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¿Cómo saber si una persona tiene problema con las drogas?


Uno de los aspectos de la drogadicción que hace de esta alteración de la salud un problema tan peligroso es que, por su propia naturaleza, genera las condiciones para que la persona no sea consciente de que tiene un problema hasta que no ha sufrido consecuencias muy negativas.

Las ganas de seguir consumiendo llevan a la persona a centrarse en esa cadena de acciones que llevan a conseguir droga y utilizarla para clamar el malestar, y cuesta mucho ver más allá de ese círculo vicioso. Por otro lado, las personas de su entorno tienden a suponer que no ocurre nada fuera de lo normal entre otras cosas porque el uso de drogas está muy normalizado en ciertos círculos sociales; y a su vez, quien ha desarrollado la adicción suele mantener esto en secreto para no tener que dar explicaciones.

Todo ello hace que sea relativamente normal no buscar ayuda profesional y tratamiento hasta que ya han pasado muchos meses o incluso años desde que se originó esta patología. Por ello, en este artículo haremos un repaso por los patrones de comportamiento que ayudan a saber si una persona tiene problema con las drogas.

¿Cómo saber si una persona ha desarrollado un problema de drogadicción?

Fíjate en estas ideas clave para detectar los casos de adicción a las drogas en tu entorno.

1. La persona se muestra más irritable

La tendencia a la hostilidad y al enfado es una de las características de la drogadicción. Esto tiene que ver con dos factores principales. En primer lugar, el deterioro de su estado físico y mental hace que la persona tenga menos recursos para lidiar con las situaciones que requieren de una cierta concentración y esfuerzo, y esto produce frustración. Por el otro, si se lleva “demasiado” tiempo sin consumir, el malestar que esto produce lleva a la persona a centrarse en el objetivo de consumir más, y muchas interacciones sociales que no conducen a ello son vistas como un estorbo.

2. La persona se vuelve más cerrada y quiere tener más privacidad

Es muy común que las personas adictas a la droga empiecen a mostrarse más recelosas con su privacidad incluso ante sus seres queridos, y empiecen a pasar más tiempo a solas o con otras personas que también consumen drogas. Es decir, modifican su red de interacciones sociales diarias para pasar menos tiempo con aquellas personas ante quienes tendrían que dar explicaciones en caso de que se descubriera que tienen una adicción, y dedican una porción mayor de su tiempo libre a quienes pueden reunirse a la vez que se consume esa sustancia.

3. La persona realiza salidas sin explicar a dónde va

Las personas adictas necesitan involucrarse regularmente en "misiones" para conseguir la sustancia psicoactiva de la que son dependientes, y esto pasa por hablar lo mínimo posible sobre esto con quienes no les pueden acercar a esta meta.

4. Aparecen alteraciones del sueño

La mayoría de adicciones interfieren con la calidad del sueño de las personas que las sufren. Esto hace que quienes han desarrollado drogadicción se vayan a dormir tarde, se despierten numerosas veces en la noche a causa de los problemas para dormir, etc.

5. Problemas de concentración

La adicción hace que la atención de la persona se centre en el consumo de esa sustancia, por lo que incluso cuando están realizando tareas que no tienen nada que ver con la droga, no pueden evitar fantasear con el hecho de consumir, o bien pensar acerca de lo que van a hacer en las próximas horas para conseguir más material. Como resultado, muchas veces no pueden concentrarse en una tarea si no consumen en ese momento.

6. Aparecen problemas de estrés y de ansiedad

El “mono” asociado a la abstinencia hace que el sistema nervioso del adicto se ponga en un estado de alarma, para detectar cuanto antes oportunidades que permitan seguir consumiendo la sustancia psicoactiva. Por eso, pueden aparecer sudores fríos, sensibilidad a los cambios del entorno, temblores, mareos, etc.

7. Surgen problemas de piel

A medio y largo plazo, muchas drogas llevan al desarrollo de enfermedades de la piel que son fácilmente visibles. Esto se plasma, por ejemplo, en un envejecimiento más acelerado: pérdida de cabello, aparición de arrugas en un periodo relativamente corto, cambios de color en las uñas, apariencia de que la piel es más fina y seca, etc. Por supuesto, ninguno de estos fenómenos es por sí solo indicativo de que la persona ha estado consumiendo drogas, pero si estos elementos se dan en conjunto, hay bastantes probabilidades de que el origen esté en esta clase de patologías.

8. La situación empeora progresivamente

Las adicciones llevan a la persona a ver cómo su salud se deteriora de manera progresiva; a no ser que se pase por un proceso de desintoxicación y rehabilitación, difícilmente se va a pasar de la adicción a una situación en la que los síntomas emiten. Debido a la dependencia producida por la sustancia, el cuerpo se habitúa a la droga y el individuo necesita consumir cada vez más y con mayor regularidad para evitar sufrir el malestar de la abstinencia.

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