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Destiny: un corto de animación sobre el aquí y el ahora


Destiny es un corto de animación obra de cuatro alumnos de la escuela francesa Bellecour Ecoles d’art. La historia lanza un potente mensaje a partir de un imposible que, aún resultar mágico, propone una inteligente reflexión sobre cómo vivimos el momento.

En él se plantean distintos aspectos que pueden ayudarnos a gozar del presente con más plenitud.

Un corto que invita a reflexionar sobre el momento presente

Con la siguiente historia, el equipo del Instituto de Asistencia Psicológica y psiquiátrica Mensalus abre una interesante reflexión sobre cómo vivir el aquí y ahora.

Antes de nada, puedes visualizar el vídeo a continuación:

El corto muestra un abanico de opciones mágicas. ¿Cómo podemos entender este mensaje?

La historia plantea un amplio repertorio de imposibles, es cierto, pero podemos entenderlos como metáforas que promueven cambios en distintos aspectos vitales.

El desenlace es un claro ejemplo. El hecho de dejar de mirar el reloj y tomar aire para apreciar el día permite al personaje poner fin al “controlar para vivir” y da paso al “vivir para poder controlar”. Así mismo, el corto muestra en distintas ocasiones la posibilidad de “parar el tiempo”. Con este mensaje los autores nos invitan a hacer un STOP para reflexionar, es decir, dejar un espacio para pensar en lugar de afrontar el día con el piloto automático.

Es revelador cuando el protagonista puede verse a sí mismo a cámara lenta. ¿Qué metáfora extraemos de este instante?

Ver la realidad a cámara lenta es un modo de materializar algo tan abstracto como la capacidad de análisis. Con ello nos referimos a un análisis más objetivo, una exploración desde una posición alejada de la voz autocrítica y desde la que elaboremos pensamientos positivo-realistas.

¿Cuántas veces llegamos a una conclusión constructiva una vez nos hemos distanciado del conflicto? Las opciones más funcionales nacen fruto de realizar este ejercicio. Así mismo, conectar con la objetividad también puede ir de la mano de pedir ayuda externa y compartir la preocupación.

Todos buscamos momentos en los que poder respirar, contemplar un rayo de luz, tomar distancia, etc. Sin embargo, no siempre los encontramos...

Cierto. Esto tiene mucho que ver con funcionar bajo presión. La sensación de “no llego a todo” y “debo poder”, en ocasiones aumenta los pensamientos autoexigentes y deja de lado las necesidades individuales. El acto metafórico de tomar aire puede justamente responder a este contacto con la propia necesidad.

Por otro lado, “respirar” a veces es simplemente eso, respirar. En ese instante en que centramos la atención en tomar aire y dejarlo ir, desaceleramos el pensamiento exigente y dejamos espacio para el pensamiento libre de cargas.

La permisividad mental es la que luego deriva en una petición saludable: descansa, tómate un café sin prisas, siéntate y disfruta del paisaje, contempla y observa los detalles, percibe información que, con el piloto automático, no percibes. Tomar aire es una manifestación de nuestro derecho a parar y sentir.

El protagonista deja ir el control del tiempo. En general, ¿nos resulta fácil “dejar ir”?

Este es uno de los grandes temas que trabajamos en Psicoterapia y Coaching: dejar ir responsabilidades que no nos pertenecen, dejar ir funciones que antes sí nos pertenecían pero que ahora han perdido sentido, dejar ir pensamientos que nos culpan, dejar ir emociones primitivas, dejar ir prejuicios, etc.

Nos aferramos a lo que conocemos y, en ocasiones, nos resulta complicado el cambio por miedo a cómo nos sentiremos en el nuevo contexto.

¿Con qué mensaje podemos quedarnos de “Destiny”?

Destiny en definitiva propone una inteligente reflexión sobre cómo vivimos el momento. Muchas veces el destino se explica como algo que “ya está escrito”, que no podemos cambiar. Este cortometraje plantea distintos aspectos que pueden ayudarnos a vivir el aquí y ahora con mayor plenitud y augurar así un futuro equilibrado.

Dicho esto, lanzamos un mensaje:

“Cómo yo gestione mi momento vital repercutirá en cómo yo viva dicho momento y los momentos futuros”.

Quizás no podamos saber qué nos depara el futuro, pero sí está en nuestras manos plantear qué recursos creemos que nos facilitarán el camino.

Del mismo modo, recordamos la importancia de ver, oír, oler, tocar y saborear. Merece la pena poner los cinco sentidos en aquello que hacemos si nuestro objetivo es experimentarlo desde la satisfacción. De hacerlo a sentirlo hay un buen trecho. Esta es la diferencia entre vivir el tiempo y dejar que pase.