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Las 5 diferencias entre un psicólogo y un psicopedagogo


La educación es mucho más que lo que hacemos en las escuelas cuando atravesamos la etapa vital de nuestra infancia y adolescencia. El aprendizaje es un proceso que dura toda la vida y que, por su complejidad, ha sido abordado desde las diferentes disciplinas que investigan e intervienen sobre la mente humana.

La psicología y la psicopedagogía son dos de estas disciplinas, y ambas permiten tener una visión global tanto del proceso de aprendizaje en sí como de la eficacia de las estrategias educativas.

Pero... ¿cuáles son las diferencias entre un psicólogo y un psicopedagogo? ¿En qué características difieren?

Las diferencias entre la psicología y la psicopedagogía

Resulta fácil confundir las tareas que realiza el psicólogo con las del psicopedagogo. A fin de cuentas, tanto la psicología como la psicopedagogía utilizan la observación y la contrastación empírica para estudiar algunos aspectos del comportamiento humano y de sus procesos mentales y desarrollan estrategias para favorecer formas de aprendizaje que beneficien al ser humano.

Sin embargo, más allá de estas semejanzas superficiales, son muchas las características que permiten distinguir estas dos disciplinas. Veamos cuáles son las principales diferencias entre ellas y de qué manera se relacionan entre sí.

1. El carácter específico de la psicopedagogía

La psicología es la ciencia que estudia el comportamiento y los procesos mentales en general. Durante años ha sido una disciplina increíblemente extensa que ha pertenecido en parte tanto a las ciencias sociales como al mundo de las ciencias basadas en la biología, y en los últimos tiempos ha estrechado lazos con las neurociencias para entender mejor quiénes somos y por qué actuamos tal y como lo hacemos.

La psicopedagogía, por su parte, es mucho más específica y se centra un una parcela muy concreta de la experiencia humana: el aprendizaje y la educación, tanto en la infancia como en la adolescencia y la adultez. Eso significa que considera temas secundarios, por ejemplo, el estudio de la consciencia, la toma de decisiones o la intervención clínica sobre psicopatologías; solo se abordan desde las implicaciones que tienen para el proceso educativo.

2. La importancia de la intervención en la infancia

Desde la psicopedagogía se entiende que el aprendizaje es algo que va mucho más allá de la escuela y que se produce en todas las edades, pero, a la práctica, se le da más importancia a la educación orientada a niños y niñas y adolescentes, ya que se entiende que la juventud es una etapa en la que se es especialmente sensible al entorno y que lo que ocurra durante esta influirá mucho en el nivel educativo que se vaya a tener.

La psicología también da mucha importancia a las dos primeras décadas de vida, pero no en todos los casos, ya que hay ciertos fenómenos psicológicos que cobran más relevancia en la etapa adulta. Por ejemplo, el proceso de decisión de compra, el clima laboral o el efecto de la propaganda electoral tienen mucho más que ver con la vida adulta que con la infancia o la adolescencia.

3. La importancia de la adaptación y el contexto

Esta es una de las diferencias entre la psicología y la psicopedagogía que resultan más evidentes. Desde la segunda disciplina se pone mucho énfasis en esa faceta del comportamiento que es debida al aprendizaje, es decir, al modo en el que la interacción con el entorno nos afecta y nos transforma.

La psicología también da mucha importancia a lo aprendido, pero no es lo único que toma en cuenta. Por ejemplo, ciertas ramas de esta ciencia, como la psicología básica o la neuropsicología, dan mucha importancia a la genética, aquello que no puede ser modificado por la interacción con el entorno. Esta faceta de la psicología más enfocada en los procesos biológicos no niega el poder transformador de nuestras experiencias, pero decide centrar sus esfuerzos en estudiar aquello que siempre permanece latente en el individuo.

4. Una se puede centrar en el individuo, la otra no

La psicopedagogía no se estudia al individuo de forma aislada, sino que se considera que el sujeto de estudio es bio-psico-social, es decir, que cada persona es indesligable del entorno físico y social en el que habita.

Con la psicología ocurre algo parecido y también tiende mucho a considerar a las personas como sujetos bio-psico-sociales, pero no en todos los casos. Una faceta de esta ciencia estudia solo al individuo, considerando los contenidos del aprendizaje y la interacción social como algo secundario. Estas ramas de la psicología suelen ser las mismas que tienen muy en cuenta la herencia genética, aunque no es así en todos los casos.

Por ejemplo, en la corriente conductista de mediados del siglo XX las investigaciones se centraban en los individuos y, a la vez, se ponía mucho más énfasis en el aprendizaje que en lo heredado biológicamente.

5. El tipo de formación

En España, Psicología es una carrera universitaria de 4 años, mientras que Psicopedagogía tan solo existe como formación de posgrado y se considera una forma de especialización. Esto hace que los psicopedagogos puedan ser personas formadas en diferentes ámbitos, como la psicología, la pedagogía o cualquier carrera que haya sido complementada con una formación para ser maestro o maestra.