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Entrevista a UPAD: apoyo psicológico para influencers en la era digital


Con los nuevos tiempos, llegan nuevas formas de asistencia psicológica adaptadas al entorno tecnológico en el que vivimos inmersos.

Uno de los ámbitos en los que esto se nota es en el tipo de perfiles de profesionales que buscan apoyo en los expertos en la ciencia del comportamiento. Por ejemplo, hoy en día hay psicólogos expertos en ayudar a influencers: comentadores sociales, divulgadores de la cultura, nutricionistas, especialistas en fitness, etc.

En este caso entrevistamos a dos psicólogos que desde hace años atienden a influencers dándoles un apoyo adaptado al tipo de necesidades y problemas que estos presentan en lo relativo a su manera de vivir y de trabajar, en el que los límites entre lo privado y lo público son, a menudo, demasiado ambiguos. Se trata de Fernando Callejo y Carlos Rey, los miembros fundadores de UPAD Psicología y Coaching, centro de asistencia psicológica situado en Madrid.

Entrevista a UPAD: así es el apoyo psicológico para influencers

UPAD Psicología y Coaching se caracteriza por el hecho de que, además de ofrecer terapia, sus psicólogos ofrecen ayuda a profesionales sometidos a presión por las características de su trabajo: deportistas, perfiles creativos, y, además, influencers.

Precisamente en este último ámbito de intervención nos centraremos aquí, a través de una entrevista a los miembros fundadores de UPAD, Fernando Callejo y Carlos Rey, psicólogos con una amplia experiencia en los servicios de apoyo psicológico ante necesidades y problemas relacionados con la vida profesional.

¿Cómo vivisteis la llegada de los primeros influencers a vuestra consulta? ¿Es un fenómeno reciente?

La verdad es que llevamos trabajando desde hace varios años con diferentes influencers, pues aunque parece que el fenómeno es actual, ya son muchas las personas que se dedican, desde hace tiempo, a asesorar o aconsejar al público en hábitos saludables como la alimentación o el fitness, entre otros. Recuerdo perfectamente cuando llegó el primero de todos y me dijo: “Fernando, he decidido dedicarme al mundo de YouTube y redes sociales”.

Se trataba de un tenista profesional que decidió cambiar su vida, como el dijo, para apostar por sí mismo y por sus sueños. Hoy en día, tras un gran trabajo de crecimiento personal, es un reconocido influencer que asesora a las personas en su alimentación y en su actividad física buscando generar siempre bienestar y satisfacción en todas esas personas que le rodean.

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Estos nuevos referentes de la era de Internet se caracterizan por su potente branding personal. A la hora de organizar actividades y tareas de la vida diaria, ¿creéis que puede ser problemático no establecer límites claros entre lo personal y lo profesional?

Una de las dificultades que suelen encontrarse muchos influencers es la capacidad de aprender a diferenciar su vida privada de la pública (profesional). Con el tiempo, generando pautas de actuación, como horarios y tareas, suelen fusionar su vida personal con la profesional.

La mayoría intentan presentar su vida personal a través de las redes para enseñar al mundo que ellos no son tan diferentes al resto, sino que simplemente hacen todo esto para lograr cumplir sus sueños.

Esto no quita que surjan problemas a la hora de definir los límites, sobre todo, cuando existen relaciones de pareja. Salir con un influencer puede significar para la otra persona, en ocasiones, que su vida privada quede expuesta al público, o mejor dicho, a los seguidores de las cuentas de las redes sociales del YouTuber o Instagramer. Por ello, es fundamental encontrar un equilibrio donde tanto el influencer como su pareja definan lo que puede o no puede ser público.

¿Qué tipo de problemas o de necesidades características habéis notado que suelen presentar los influencers, en cuanto a su desarrollo profesional?

La mayoría de los influencers buscan ser más efectivos y más organizados, pues sus vidas suelen estar llenas de imprevistos. Para ello trabajamos sobre su capacidad para gestionar el tiempo organizándolo en función de sus prioridades.

Quieren muchas veces realizar una gran cantidad de tareas, pero no disponen del tiempo necesario para llevarlas a cabo, y claro, el tiempo es una variable que no podemos modificar. Son 24 horas, tanto para ellos como para el resto de personas.

