Didáctica crítica: características y objetivos
La didáctica crítica, o pedagogía crítica, es una filosofía y un movimiento social que aplica conceptos de la teoría crítica al proceso de enseñanza-aprendizaje. Al ser una filosofía, ofrece una serie de perspectivas teóricas que problematizan tanto los contenidos como las finalidades de la pedagogía. Así mismo, al ser un movimiento social, problematiza el acto mismo de educar y se promueve como una perspectiva inherentemente política.
En este artículo veremos qué es la didáctica crítica y cómo ha transformado los modelos y las prácticas educativas.
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Didáctica crítica: de la educación a la conciencia
La pedagogía crítica es una propuesta teórico-práctica que se ha desarrollado para reformular las nociones y prácticas tradicionales de la educación. Entre otras cosas propone que el proceso de enseñanza-aprendizaje es una herramienta que puede fomentar la conciencia crítica, y con esto, la emancipación de las personas oprimidas.
La pedagogía crítica es la base teórica de la práctica educativa; y la didáctica, por su parte, es la disciplina en la que se concreta dicha base. Es decir, la didáctica se hace visible directamente en el aula y en los contenidos que se enseñan, mientras que la pedagogía funciona como el sustento ideológico (Ramírez, 2008). Ambos procesos, teórico y práctico, se entienden desde esta perspectiva como un mismo proceso, por lo que sus características suelen englobarse de igual forma bajo los términos de “didáctica crítica” o “pedagogía crítica”.
Su base teórica
A nivel epistemológico, la didáctica crítica parte de considerar que todo conocimiento está mediado por las categorías del entendimiento (Rojo, ), con lo cual, no es neutro ni inmediato; su producción está incluida en el contexto y no al margen de éste. En tanto que el acto educativo es fundamentalmente un acto de conocimiento, la didáctica crítica toma en consideración sus consecuencias y elementos políticos.
Esto último requiere también pensar que la escuela de la modernidad no es una creación que trasciende la historia, sino que está vinculada a los orígenes y el desarrollo de un tipo de sociedad y de Estado en concreto (Cuesta, Mainer, Mateos, et al, 2005); con lo cual, cumple funciones que es importante visibilizar y problematizar.
Lo anterior incluye tanto los contenidos escolares como el énfasis en los temas que enseñan, lo mismo que las estrategias pedagógicas y las relaciones que se entablan entre profesorado y alumnado. Promueve específicamente una relación dialógica, en donde se establece en un diálogo igualitario fuertemente centrada en las necesidades de los estudiantes y no solo del profesor.
Así mismo, se consideran los efectos que pueden tener las prácticas de enseñanza en el alumnado, especialmente de aquellos que han quedado históricamente al margen de la educación tradicional.
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Paulo Freire: precursor de la pedagogía crítica
A finales del siglo XX, el pedagogo brasileño Paulo Freire desarrolló una filosofía pedagógica en la que defendió que la educación es una herramienta que debe ser usada para librar de la opresión. A través de ésta, es posible crear conciencia crítica en las personas y generar prácticas emancipatorias fundamentalmente comunitarias.
Freire trataba de empoderar a los estudiantes en la habilidad de pensar críticamente sobre su propia situación de estudiantes; así como contextualizar dicha situación en una sociedad concreta. Lo que buscaba era establecer conexiones entre las experiencias individuales y los contextos sociales en los que se generaban. Tanto su teoría de la pedagogía del oprimido, como su modelo de educación comunitaria, representan gran parte de las bases de la didáctica crítica.
6 supuestos teóricos de la pedagogía y la didáctica crítica
De acuerdo con Ramírez (2008) hay seis supuestos que es necesario considerar para describir y comprender la pedagogía crítica. La misma autora nos explica que los siguientes supuestos hacen referencia tanto al sustento teórico de la didáctica crítica como a las actividades educativas que se generan a partir de estos.
1. Promover la participación social
Siguiendo el modelo de educación comunitaria, la didáctica crítica promueve la participación social, más allá del contexto de la escuela. Incluye el fortalecimiento de un pensamiento democrático que permita reconocer problemas y alternativas de solución en conjunto.
2. Comunicación horizontal
Se trata de promover la igualdad de condiciones entre la voluntad de los distintos sujetos que se implican en el proceso enseñanza-aprendizaje. Se disuelve así la relación jerárquica y se establece un proceso de “desaprendizaje”, “aprendizaje” y “reaprendizaje”, que influyen también la “reflexión” y la “evaluación” posteriores.
Uno de los ejemplos de estrategias didácticas en concreto, y dentro del contexto de las aulas, son los debates y el consenso que se aplican tanto para pensar problemáticas sociales concretas, como en la estructuración de los planes de estudio.
3. Reconstrucción histórica
La reconstrucción histórica es una práctica que permite comprender el proceso por medio del cual la pedagogía se ha establecido como tal, y considerar así mismo sus alcances y las limitaciones el propio proceso educativo, en relación con los cambios políticos y comunicativos.
4. Humanizar los procesos educativos
Se refiere a la estimulación de las habilidades intelectuales, pero al mismo tiempo hace referencia a agudizar el aparato sensorial. Se trata de crear las condiciones necesarias para generar autogobierno y acciones colectivas; así como una conciencia crítica de las instituciones o estructuras que generan opresión.
Reconoce la necesidad de ubicar al sujeto en entramado de las circunstancias sociales, donde la educación no es únicamente el sinónimo de “instrucción”; sino un potente mecanismo de análisis, reflexión y discernimiento, tanto de las propias actitudes y comportamientos, como de la política, la ideología y la sociedad.
5. Contextualizar el proceso educativo
Se basa en el principio de educar para la vida en comunidad, buscando señales de identidad colectiva que cuestionen las crisis culturales y los valores basados en la segregación y la exclusión. De esta manera, la escuela se reconoce como un escenario de crítica y de cuestionamiento de modelos hegemónicos.
6. Transformar la realidad social
Todo lo anterior tiene consecuencias en el nivel micropolítico, no solo dentro de las aulas. La escuela se entiende como un espacio y una dinámica que recoge las problemáticas sociales, lo que hace posible proponer caminos concretos para buscar soluciones.
Referencias bibliográficas:
- Rojas, A. (2009). La didáctica crítica, critica la crítica educación bancaria. Integra Educativa, 4(2): 93-108.
- Ramírez, R. (2008). La pedagogía crítica. Una manera ética de generar procesos educativos. Folios (28): 108-119.
- Cuesta, R., Mainer, J., Mateos, J. et al. (2005) Didáctica crítica. Allí donde se encuentran la necesidad y el deseo. Con-ciencia Social. 17-54.