7 claves para controlar la ansiedad en las oposiciones
Son muchos los que a día de hoy se encuentran opositando y esforzándose por la tan deseada plaza pública.
Sin embargo, los tiempos que corren implican más incertidumbre de la habitual, con los confinamientos, las restricciones, los cambios en las fechas de los exámenes, las nuevas clases online que ofrecen muchas academias para poder continuar estudiando, etc.
Todo ello, junto con el proceso habitual de estudio del opositor, puede llevar a sentir cierto agobio, inquietud, sensación de falta de control, problemas de concentración y desmotivación a la hora de continuar estudiando.
Por ello, a continuación, se van a explicar 6 claves para poder continuar estudiando para las oposiciones y mantener la ansiedad a raya.
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¿Cómo gestionar la ansiedad al estudiar para unas oposiciones?
Aplica estas pautas a tu día a día para evitar que la ansiedad sea un obstáculo al prepararte para unas oposiciones.
1. La ansiedad se puede aprender a gestionar
La ansiedad es una respuesta biológica de nuestro organismo ante situaciones que consideramos peligrosas.
En principio, se supone que es una respuesta adaptativa, ya que nos ayuda a reaccionar ante determinadas situaciones amenazantes de las que es necesario salir airoso. Por ejemplo, si nos atracan que el corazón nos vaya más rápido y respiremos más aceleradamente nos ayudaría a salir corriendo con más eficacia.
Sin embargo, hay otro tipo de situaciones donde la ansiedad ya no puede considerarse adaptativa y es cuando ésta aparece en forma de determinados síntomas (agitación, inquietud, respiración acelerada, tensión muscular, problemas de concentración, etc.) de forma recurrente, duran demasiado o son muy intensos.
En estos casos la ansiedad termina por interferir en nuestra vida personal, laboral, social... y cómo no, también en los estudios. Por ello, aunque la ansiedad no es algo que se pueda evitar, sí es algo que se puede aprender a gestionar, de tal forma que no interfiera de forma significativa en nuestra vida.
En resumen, lo primero que nos ayudará es saber que la ansiedad es algo normal, que no se puede evitar, pero sí aprender a reducir.
2. Organización y gestión del tiempo
Una de las herramientas que más pueden ayudar a un opositor es tener el tiempo bien organizado. Es importante tener rutinas, sentarse a estudiar en el mismo sitio a más o menos la misma hora, esto ayuda mucho a generar hábito de estudio.
Pero no basta solo con esto, también es necesario repartir el temario de estudio de forma semanal y mensual, de tal manera que tengamos una visión global de la materia de estudio.
Es muy recomendable imprimir dichos plannings de estudio y dejarlos en un lugar visible. De esta forma, podemos ir tachando lo que ya hemos cumplido e irnos motivando según avanzamos. La planificación del tiempo genera motivación, compromiso y ayuda a aprovechar de verdad las horas de estudio para estudiar y las horas de descanso para el ocio.
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3. Atacar a nuestros pensamientos ansiógenos y reconducirlos
A lo largo del proceso de oposición pueden surgir numerosos pensamientos ansiógenos del tipo “y si no apruebo...”, “seguro que no consigo la plaza...” o “espero no quedarme en blanco...”. Todos estos pensamientos que rondan los meses previos al examen no ayudan en nada a calmarnos.
Lo primero, por tanto, sería darnos cuenta de que tenemos esos pensamientos, identificarlos y luego transformarlos en otros pensamientos más realistas que nos ayuden a seguir estudiando y que estén más centrados en soluciones. Por ejemplo, “no tengo una bola de cristal, no puedo adivinar el futuro sobre si aprobaré o no, lo que sí puedo hacer es estudiar cada día, poco a poco y de forma constante. De esta forma, llevaré el temario de la mejor manera posible”.
4. Usar las técnicas de estudio adecuadas
Otro de los aspectos que más ansiedad genera es cuando se tiene la sensación de no retener la información, de que "lo que he estudiado no me lo sé" al repasar haciendo test o al releer lo estudiado.
Por ello, es fundamental emplear una forma de estudio activa. Noes suficiente solo con leer y repetir lo mismo una y otra vez. Se requiere de una forma de estudio más participativa: subrayar, hacer anotaciones marginales, resúmenes de las partes más importantes, tarjetas para memorizar los aspectos más complicados, etc.
Sin duda, conocer y aplicar adecuadamente las técnicas de estudio puede darnos mayor sensación de autoeficacia y de dominio sobre el temario, reduciendo la ansiedad.
5. Técnicas de relajación y respiración
Otra de las herramientas estrella, es que a lo largo de los meses que opositas dediques de 5 a 10 minutos al día a realizar algunas técnicas de respiración; por ejemplo, las respiraciones diafragmáticas. Esto es como ir al gimnasio, cuánto más se practiquen mejores son sus resultados y así lograremos calmarnos si nos da un momento de ansiedad durante el examen.
Igualmente, resultan muy útiles las técnicas de relajación. Suelo recomendar empezar por técnicas más sencillas como la relajación progresiva de Jacobson o algunos ejercicios de yoga que siguen con respiraciones. Practicar esto 2 o 3 veces a la semana nos ayudará mucho en el proceso, aunque no tanto si lo hacemos solo durante el mes del examen.
6. Acuérdate de descansar
El proceso de oposición es un proceso largo en el tiempo, por lo que es necesario disponer de cierto tiempo de ocio para poder descansar y recargar pilas. La recomendación general suele ser no hacer nada de la oposición durante un día a la semana. De esta forma, la mente se libera, descansa y retoma con más fuerza el estudio.
Es algo a lo que quizás no se le da mucha importancia, pero si tienes que estar 1, 2 o 3 años opositando, desde luego esto es necesario. Además, tomarse algunas semanas de descanso al año es esencial, si bien es cierto que estas suelen estar más determinadas por las fechas de los exámenes y los descansos después de éstos.
7. ¡No corras! Aplica un poco de slow life
Así mismo, me gustaría recordarte que no corras, que una vez termines de estudiar lo que toca ese día, intentes tener algunos momentos de slow life. Vamos, que disfrutes despacio de tu tiempo libre, de una buena bebida caliente, de un paseo tranquilo en el parque, de ver la serie que te gusta, etc. sin prisas y disfrutando del momento presente.
Estas claves puedes aplicarlas durante todo el proceso de oposición. Aun así, si ves que la ansiedad no desaparece, que tus sensaciones de agobio van a más o que no consigues volver a motivarte, es recomendable acudir a un profesional.