Es fundamental enseñarles a organizar sus tiempos para descansar, trabajar y dedicar espacio al ocio o a las relaciones personales. Una mala gestión suele desencadenar periodos de estrés y ansiedad que les impide lograr aquellos objetivos que desean alcanzar.

Por otro lado, también trabajamos en su comunicación, pues es una competencia fundamental, ya que su trabajo depende de ella. Para ello, desarrollamos estrategias de asertividad y trabajamos afirmaciones y autodiálogos. Aprender a no entrar, o mejor dicho, a “pasar” de discusiones absurdas con personas que en el fondo no conocen (los llamados “trolls”, cuyo único fin es desprestigiar el trabajo que los influencers realizan), suele ser uno de los trabajos más habituales con ellos.

Por último, otra temática habitual es la relación de pareja. Habituarse a estar con una persona que dedica más de un 75% del día a trabajar y a exponer su vida en los diferentes canales de las redes sociales, en ocasiones, es complicado.

Este tipo de trabajo exige estar en todo momento “online” y en movimiento, y claro, pueden desencadenar en conflictos con la pareja. Para ello trabajamos en si Inteligencia Emocional, es fundamental aprender a gestionar las emociones para generar relaciones saludables.

Y en cuanto a necesidades en su vida privada, ¿hay algún elemento característico que suela darse en muchos de los influencers? ¿Quizás algo relacionado con la falta de privacidad?

Lo más característico suele ser el tener que pararse por la calle para hacerse una foto con un o una seguidora. Más allá de eso, nuestro trabajo está dirigido a que decidan cómo quieren que sea su privacidad.

Hay que pensar que todos los días reciben mensajes públicos y privados, y no siempre son mensajes muy positivos. Aprender a canalizar esa información es crucial para generar una estabilidad emocional y un autoestima fuerte.

¿El hecho de que la mayoría de influencers sean muy jóvenes hace que sean más propensos a experimentar altibajos emocionales debido a su trabajo?

Los seres humanos llegamos al mundo sin un “manual de instrucciones” por lo que es lógico experimentar altibajos a nivel emocional. La problemática suele surgir cuando definen quiénes son en función de la opinión pública, es decir, cuando “regalan” su poder al público para definir su Ser.

Esta dificultad suele atacar directamente a su autoestima hasta que aprenden a diseñar su propia imagen. Durante esta búsqueda experimentan todo tipo de emociones hasta que aprenden a gestionarlas.

En el caso de los jóvenes y post-adolescentes con miles de seguidores en Internet, ¿qué papel juegan los padres y madres? Muchos de ellos posiblemente ni siquiera comprenden muy bien lo que son las redes sociales, YouTube...

Nos hemos encontrado todo tipo de padres, la verdad. Al inicio, lo más habitual suelen padres que no entienden mucho sobre redes sociales y cuando sus hijos les cuentan a lo que se quieren dedicar, no lo ven claro y prefieren que sus hijos se dediquen a otra labor.

Otros padres se preocupan, como es lógico, por todo lo que conlleva que su hijo haga pública su vida privada. Con el paso del tiempo y viendo el éxito que han tenido en YouTube o Instagram, los padres suelen apoyar al hijo o hija, e incluso en alguna ocasión, participan en los vídeos que los influencers publican en sus redes.

Desde vuestra perspectiva como psicólogos, ¿ayudar a un influencer a mantener una autoestima sana es parecido a hacerlo con el español medio?

En UPAD Psicología y Coaching tratamos a cada usuario de forma personalizada sin hacer comparaciones o parecidos con otros clientes. A la hora de trabajar en el desarrollo de la autoestima o la autoconfianza utilizamos herramientas y estrategias que adaptamos a cada persona con la que trabajamos.

Creemos en la responsabilidad individual de decidir cómo quieren definir su propio concepto de “autoestima sana”. A partir de ahí, hacemos nuestro trabajo para dar significado a aquello que hacen para acompañarles en su crecimiento personal y desarrollo profesional. Da igual el status que un usuario tenga, si es alto, medio o bajo.

Cada persona que acude a nuestro centro de psicólogos en Madrid, o de manera online, decide cuán grande es su problema y cuando quiere cambiar para solucionar su dificultad. Ante todo somos seres humanos, con nuestras fortalezas y debilidades. Y a partir de ahí trabajamos hacia un gran objetivo: el desarrollo.