Las 4 preguntas de Tinbergen: los niveles de explicación biológica
El ser humano siempre se ha cuestionado el origen y las causas de las cosas que le suceden. La aplicación de esta curiosidad por el saber al ámbito de la biología ha dado paso a la etología, entre otras ramas de la ciencia.
Uno de los padres de esta ciencia es Nikolaas Tinbergen, zoólogo que dio varias aportaciones al estudio de los seres vivos. Entre ellas, encontramos lo que se conoce como las 4 preguntas de Tinbergen, un esfuerzo por ordenar las incógnitas a responder acerca de la biología y el comportamiento de cualquier animal (incluyendo a los humanos).
¿Qué función tiene una conducta? ¿Cómo se desarrolla, evoluciona y qué la causa? Si quieres conocer estas respuestas, sigue leyendo.
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Antecedentes: los inicios de la biología
Aristóteles ya afirmó que “conocer algo científicamente es conocer sus causas”. Además estableció 4 tipos de causas: material, formal, eficiente y final. Esto puede ser considerado un precedente a las preguntas de Tinbergen, ya que pretendía ser el punto de inicio de las indagaciones de cualquier investigador que quisiera estudiar la naturaleza.
Antes de Tinbergen, alrededor del 1930, Julian Huxley habló de tres grandes problemas en la biología: la causa, el valor de supervivencia y la evolución. Fue Niko Tinbergen quien añadió la cuarta: la ontogenia, es decir, el desarrollo de cada individuo desde que nace hasta que muere. Por otro lado, Ernst Mayr en 1961 habló de causa próxima y causa última.
¿Cuáles son las 4 preguntas de Tinbergen?
Niko Tinbergen, considerado uno de los padres de la etología, fue un zoólogo neerlandés que nació en 1907. En 1973 fue Premio Nobel de Fisiología y Medicina, junto a Konrad Lorenz y Kar von Frisch, por sus descubrimientos en relación a los patrones de conducta individual y social.
Tinbergen, en su artículo On aims and methods of ethology del 1963, plantea la existencia de 4 principales problemas de la biología, o las 4 preguntas de Tinbergen, que son niveles de explicación biológica de ciertos fenómenos de la naturaleza.
Tinbergen plantea estas preguntas con el objetivo de entender una conducta, y son las siguientes.
Causa o mecanismo: ¿Cuál es la causa de la conducta?
Representa la causa próxima o estructural. Son los estímulos internos y externos que desencadenan la conducta.
Aquí, los receptores sensoriales juegan un papel clave al permitir percibir la información que proporcionan tales estímulos.
Valor de supervivencia: ¿Cómo contribuye tal conducta a la supervivencia y al éxito reproductivo del animal?
Representaa la causa última. Es decir, la función, adaptación o ventaja adaptativa de la conducta.
Ontogenia: ¿Cómo se desarrolla tal conducta durante la vida del animal?
Tiene que ver con los posibles cambios y la evolución que experimenta un patrón de conducta a lo largo de la vida de los individuos.
Evolución: ¿Cómo ha evolucionado la conducta?
También llamada filogenia. Estudia la historia filogenética de tal conducta, es decir, de los precursores. Gracias a ello se puede entender que la conducta sea de tal forma en la actualidad, y no de otra.
Los niveles de explicación biológica
Relacionando a Tinbergen con Mayr, vemos que las causas próximas (inmediatas en el tiempo) englobarían el mecanismo y la ontogenia, y las causas evolutivas (más lejanas o distales), comprenderían el valor de supervivencia y la filogenia.
Así, las primeras explicarían la estructura y los mecanismos de la conducta, y las segundas, por qué los organismos son de la manera que son.
Ejemplo práctico
Para ilustrar las preguntas de Tinbergen, vamos a ver un ejemplo. Es algo orientativo para hacernos una idea, pero las respuestas siempre variarán de un caso a otro.
Pensemos en un niño que pega a los demás cuando se enfada. Analizemos los componentes de tal conducta según las 4 preguntas de Tinbergen.
Causa
Puede ser por irritabilidad, por baja tolerancia a la frustración, por no disponer de otras habilidades de contención emocional, etc.
Función
Llamar la atención, descargar la rabia, mostrar su irritabilidad para que le atiendan.
Ontogenia
Se desarrolla y se repite porque previamente ya ha mostrado conductas similares y estas han sido reforzadas en algún momento.
Evolución
El niño ha visto cómo sus hermanos eran reforzados por tal conducta, y la reproduce.
Implicaciones para la ciencia
Como hemos visto, podemos desgranar y analizar los componentes de cada conducta animal que nos planteemos, aunque evidentemente no todas las conductas tendrán la misma función, y mucho menos el mismo valor adaptativo.
Habrá conductas más adaptativas que otras, y estas serán las que, probablemente, se repetirán en la cadena evolucionista y las que se consolidarán de forma más estable en una especie.
Actualmente, 50 años después de la publicación de aquel artículo, se sigue considerando las 4 preguntas de Tinbergen como uno de los legados más importantes y valiosos del autor, debido a la importancia otorga a su visión comprensiva y polifacética de una conducta.
Visión del autor y conclusión
Tinbergen otorgó una carácter pragmático a su teoría, además de lógico, lo que hace de su trabajo una herramienta útil y completa para entender la conducta. Fue de los primeros en estudiar el significado adaptativo de comportamientos que pueden parecer inútiles en primera instancia; por ejemplo, estudió el comportamiento de las gaviotas reidoras al retirar del nido la cáscara de los huevos una vez nacían sus polluelos.
El autor consideraba que agrupar los problemas facilitaría la comprensión de la conducta, y lo consideró una parte fundamental de la etología. De todas formas, siempre apostó no sólo por integrar las conductas, sino también por estudiarlas de manera individual, adquiriendo así una visión analítica y global de la conducta o el problema al mismo tiempo.
Las 4 preguntas de Tinbergen son aparentemente sencillas, pero a la vez sintéticas, ya que nos llevan hasta una comprensión completa de un fenómeno biológico o comportamental.
Referencias bibliográficas:
- Donal, A. (1999). The proximate and the ultimate: past, present and future. Behavioral Processes, 189-199.
- Bateson, P. & Laland, K. (2013). Tinbergen’s four questions: an appreciation and an update. Trends in Ecology & Evolution, 28(12), 712-718.