Adaptándonos a una nueva forma de crianza ante hijos adolescentes
¿Qué ocurre en la adolescencia? ¿Por qué de repente mi niño/a se convierte en alguien que no conozco?
En la adolescencia se producen grandes cambios físicos, emocionales, psicológicos, sexuales, intelectuales, sociales… Se acaba la niñez, y al dejar de ser niños/as los pequeños no saben quiénes son; están formando su identidad como personas.
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Las claves de la adolescencia
Entre la niñez y la juventud hace falta esa etapa de transición, que es la adolescencia. Debido a todos estos cambios que suceden en ella, es una etapa muy complicada. Pero no podemos pedirles que no crezcan, que no se desarrollen, como padres/madres tenemos que prepararnos para esta etapa.
La adolescencia dura entre 5 años, 5 años y medio. Las chicas comienzan antes a experimentar cambios, entre 6º de primaria y 1º de ESO, mientras que los chicos los experimentan en la ESO. El pico más alto de esos cambios se produce entre 3º y 4º de ESO (para ambos sexos), y son los años más complicados.
En bachillerato la situación suele normalizarse y ya comenzamos a tener jóvenes en lugar de adolescentes. Obviamente, aunque el proceso evolutivo sea el mismo para todos/as cada uno/a lo expresa según su personalidad.
Todos estos cambios les crean mucha confusión; sus cimientos se mueven, y eso les hace estar inseguros, ser incoherentes. Ellos dicen lo que piensan, pero no lo que sienten. Tienen muchas conductas paradójicas, incoherentes. Por ejemplo: “no me preguntes” vs. “no te preocupes por mí”. Por ello a veces es tan difícil entender su comportamiento.
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¿Qué podemos hacer como padres/madres?
Somos sus entrenadores para la vida y tenemos que guiarlos. Debemos educarlos y quererles. Tienen que sentirse queridos; es fundamental para el desarrollo de un menor. Pero no es suficiente con el amor, hay que educar, hay que poner límites, normas, responsabilidades, somos la autoridad. Los límites les dan seguridad, pese a que no les gusten, los necesitan.
Es importante no olvidar que les preparamos para la vida con las cualidades que tienen, no con las que nos gustaría. Tenemos que aceptar a nuestros hijos/as tal y como son.
Para poder establecer esos límites debemos comunicarnos con ellos/as. En muchas ocasiones no nos comunicamos de manera efectiva, les pedimos las cosas de manera agresiva y sin porqués.
Creemos que sus problemas son algo muy ajeno a nosotros y sobre todo que carecen de importancia real. Pero para ellos no hay nada más real que sus problemas. Ellos/as los gestionan como pueden, y no por ello debemos juzgar, sermonear o dar multitud de consejos que no solo no se han pedido, sino que muchas veces no pueden aplicarse en la época en la que ellos viven.
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¿Qué podemos hacer para mejorar nuestras relaciones con ellos/as?
Estos son arios consejos para mejorar la comunicación y la relación con los adolescentes:
1. Escucha
Cuando y cómo quieran. Aprovecha ese momento dónde te quiere contar algo, después ya será tarde y el momento de hablar habrá pasado. No pierdas esa oportunidad.
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2. No juzgues
Ni a sus amigos, ni sus gustos, ni su ropa. Ya se siente muy inseguro/a con muchos aspectos de su vida, no es necesario que incrementemos esa inseguridad. Juzgar solo nos alejará más de ellos.
3. Comparte tus cosas con ellos
Háblales de cómo te sientes, de cómo te ha ido el día. Siguen siendo nuestros hijos y aunque ya no son niños ni niñas, y no muestren mucho interés, les reconforta saber cómo estamos.
4. No resuelvas sus problemas ni le organices la vida
Necesitan saber que pueden contar con nosotros siempre, pero eso no significa que hagamos todo por ellos o que no les dejemos pensar cuál es la mejor solución a sus problemas, deben ser autónomos.
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5. No te burles de sus emociones ni las reprimas
Por muy exagerada que te parezca una reacción o una respuesta a un problema no la minimices, permítele sentir y expresarse. Debes acompañar, escuchar y mostrar que entiendes cómo se siente.
6. Cuando nos equivoquemos es importante pedir disculpas
Nos equivocamos mucho; por eso es fundamental pedir disculpas. No lo he hecho bien, lo sé, lo reconozco y lo siento. Es importante que recordemos que somos modelos de conducta.
7. Pon límites
Ya nos son niños, pero necesitan que sigamos acompañando y guiando. Ya no vamos con ellos en el avión, pero sí estamos en la torre de control para lo que necesiten.
8. Respeta
Es fundamental entender que no solo son nuestros hijos/as, son personas con derechos y sentimientos.
9. Dile lo orgulloso que estás de él/ella
Saber que la gente que te quiere, tu familia está orgullosa de ti, es algo que proporciona una gran seguridad y mejora nuestra autoestima. No seas tímido a la hora de dejar claro como de orgulloso te sientes.
10. Muestra tu cariño
Sigue siendo una persona muy importante para ti y aunque esté pasando una fase donde sus amigos son su referencia afectiva, tú eres su padre/madre y necesita sentirse querido/a y amado/a siempre.