Las implicaciones psicológicas del apego en las relaciones familiares
La familia es el pilar más fuerte de las relaciones humanas. Es el primer contacto social que conocemos y, desde el que empezamos a vincularnos con los demás. Pero ¿todas las relaciones de familia son iguales? ¿Cómo son nuestras vinculaciones con nuestros principales cuidadores?
De esto quiero que hablemos hoy. ¿Por qué? Porque según sean estas, como las gestionemos y como aprendamos a relacionarnos, va a influir en como crecemos, en los adultos que nos formamos y en como gestionamos las adversidades que se nos puedan presentar.
Para ello, quiero que demos respuesta a varias preguntas
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¿Qué es el apego?
El apego es el vinculo afectivo que creamos desde que nacemos con nuestros principales cuidadores y personas de referencia.
Sin embargo, el apego no siempre se expresa del mismo modo en las relaciones familiares. Veamos qué formas puede adoptar.
¿Qué tipos de apego existen?
Nos encontramos con cuatro tipos de apego, que son los siguientes.
1. Apego desorganizado
Es característico en familias en las que no ha existido una buena estructura familiar, en las que era habitual el maltrato tanto físico como psicológico, y con situaciones en las que el menosprecio o los insultos eran algo cotidiano.
2. Apego distanciante o evitativo
Es común en personas que sienten que todas sus necesidades o cuidados estaban cubiertos, excepto en lo emocional, existiendo negligencia. En este caso nos encontramos familias en las que sí existe algo de estructura, pero no en todos los ámbitos, y sobre todo hay negligencia a nivel psicológico.
3. Apego preocupado, ansioso o ambivalente
Nos encontramos con familias en las que no existe la intimidad. Es habitual que en este tipo de familias este prohibido cerrar la puerta, o si la cerramos, en cualquier momento entra una persona, para ver si todo esta bien y en orden. Además, es común el uso del chantaje emocional con frases como "si no haces lo que te pido es que no me quieres".
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4. Apego seguro
En este tipo de familia existe una buena estructura familiar, en la que la buena sintonía, cuidado, coherencia y autonomía se dan de forma adecuada.
Posibles patrones de conducta ante un apego inadecuado
El mejor tipo de apego es el apego seguro, por la existencia de un buen equilibrio en todas las áreas. Esto se puede trabajar.
Pero ¿Qué nos pasa cuando tenemos otro tipo de apego? ¿O cuando vivimos situaciones en las nos sentimos en peligro o que no podemos?
Aferrarse al peligro
Esto es algo natural, sucede por ejemplo en animales como el pez rémora, que se queda pegado a su depredador para así sentir que está a salvo. A los seres humanos en ocasiones nos pasa igual, es más fácil quedarnos al lado de algo que sabemos que nos hace mal que intentar encontrar un cambio.
Cuando en realidad si damos el paso de tomar las riendas de nuestra vida, todo mejora. Es común, que cuando nos sentimos así, dependamos de los demás para estar bien, o presentemos un apego preocupado ante las personas que queremos.
Construir un muro protector
Poniendo un ejemplo, como en el caso anterior tenemos a las esporas o las tortugas. Tienen una coraza con la cual se protegen de lo de fuera. Estas personas se suelen mostrar fuertes, se aíslan ellos solos, con el fin de que nadie les pueda hacer daño. Muchas veces ocasionado por vivir en entornos que le han enseñado a que es la única forma de que las cosas estén mejor.
Muchas veces cuando nos encontramos así, somos capaces de que nuestro entorno no se dé cuenta, otras veces reaccionamos “atacando” o “haciendo daño” a las personas que más queremos y nos cuesta mucho hablar de nuestras emociones
¿Te sientes identificado con estas situaciones?
A veces, no es necesario que nos encontremos con un apego inseguro, aunque afecta. Las circunstancias de nuestra vida y los retos que esta nos plantea hacen que nos bloqueemos o que intentemos escapar. Muchas veces nuestras vivencias pasadas no nos dejan avanzar, o tratamos a nuestra familia de una forma que no nos gusta.
Si te pasa esto no estas sólo; siempre es buen momento para aprender a cuidarnos y querernos, podemos formar un gran equipo. Para ponerte en contacto con nuestro equipo de psicólogos, accede a esta página.