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Síndrome de Sandifer: síntomas, causas y tratamientos


El cuerpo humano es un organismo complejo, poseyendo diferentes sistemas dedicados a diversas funciones vitales para nuestra supervivencia y que generalmente actúan de forma coordinada y correcta.

Uno de estos sistemas es el digestivo, gracias al cual podemos incorporar nutrientes necesarios para la supervivencia. Sin embargo, en ocasiones este y otros sistemas corporales pueden presentar problemas o alteraciones tales como malformaciones o intolerancias, o bien pueden entrar en acción diversas enfermedades, lesiones y trastornos.

El síndrome de Sandifer es uno de estos trastornos, que se da durante la infancia y provoca distintos síntomas, si bien no se considera peligroso para el menor.

El síndrome de Sandifer: descripción y síntomas

El síndrome de Sandifer es un trastorno que a menudo se catalogo como motor paroxístico, en el que aparecen síntomas motores derivados de alteraciones en el sistema digestivo. Se trata de una enfermedad que aparece en menores y especialmente durante los primeros años de vida si bien puede aparecer en cualquier momento entre el nacimiento y la adolescencia, siendo frecuente que la edad de aparición ronde los dieciocho meses de edad.

Los niños con síndrome de Sandifer experimentan sacudidas y espasmos de varios minutos de duración (entre uno y tres generalmente) en zonas como la cabeza, los brazos o las piernas con hiperextensiones y rotaciones diversas. Con frecuencia causan tortícolis, posturas rígidas y arqueamientos de espalda. Y en algunos casos aparece también apnea obstructiva. Estas alteraciones motoras pueden aparecer en diferentes momentos del día, pero tienden a aparecer especialmente después de la ingesta y en general cesan durante el sueño.

En este sentido otro de síntomas principales es la presencia de esofagitis, o inflamación del esófago. Frecuentemente presentan anemia provocada por falta de hierro, falta de apetito y disfagia, vómitos y dolor abdominal. También puede aparecer hipotonía, debilidad y fatiga.

Causas de esta enfermedad

Se considera que la etiología del síndrome de Sandifer se encuentra en el tracto digestivo. Generalmente, se asocia a la presencia de reflujo durante la digestión, regurgitándose parcialmente el alimento al pasar éste desde el estómago hasta el esófago.

Otra posible causa se presenta cuando el infante padece una hernia de hiato, en el que una parte del tracto digestivo sobresale por el diafragma y pasa a estar en el tórax en vez de en el abdomen. Ello puede causar dolor en el menor, y a su vez provocar el reflujo anteriormente mencionado.

Se especula que en muchos casos los espasmos musculares son consecuencia de un intento de disminuir el nivel de dolor que provoca el reflujo gastroesofágico.

A pesar de que los síntomas parecen ser neurológicos, por norma general a nivel cerebral el niño presenta una actividad neuronal neurotípica, sin que se observen alteraciones a nivel de electroencefalograma. Así pues, el síndrome de Sandifer no estaría causado por un problema cerebral o nervioso, no tratándose los espasmos de crisis epilépticas (con las cuales a menudo este trastorno es confundido).

Alteraciones conductuales

Si bien el síndrome de Sandifer no supone la existencia de alteraciones conductuales, hay que tener en cuenta que dependiendo de su duración y momento de aparición el dolor derivado de los problemas que lo generan puede generar en el menor un cierto miedo condicionado al hecho de alimentarse. Ello puede provocar problemas tales como una alimentación limitada o la negativa a comer, si bien a la larga este miedo puede extinguirse según se sucede la toma de alimentos sin que se produzca dolor.

Asimismo la presencia de anemia puede provocar inactividad y falta de motivación en el menor, y alteraciones de sueño que pueden ir desde el insomnio como la hipersomnia.

Tratamientos

El síndrome de Sandifer es un trastorno cuyo pronóstico es positivo y presenta una buen nivel de recuperación, siendo raro que existan complicaciones severas para el menor. Sin embargo es importante que existe un diagnóstico temprano para prevenir posibles problemas y buscar un tratamiento que elimine o reduzca el problema del aparato digestivo que lo genera.

En este sentido, se busca tratar el problema que genera el síndrome. Por lo general se instaura un tratamiento para el reflujo gastroesofágico, en el que farmacológicamente se provoca que el nivel de acidez estomacal disminuya. También puede ser requerido un procedimiento quirúrgico si es debido a una hernia de hiato o bien el tratamiento para el reflujo no es efectivo.

Además de ello deben tratarse otros posibles síntomas como la anemia por falta de hierro, y reducirse la inflamación en casos de esofagitis.

Referencias bibliográficas:

  • López, J.M. (1999). Trastornos paroxísticos motores. Rev Neurol; 28(161):89-97.
  • Quintero, M.I.; López, K.; Belandria, K.; Navarro, D. (2012). Síndrome de Sandifer. A propósito de la enfermedad por reflujo gastroesofágico en niños. Gen 66(2). Caracas
  • Sherman, P. et al. (2009). A Global, Evidence-Based Consensus on the Definition of Gastroesophageal Reflux Disease in the Pediatric Population. Am. J. Gastroenterol., 104:1278-1295.