Acinetopsia (ceguera al movimiento): tipos y síntomas
Cuando observamos el entorno, nuestros ojos realizan un gran número de movimientos para capturar todos y cada uno de los detalles y movimientos que la componen. A continuación, nuestro cerebro compone una imagen armónica de todo lo que nos rodea, incluyendo los objetos y personas en movimiento.
Nuestra vista funciona como una videocámara que elabora miles de fotogramas de lo que le rodea, mientras que nuestro cerebro proyecta la “película” en nuestra mente. Sin embargo, ¿qué ocurre cuando esta función se ve alterada? En estos casos aparece la acinetopsia, un trastorno por el cual la persona presenta dificultades para percibir el movimiento.
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¿Qué es la acinetopsia?
La acinetopsia, también conocida bajo los términos akinetopsia o ceguera al movimiento, consiste en un desorden de naturaleza neurológica y que afecta al sentido de la vista. Concretamente, la acinetopsia provoca, en aquellas personas de que la padecen, una incapacidad para percibir el movimiento mediante la vista.
Esta afección, descrita por primera vez alrededor del año 1991 por el neurólogo de origen británico Semir Zeki, hace que la persona afectada no pueda percibir el movimiento. El paciente no puede ver ni el movimiento del propio cuerpo, como el de otras personas u objetos.
No obstante, la acinetopsia no es una afección de “todo o nada”. Esta afección puede presentar diversos grados de gravedad. Desde los más leves, en los que la persona percibe el movimiento como su fuese una secuencia de imágenes o una película en la que los fotogramas pasan a cámara lenta; hasta el más grave, en el que el paciente experimenta una incapacidad total para percibir el movimiento.
En este desorden, la persona solamente puede percibir otros sujetos, objetos o a ella misma en un lugar concreto y de repente en otro. O como mucho, percibe una especie de estela difuminada detrás del objeto en movimiento.
A pesar de que el resto de funciones y habilidades sensoriales permanecen intactas, las personas con acinetopsia también ven perturbadas sus habilidades visomotoras. Puesto que al no percibir bien sus propios movimientos, tareas como andar y desplazarse, o alcanzar objetos pueden ser realmente complicadas.
Tipos de acinetopsia y síntomas
Como se menciona anteriormente, la acinetopsia puede presentarse en diferentes grados de afección. Estos grados constituyen las diferentes tipologías de este desorden, los cuales varían tanto en la gravedad de los síntomas como en el nivel de ceguera que provoca en la persona.
Existen dos tipos diferentes de acinetopsia. Son los siguientes.
1. Acinetopsia fina o discreta
Este primer tipo de acinetopsia, conocida como fina o discreta, es el que presenta una sintomatología más leve y, por lo tanto, menos incapacitante para la persona. Aunque igualmente, las personas que lo padecen refieren experimentar enormes molestias.
En la acinetopsia ligera, la persona percibe el movimiento como si visualizara un carrete en el que los fotogramas pasan a una velocidad mucho más lenta. Otro ejemplo sería una fotografía de exposición múltiple, en la que la persona puede percibir la estela del movimiento tanto de objetos como de personas, incluyendo al propio paciente.
Por el momento, no se conoce qué anormalidad en el funcionamiento del organismo provoca este desorden. No obstante, los expertos apuntan hacia la idea de que un funcionamiento anormal en los mecanismos que nos permiten mantener la estabilidad visual en los movimientos oculares pueden ocasionar este tipo de acinetopsia.
2. Acinetopsia macroscópica
También conocida como acinetopsia gruesa, este tipo de ceguera al movimiento es sumamente insólito y de muy baja incidencia entre la población.
En contraposición a la acinetopsia fina, en la macroscópica la persona es completamente incapaz de percibir el movimiento en su totalidad. Esto significa, que la persona solamente puede ver un mundo estático en el que durante un instante el objeto o la persona se encuentra en un lugar y al momento en otro diferente.
Las pocas personas que la sufren, tienden a padecer numerosos problemas para realizar sus tareas diarias con normalidad. Actividades diarias como mantener una conversación son altamente complicadas puesto que el paciente es incapaz de percibir los cambios en el movimiento de las expresiones faciales. Igualmente, rutinas diarias, como cruzar la calle, se convierten en algo muy peligroso; puesto no es posible percibir el movimiento de los automóviles.
Para poder compensar estas dificultades, las personas con acinetopsia entrenan su audición. De esta manera, mediante el sentido de la escucha pueden, por ejemplo, calcular la distacia de los objetos que se encuentran en movimiento.
¿Cuáles son las causas?
El origen de la acinetopsia se encuentra un funcionamiento anormal o interrupción de la actividad en el área de la corteza que se encuentra en la zona central del lóbulo temporal. Las alteraciones estructurales en esta zona del cerebro pueden transformar los procesos de comprensión de la información sensorial. En el caso de este extraño desorden, son los procesos que tratan la información visual los que se encuentran comprometidos.
Son varios los motivos por los que está región cerebral puede verse afectada. Desde lesiones cerebrales, hasta el consumo de ciertos antidepresivos o alucinógenos, o algunas enfermedades como la enfermedad de Alzheimer.
1. Lesiones cerebrales
Una de las causas de este desorden puede ser una lesión provocada en la zona posterior de la corteza visual, aunque es realmente complicado, puesto que una lesión de este tipo es susceptible de generar muchos más déficits sensoriales.
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2. Medicación antidepresiva
La administración de dosis muy altas de algunos antidepresivos puede ocasionar problemas visuales como la acinetopsia. No obstante, esta tiende a desaparecer cuando se elimina el tratamiento o se reajusta la dosis.
3. Sustancias alucinógenas
Un consumo habitual o recurrentes de ciertas sustancias alucinógenas puede ocasionar alteraciones sensoriales de todo tipo, incluyendo la versión menos grave de la acinetopsia, la acinetopsia fina.
4. Aura de migraña
El aura un fenómeno visual que acompaña a los dolores de cabeza propios de las migrañas. Esta tiende a aparecer momentos antes del acceso de dolor y se manifiesta mediante síntomas visuales como manchas en el espacio, destellos o acinetopsia fina.
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5. Enfermedad de Alzheimer
Aunque no aparecen de manera muy frecuente, la acinetopsia, presente en diferentes grados, puede acompañar a las alteraciones en la memoria de los pacientes de Alzheimer.
¿Existe un tratamiento?
Por el momento, no existen unas pautas preestablecidas para el tratamiento de la acinetopsia. En los casos en los que esta esté provocada por la administración de psicofármacos, la interrupción de su consumo debería de eliminar los síntomas de este desorden.
No obstante, la cirugía cerebral, aunque arriesgada, es una opción para intentar eliminar la acinetopsia en aquellos casos en los que subyace una lesión cerebral.