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Cómo ser más agradable con los demás: 8 consejos


Saber cómo ser agradable en el trato con los demás puede ser un elemento crucial al crear vínculos sociales. Y es que más allá de nuestros conocimientos, habilidades e intereses, algo tan simple como saber hacer que las personas se sientan cómodas a nuestro alrededor las predispone a adoptar una actitud positiva hacia nosotros.

En este artículo veremos varios consejos básicos acerca de cómo ser agradable con los demás y hacer que la simpatía fluya. Modificar nuestros hábitos a partir de estas ideas puede ser de ayuda para hacer amistades, tratar con vecinos y colegas de trabajo, etc.

Cómo ser más agradable: pautas a seguir

En las relaciones personales no solo importa lo que se es, entendido como aquello que nos define psicológicamente, sino que influye mucho cómo nos mostramos ante los demás. Y es que aunque la mente humana puede adoptar infinidad de detalles y matices que hacen de cada individuo alguien único, al socializar hay unos pocos detalles que son capaces de marcar la diferencia en el proceso de causar una buena impresión a los demás.

Lo cierto es que lo que marca el tono de un diálogo no es lo que se dice, sino los elementos que muchas veces son no verbales y que acompañan a la comunicación y que la vertebran. Veamos cómo aprovechar esto para hacer que una conversación adopte un tono amigable en el que la otra persona se sienta bienvenida.

1. Mantén el contacto visual

Este es uno de los consejos clásicos en lo relativo a las relaciones personales y a la comunicación, porque tiene diferentes facetas. Por un lado, no mirar a los ojos expresa inseguridad o la voluntad de esconder algo, pero por el otro lado, a la vez genera un ambiente enrarecido en el que nuestros interlocutores no se sienten cómodos.

Así pues, mantener el contacto visual es uno de los requisitos mínimos para resultar agradable en una conversación, si bien, por supuesto, no es suficiente. Obviamente no hace falta mirar a los ojos del otro constantemente, ya que intentar hacer esto resulta artificial e inquietante. Lo mejor es mirar a la cara de la persona con la que hablamos y procurar no apartarla durante largos ratos.

2. Ten en cuenta el nivel cultural del otro

La cultura puede ser dividida en muchos ámbitos de conocimiento, y lo más probable es que la persona con la que estás hablando en un momento determinado no sepa tanto como tú acerca de cada una de ellas. Dar por supuesto que va a entender las referencias que utilices o los conceptos a los que apeles para explicar algo no es lo más adecuado.

Piensa que si se trata de tecnicismos o líneas de razonamiento pertenecientes a áreas de conocimiento muy especializadas, y recurres a ellas constantemente, incomodarás a la otra persona. No porque se sienta mal por no saber de lo que hablas, sino por el hecho de que para comprender lo que dices tenga que interrumpirte.

Así pues, si es necesario hacer referencia esos conceptos, explica antes qué son.

3. No le tengas miedo al silencio

Una buena conversación puede estar llena de silencios. Por eso, es mejor no tenerle miedo a esos momentos en los que nadie habla, que decir cualquier cosa solo para no tener que pasar por ese tipo de situaciones. Lo que vuelve incómodos algunos silencios no es la falta de palabras en sí, sino el contexto en el que se producen y, sobre todo, la manera en la que reaccionamos ante ellos.

4. Muestra interés por la otra persona

Es importante que la otra persona pueda hablar acerca de lo que considera importante acerca del momento por el que está pasando en un ámbito de su vida en particular, o en su vida en general, dependiendo del propósito de la conversación. Haz preguntas acerca de lo que le pueda interesar o preocupar, y escucha.

5. No adoptes una actitud paternalista

Hay quien confunde la capacidad de dar consejos sobre un tema sobre el que se domina, con la potestad de tratar al resto de personas como si fuesen niños o no supiesen nada acerca de la vida. Conviene evitar esto y tener en cuenta que cada persona cuenta con su propio criterio y capacidad para saber qué es lo mejor en cada momento.

6. Acuérdate de lo que importa sobre cada persona

El hecho de recordar detalles acerca de las personas con las que hemos hablado en un pasado demuestra interés y en general es respondido con gratitud por parte de los demás, especialmente si aquello que guardamos en nuestra memoria es algo personal más allá de los datos básicos como el nombre o la edad.

7. Utiliza un lenguaje no verbal relajado

Trata de no utilizar un lenguaje no verbal que muestre que estás a la defensiva. Por ejemplo, mantener los brazos cruzados o encorvarte en la silla en la que te sientas mientras hablas. Es mejor mostrarse relajado, con los miembros relativamente alejados de la vertical que marca nuestro tórax.

8. Cuida tu higiene personal

Más allá del estilo que utilices para vestir, es fundamental la higiene. El simple hecho de no respetar esta pauta hace que físicamente las personas se mantengan más distantes, con el consiguiente impacto para las relaciones sociales.

Referencias bibliográficas:

  • Graziano, W. G. (2002). Agreeableness: Dimension of Personality or Social Desirability Artifact? Journal of Prsonality, 70(5), pp. 695 - 728.