¿Existe relación entre el alcoholismo y la depresión?
La depresión y el alcohol son dos cosas con las que no podemos evitar convivir en nuestra vida diaria. Sin embargo, existe una fuerte correlación entre ellos. La depresión está asociada con capacidades cognitivas más bajas y el alcohol está relacionado con comportamientos de aislamiento social.
Cuando pensamos en la depresión y el alcohol, generalmente podemos pensar en ellos como problemas separados o subgrupos de lo mismo. Ambos tienen efectos negativos en la sociedad y llevan a las personas al punto en que no pueden funcionar correctamente en entornos sociales.
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Hablemos de la depresión
La depresión es una enfermedad que sufren muchas personas en el mundo y que se debe a muchas causas.
Las personas que sufren depresión suelen perder el interés en las actividades que solían realizar. Estas pérdidas de interés pueden ser tan graves que el paciente comenzará a evitar toda forma de actividad física o mental, encerrándose en su propio mundo y aislándose cada vez más.
Muchas personas que luchan contra la depresión tienen un sentimiento de abatimiento y falta de poder. Sienten que nada les está saliendo bien y que no pueden progresar.
Por eso es necesario desarrollar resistencia al sentimiento de abatimiento que experimentamos cuando atravesamos un período de depresión. Esto nos ayudará a lidiar mejor con los sentimientos y seguir adelante en la vida.
Además de estar deprimido, el paciente también suele estar más ansioso. Esto puede producir muchos síntomas de depresión y ansiedad y afecta la calidad de las relaciones que se crean.
Y esto nos hace plantearnos la pregunta de si este estado depresivo puede generar en una adicción, como por ejemplo, al alcohol.
¿Por qué se recurre al alcohol?
El apartado anterior se cerraba con una pregunta a la que debemos responder, por desgracia, de manera afirmativa. Es necesario recordar que la adicción es una condición compleja y que no todos los que la sufren de depresión se volverán adictos al alcohol.
Sin embargo, para algunas personas, es la única forma en que pueden afrontar el estrés. Esto se debe a que el alcohol proporciona una sensación de comodidad y alivio del estrés mismo. También los hace sentir bien consigo mismos y sube su autoestima (aparentemente).
Algunos de los “beneficios” que el alcohol trae a quien lo consume es esa sensación de euforia, o de desinhibición. Cuando te tomas una copa, te tranquiliza, te sientes bien, pero después el efecto se pasa, y si quieres volver a sentirte así, tienes que volver a tomarte otra, y otra más. Cuando te quieres dar cuenta, ya bebes más de lo que deberías, tanto, que es el momento en el que no puedes pasar sin esa copa de por la mañana, ni de medio día.
Es importante señalar que la sensación de euforia inicial es seguida por efectos secundarios desagradables como depresión, ansiedad y preocupación. Esta reacción adversa puede durar un tiempo relativamente largo después del consumo que a menudo empeora progresivamente durante un período de tiempo.
Beber alcohol activa continuamente los mismos neurotransmisores en nuestro cerebro que nos hacen sentir ansiosos y nos atrapan en la bebida. Es por eso por lo que la única manera de conseguir no sentirnos así es beber más, lo que hace que quedes inmerso dentro de una rueda de hámster que te llevará a un problema cada vez mayor.
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La relación entre depresión y adicción al alcohol
Una de las razones más importantes por las que las personas se sienten deprimidas es la falta de energía suficiente para seguir viviendo. Esta falta de energía puede impedirte alcanzar tus objetivos.
La relación entre depresión y adicción también ha sido bien estudiada en los últimos años. La adicción se refiere a un patrón en el que la persona vuelve repetidamente a consumir drogas o alcohol a pesar de no poder lidiar con sus problemas por sí misma, mientras que la depresión te lleva a un estado en el que lo único que quieres hacer es consumir eso que te hace sentirte mejor, sin pensar en los problemas que puede provocar.
Sin lugar a dudas, el consumo de alcohol puede parecer una solución fácil para que, si estás deprimido, te sientas mejor. Sin embargo, es una solución muy negativa, puesto que puede hacerte caer en una adicción además, con lo que tendrás que luchar con dos problemas.