Vínculo materno y salud mental
Existe una relación directa entre la estructura de nuestra personalidad y la forma en la que se llevó a cabo el vínculo afectivo con nuestra madre.
Este poderoso vínculo que se forma desde el mismo momento de la concepción, nos programa psíquicamente para afrontar la vida de unas maneras u otras.
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Características del vínculo marterno
Lo que ocurre durante todo el periodo de la gestación, la manera en la que se da el parto y las experiencias vividas hasta más o menos los 6 años, son aspetos determinantes para fijar los patrones de comportamiento que serán desplegados durante toda nuestra vida. Eso sí, obviamente, se seguirán presentando situaciones desde nuestro entorno que seguirán alimentando nuestra psiquis e influirán en la toma de decisiones y en nuestra forma de comportarnos.
El Dr. Bruce H. Lipton, en su libro La Biología de la Creencia, nos habla ampliamente del tema, rompiendo paradigmas sobre lo que se creía con respecto a la genética. Este prestigioso Biólogo Celular introduce sus estudios sobre la epigenética, campo de la ciencia que estudia la activación de los genes como factores que afectan al desarrollo debido a que pueden modificarse de acuerdo con el entorno que con el que interactuamos.
En otras palabras, en el primer nivel de afectación, no son los genes los que afectan el comportamiento humano, son nuestros padres los que tienen efecto sobre nosotros a este nivel, incluso antes de nacer. Y esto se debe no solo a que nos transmiten su material genético, sino también al ambiente en el que se desenvuelve nuestra madre, puede afectarnos drásticamente.
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Sus implicaiones en la salud mental
Este es un tema que se aborda mucho en procesos de terapia, debido a que niños, adolescentes o adultos presentan muchas dificultades en sus relaciones consigo mismos o con los padres o sus parejas. Las circunstancias que rodean su forma de crianza han sido determinantes para formarles las estructuras necesarias o innecesarias para enfrentar la vida.
A continuación, expongo los entornos y experiencias que afectan directa y negativamente al bebé y a la madre. En este sentido es necesario comprender a profundidad el rol protagónico del padre en este proceso.
La primera persona que la madre necesita para lograr estados emocionales positivos durante la gestación es del padre de su hijo. La salud del bebé, en el campo psicológico emocional, depende en gran medida del acompañamiento del padre, y a esto también hay que agregarle los estados psicológicos que le pertenecen exclusivamente a la madre, debido a que estos también dependen de las circunstancias de su crianza, regresando al vínculo entre ella y sus padres, lo que puede crear una cadena de situaciones muy disfuncionales y dolorosas, llevando a la madre y el padre a repetir patrones de comportamiento que siguen dañando la psiquis humana del nuevo ser, en este caso su hijo.
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El fenómeno del estrés
Existe mucha información sobre los efectos negativos del estrés. Si la madre está estresada mientras está embarazada, es mucho más probable que él bebe nazca con problemas de estrés.
Un niño estresado es muy llorón, duerme poco, es irritable y propenso a enfermedades porque su sistema inmune está afectado. Cuando están más grandecitos, pueden presentar problemas de hiperactividad, del lenguaje y de socialización.
Hay muchas razones que pueden estresar a la madre, y la principal ya la mencionamos anteriormente, cuando hablábamos de la importancia del acompañamiento del padre en todo el proceso de embarazo y crianza del bebé.
Otras razones que le producen estrés van de la mano con circunstancias relacionadas a embarazos no planificados. El hecho vivir el embarazo y no aceptarlo en todo el sentido de la palabra, implica pensamientos y emociones recurrentes de rechazo hacia el bebé.
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Los efectos a largo plazo de los problemas
En la mayoría de los casos, las consecuencias en los hijos por la falta del vínculo afectivo con la madre durante la primera infancia tienen que ver con conductas de desobediencia, enojo muy frecuente, indisciplina, rabietas, mal rendimiento escolar etc. Cuando estos niños o niñas crecen, desarrollan conductas enmarcadas dentro de temores infundados, baja autoestima, tendencia a delinquir o a drogarse, y tienen una tendencia a desarrollar y a mantener relaciones de pareja muy tóxicas, debido a que inconscientemente le guardan mucho resentimiento a la madre y también al padre.
Existen otros factores que influyen de forma negativa en la gestación del bebé. Estas circunstancias especiales, aunque sea un embarazo deseado, influyen en la salud psicoemocional de ambos, la madre y del bebé. Cuando la madre no goza de buena salud, cuando trabaja, estudia, cuando no se alimenta bien o no duerme bien, etc.
Cuando se es madre soltera es habitual que el entorno más cercano de esa persona (sus padres y/o pareja) no esté de acuerdo para nada con esta situación y le cause mucho dolor y sufrimiento por los constantes reproches; además, puede surgir el miedo ante esta situación totalmente nueva para ella.
No todo está escrito en los libros, pero desde la experiencia en el abordaje en terapia, cuando se indaga sobre los problemas que se generan dentro de la convivencia humana, por lo general, estos tienen que ver con relaciones de pareja disfuncionales, donde a él o ella se les hace muy difícil crear situaciones que hagan feliz a su pareja.
¿Qué hacer?
Para poder crear felicidad hacia afuera, primero hay que hacerlo hacia adentro. Si en nuestro inconsciente hay información equivocada por vínculos afectivos no creados sanamente, con esa información a cuestas, trataremos de vivir y recrearlas con nuestra pareja y familia.
Los procesos de terapia son sumamente sanadores para estas y otras circunstancias que se presentan en la vida humana. Solo hay que tomar la decisión de aprender a dejar el pasado, para vivir un presente lleno de satisfacciones y alegría, lo cual se traduce en parejas y familias felices, lo que dará origen a sociedades más conscientes y saludables.