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Las 6 diferencias entre la Ciencia y la Filosofía


La ciencia y la filosofía son dos ámbito de creación de conocimiento que, muchas veces, son confundidos entre sí.

Muchas veces se toma a los filósofos y a los científicos, simplemente, como expertos de todo y nada, autoridades intelectuales en cualquier tema, y esto hace que los límites que existen entre sus funciones queden difuminados. A continuación veremos qué es exactamente lo que permite distinguir la ciencia de la filosofía y cuáles son sus ámbitos de actuación.

Diferencias principales entre la ciencia y la filosofía

Estas diferencias son muy básicas y generales, y conviene tener en cuenta que tanto la ciencia como la filosofía son parcelas de conocimiento muy amplias y diversas, con lo que no siempre resulta sencillo generalizar sobre ellas.

Sin embargo, en términos globales todas las formas de ciencia tienen una serie de características en común que las acercan más entre sí que a la filosofía, y lo mismo ocurre con esta última disciplina.

1. Una quiere explicar la realidad, la otra manipula ideas

La filosofía, a diferencia de la ciencia, no depende de las contrastaciones empíricas. Esto significa que mientras que todo el trabajo de los científicos gira en torno a si sus hipótesis y sus teorías se ven confirmadas por la experiencia, los filósofos no necesitan realizar esta clase de contrastaciones para desarrollar su trabajo.

Esto es así porque los científicos tratan de hallar los mecanismos básicos por los que funciona la realidad, mientras que los filósofos se centran más bien en investigar las relaciones que hay entre ciertos grupos de ideas partiendo de unos presupuestos teóricos básicos.

Por ejemplo, la obra de René Descartes se desarrolló a partir de un ejercicio de lógica: existe un sujeto, porque de no ser así no podría pensarse a sí mismo.

2. Una es especulativa y la otra no

La filosofía se basa básicamente en la especulación, en mayor o menor grado, mientras que la ciencia, aunque también incorpora cierto grado de especulación, limita el poder de este a través de la contrastación empírica. Es decir, que en la segunda esas ideas y teorías que no encajen con lo observado y no expliquen las cosas tan bien como otras, dejan de utilizarse, ya que se considera que han llegado a un callejón sin salida.

En la filosofía, en cambio, es posible dar por bueno cualquier punto de partida teórico (por descabellado que parezca en un principio) si eso permite crear un mapa de ideas o un sistema filosófico que resulta interesante desde algún punto de vista.

3. La filosofía trata la moral

La ciencia intenta responder preguntas, no señalar qué posiciones éticas son las mejores. Su tarea es una descripción de las cosas del modo más objetivo y aséptico posible.

La filosofía, en cambio, incorpora el tema de la ética y de la moral desde hace miles de años. No solo se encarga de construir conocimiento; también trata de responder a preguntas acerca de lo que está bien y lo que está mal.

4. Responden preguntas diferentes

La ciencia se hace preguntas muy específicas y que están formuladas de un modo muy cuidadoso. Además, trata de utilizar definiciones muy claras y específicas en el vocabulario que usa, para que así se sepa claramente su una teoría o hipótesis se cumple o no.

La filosofía, en cambio, se hace preguntas mucho más generales que la ciencia, y normalmente utiliza conceptos mucho más difíciles de definir que, para ser entendidos, primero requieren que se conozca el sistema filosófico al que pertenecen.

5. Tienen necesidades distintas

Para que se desarrolle la ciencia, es necesario invertir mucho dinero en ella, ya que esta clase de investigaciones son muy caras y requieren de unos instrumentos muy costosos, como máquinas especiales o una plantilla de personas que dediquen varios meses a trabajar coordinadamente a responder a una pregunta muy específica.

La filosofía, en cambio, no resulta tan cara, pero en cambio requiere de un clima social en el que sea factible iniciar cierto tipo de investigaciones filosóficas sin sufrir censura. Además, como la filosofía no suele tener un carácter tan aplicado como la ciencia, actualmente no es fácil que pueda servir para ganar un sueldo.

6. Una ha dado paso a la siguiente

La ciencia ha surgido de la filosofía, ya que al principio todas las formas de conocimiento eran una mezcla entre contrastación empírica sistemática, filosofía y mito.

Esto se ve claramente, por ejemplo, en la manera de pensar propia de las sectas pitagóricas, que investigaban las propiedades matemáticas a la vez que atribuían un carácter casi divino a los números y vinculaban su existencia a la de un más allá en el qe hipotéticamente habitaban almas sin cuerpo (ya que las reglas matemáticas son válidas siempre, independientemente de lo que haga la materia).

La escisión entre la ciencia y la filosofía se produjo a partir de la Revolución Científica, a la salida de la Edad Media, y desde entonces se ha ido desarrollando más y más. Sin embargo, nunca ha llegado a ser totalmente autónoma de la filosofía, ya que esta última vela por las condiciones epistemológicas de los descubrimientos que se van realizando y las conclusiones a las que permiten llegar.