos de rituales funerarios deliberados. Parece que algunos neandertales llevaban a cabo rituales para sus muertos, pero de una forma un tanto violenta quizás para nuestra visión occidental moderna: descarnaban los cadáveres y rompían las articulaciones. Se ha hipotetizado que podrían realizar canibalismo ritual con sus muertos.
Se tiene constancia de posibles entierros deliberados hechos por neandertales en la cueva de Pontnewydd en Gales, con una datación de 230.000 años. Entre el paso del paleolítico medio al superior, los neandertales fueron realizando entierros cada vez más sofisticados, tanto para niños pequeños como para sus más ancianos. Esto sugiere que su sociedad era más igualitaria de lo que se podría pensar, en la que la edad no era un factor de distinción.
Igualmente, no hay restos confirmados de ajuar en esas tumbas de neandertales. Esto es bastante significativo, puesto que el ajuar es indicador de pensamiento ceremonial, de dejar cosas al muerto para que se las lleve al otro mundo. Igualmente, se asume que los neandertales pudieron tener concepto de muerte, o al menos entender que era un fenómeno irreversible.
En cuanto a los seres humanos modernos u Homo sapiens, es por todos sabido que tradicionalmente se les ha asociado como los únicos capaces de realizar rituales funerarios. Esto, en base a lo ya visto, se ha puesto en entredicho. Lo que sí se tiene claro es que los primeros entierros deliberados de humanos modernos eran mucho más sofisticados en comparación con los de sus antecesores u otras especies de humanos.
Uno de los primeros entierros deliberados hallados hecho por Homo sapiens se encuentra en Israel y data de unos 100.000 años. En él se encontraron restos óseos delicadamente colocados, con ajuar compuesto, mayormente, por huesos de animales.
Paleolítico superior
Pero no será hasta el paleolítico superior en el que se da un “boom” de rituales funerarios, puesto que no son pocos los restos óseos hallados de esta época. Un caso interesante se encuentra en Reino Unido, en Goat’s Cave. William Buckland en 1823 encontró en esta cueva, situada en la península de Gower, Gales, unos restos óseos muy antiguos, pintados de color rojo.
Buckland era muy seguidor de la Biblia, lo cual le hacía ser incapaz de pensar que el Mundo tenía más de 5.000 años. Pensó que esos huesos eran de alguna prostituta traída en tiempos de la invasión romana a Gran Bretaña, y por esto la llamó Red Lady of Paviland. Irónicamente, esta señorita era en realidad un varón, tendría 25 o 30 años cuando murió y vivó hará unos 33.000 años y, para más inri, estaba acompañado de restos óseos de animales extintos hacía mucho tiempo, que ni los romanos pudieron conocer.
La Señorita Roja de Paviland tenía un brazalete de marfil de mamut, un pendiente y numerosas conchas y restos de huesos. El cadáver debió ser enterrado con ropa y zapatos. La naturaleza de este entierro sugiere que fue un hombre importante, barajándose la posibilidad de que fuera un chamán y que el ajuar que le acompañaba fueran elementos de su rito en vida.
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Rituales en el mesolítico
Hay pocos restos humanos completos que se atribuyan al mesolítico, lo que sugiere que hubieron pocos enterramientos o que se practicaron otros métodos para velar a los difuntos. Entre las prácticas más comunes se podría considerar la descarnación, es decir, arrancar la carne de los huesos. Esto se ha considerado porque los restos de esta época son, en su mayoría, pequeños fragmentos de huesos o huesos con marcas de objetos afilados. Esto ha sugerido la práctica de canibalismo en Homo sapiens primitivos.
Uno de los restos esqueléticos más completos lo podemos encontrar en Gough’s Cave, en Cheddar, Inglaterra. Este esqueleto, llamado Cheddar Man o el Hombre de Cheddar debió morir en 7150 antes de Cristo con unos veinte años de edad. Su cráneo tenía un agujero, lo que hizo suponer que debió morir de forma violenta, aunque posteriormente se hipotetizó que, en realidad, tenía una enfermedad ósea y los huesos craneales empezaron a desgastarse, llevándolo a la muerte.
Otra cueva en el área de Cheddar es Aveline’s Hole, en el que se han encontrado los restos de por lo menos 70 personas, muchos de ellos con los huesos desarticulados. Sin embargo, los huesos se colocaron anatómicamente, es decir, no fueron tirados como si fueran los restos de un animal cualquiera, además de que habían elementos como dientes de animales que sugieren que no eran víctimas de caníbales, sino familiares fallecidos a los que, de forma ritual, se les comió la carne o se les arrancó por algún motivo.
Lamentablemente, esta colección de restos mesolíticos acabó perdiéndose en la Segunda Guerra Mundial a causa de los bombardeos alemanes. Las interpretaciones arqueológicas actuales se basan de descripciones de la época y de fotografías en blanco y negro.
Neolítico
En el neolítico la gente empieza a sentirse más vinculada a la tierra, con lo cual el tratamiento de la muerte y la realización de entierros se da de diferente forma. Incluso empiezan a darse diferencias significativas entre poblado y poblado, es decir, podríamos hablar de ciertas diferencias culturales.
Por ejemplo, en Reino Unido, entre el 3800 a. C y el 3300 a. C podemos encontrar entierros en cámaras, sobre todo en el sur y este de Gran Bretaña. Antes de colocar los huesos se descarnan, se ponen en mortuorios y, pasado un tiempo, se sellaban poniendo barro y piedras encima. Es bastante probable que celebrara algún tipo de ceremonia antes, durante y/o después de colocar los huesos. A partir del 3500 a. C. las tumbas empiezan a ser individuales y el cuerpo se mantiene intacto.
Algunas tumbas destacables de este período en Europa son los dólmenes. Estas estructuras monumentas, que perfectamente podían superar los 5 metros, eran lo más popular en varias regiones de Europa en torno al 3.000 a. C. Tenían una cámara funeraria y al final presentaban un pasaje decorado, que se encontraba alineado normalmente con las posiciones del sol en el solsticio de verano o el de invierno
Canibalismo ritual
Dado que en muchos restos óseos de nuestros antepasados se han encontrado marcas de dientes, muchos arqueólogos supusieron que se debían al canibalismo tal y como lo entendemos en el sentido popular. Es decir, se pensaba que los antiguos seres humanos se comían los unos a los otros, ya fuera por conflictos tribales o porque había escasez de alimentos.
Sin embargo, como hemos ido comentando antes, la causa de ello podría ser ritual, es decir, se comían a otros seres humanos que acaban de morir y, como signo de respeto, ingerían sus carnes. El canibalismo podía ser un ritual funerario en el que se consumía la carne del ser querido para tenerlo más cerca, o simplemente podría ser una combinación de aprovechar nutrientes y, a la vez, honrar al difunto. Son muchas teorías las que se han planteado para esta práctica.
Igualmente, ritual o no, la carne humana era tratada de forma muy similar a cómo lo hacían con los restos de animales. Despedazaban la carne, rompían los huesos y sacaban el tuétano. Incluso cocinaban la carne en según qué ocasiones, y esto si que se puede asociar con intereses nutricionales antes que rituales.
Referencias bibliográficas:
- Olària i Puyoles, C. (2003). La muerte como rito trascendental. Los ritos funerarios del epipaleolítico-mesolítico y su probable influencia en el mundo megalítico. Quaderns de prehistòria i arqueologia de Castelló, 23, 85-106
- Andrés-Rupérez, M. T. (2003). El concepto de la muerte y el ritual funerario en la prehistoria. Cuadernos de Arqueología. 11. 13-36.