Alternativas a las pantallas para niños, niñas y adolescentes
El cerebro del niño se nutre de diferentes experiencias que comienzan a tener un impacto en su desarrollo desde el entorno uterino. Toda experiencia, cambio ambiental, alimentación, entorno de estimulación y, en especial, información sensorial que viva ese niño a lo largo de su historia de vida, va a generar una huella para bien o para mal en la creación y organización de su cerebro, sobre todo en los primeros 3 años de vida. Por ello, es muy importante tener en cuenta que la estimulación que nosotros y el entorno ofrecemos a nuestros hijos, construirán diferentes circuitos neuronales que se irán activando a lo largo de la vida.
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El problema de la sobreestimulación digital
En verano, los niños y niñas suelen disponer de mucho tiempo libre, y es fácil que lo inviertan delante de las pantallas. Las nuevas tecnologías pueden ser una buena herramienta educativa para niños a partir de los 7 u 8 años, siempre que se empleen de forma adecuada, en cantidad de tiempo y contexto.
Pero la sobreestimulación digital tampoco es adecuada para el cerebro, especialmente en edades tempranas. Exponer a pantallas a los niños con una excesiva cantidad de estímulos, no permitiría al cerebro procesarlos de una manera adecuada, generando que ello pueda dificultar el correcto desarrollo de diferentes áreas cognitivas en el futuro (atención, memoria, lenguaje , etc…). El cerebro buscaría el mismo umbral de estímulos al que ha estado expuesto, lo que podría generar inquietud y dificultades de regulación emocional en el futuro.
Debemos tener en cuenta que la mayor alternativa para que nuestros hijos dejen de mirar las pantallas, es nuestro tiempo de cantidad y calidad con ellos. La presencia emocional y no solo física de los padres y madres con sus hijos e hijas es lo que va a posibilitar que dejen de lado las tecnologías.
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Ofreciendo alternativas a las pantallas para mejorar su desarrollo
¿Qué actividades podemos realizar con nuestros hijos e hijas este verano para estimular su cerebro y evitar las pantallas?
1. Ejercicio físico
El deporte genera una mejora del funcionamiento cerebral de los niños y niñas. Más concretamente, los científicos hablan de que los deportes en equipo previenen el riesgo de desarrollar ansiedad, depresión, dificultades de atención, aislamiento o problemas sociales. Asimismo, un reciente estudio demuestra que el ejercicio aeróbico de cierta intensidad, como puede ser la natación, mejora el estado de ánimo y potencia el aprendizaje y la memoria.
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2. Contacto con la naturaleza
Según varios estudios, una experiencia inmersiva en la naturaleza por parte de los menores beneficia al bienestar emocional y al rendimiento académico y cognitivo.
3. Juegos de mesa y manualidades
Realizar actividades artísticas en familia o jugar a juegos como las cartas, el ajedrez, juegos de lógica o cooperativos, estimulará las áreas sensoriales, motoras y cognitivas de su cerebro, además de generar una huella emocional en nuestros hijos, de ese tiempo compartido con nosotros, que perdurará en su memoria.
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4. Juego libre con sus iguales
Esto propicia un buen desarrollo de las habilidades sociales, así como el juego asociativo potencia entre otras áreas, la flexibilidad cognitiva (al tener que readaptarse constantemente a la evolución y normas del juego) o la tolerancia a la frustración (si les atrapan en el juego de pillar deben quedarse quietos y esperar a que les salven, no pueden volver a empezar la partida pulsando el “Start” como ocurre en los videojuegos).
5. Dejar que se aburran
Que los infantes se aburran hace que el niño o niña tenga que buscar su propia motivación y facilite de esta forma la creación de nuevas reglas, estructuras o variables, potenciando de esta forma la curiosidad y creatividad en los menores.
Este verano podemos crear la mejor receta para nuestros hijos e hijas, que contenga los siguientes ingredientes: mucha cantidad de afecto, juego naturaleza y ejercicio físico, con una pizca de aburrimiento.
Autora: Anabel De La Cruz Sánchez, Psicóloga Sanitaria en Vitaliza.