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Terapia Existencial: ¿Por qué terapia? ¿Por qué existencial?


Tomar la decisión de acudir a un especialista en salud afectiva, relacional y mental, no es una elección sencilla, pues ante la amplia gama de posibilidades de intervención clínica y psicoterapéutica (aproximadamente más de 400 técnicas psicoterapéuticas de las cuales no todas están avaladas por la Federación Internacional de Psicología, la Asociación Americana de Psicología y de Psiquiatría) se requiere por parte del consultante una búsqueda agotadora para coincidir con el terapeuta y enfoque adecuados, haciendo la experiencia de comenzar el proceso menos alentador y, en muchos casos, desagradable y lamentable ante las experiencias producto de una mala praxis terapéutica.

Esta es una de las razones por las que comparto este contenido, pues dentro de los modelos oficiales y avalados por diversas organizaciones de renombre internacional, el Análisis Existencial es uno de los modelos y enfoques más novedosos, pero por ello no tan conocidos, y muchas veces, mal entendidos.

Antes de comenzar, es fundamental que tomes este contenido de forma específicamente informativa, y te des a la tarea de consultar con el especialista que consideres conveniente y que clarifique tus dudas, permitiéndote la oportunidad de conocer su trabajo profesional y especializado más a detalle.

¿Por qué Terapia Existencial?

La terapia de enfoque existencial es una perspectiva psicoterapéutica oficial, con bases filosóficas. Se considera un enfoque porque engloba una diversidad de miradas y perspectivas teoríco-prácticas; sin embargo, este es quizá su desafío más complejo a la hora de intentar definirla. Intentaré definirla para ti de la manera más sencilla que me sea posible.

Las miradas y perspectivas filosófico-existenciales tienen en común el trabajo filosófico en profundad, y se caracteriza por prestar mayor atención a la experiencia del ser humano, más allá de reducirlo a un psicodiagnóstico clínico, pues se considera que el ser humano es más que la suma de sus partes, es decir, no está limitado a su psicología y/o conducta, sino que es libre de decidir cómo responde a tales condiciones.

De manera general, trata con gente que padece una crisis o un sufrimiento inmediato sin embargo; este no es el único motivo de consulta, pues al tratar los dilemas y tensiones presentes en la humanidad, el abordaje análitico-existencial acompaña de diversas maneras, considerando como principales los siguientes puntos:

  • Vínculo y relación terapeuta-paciente (relacionalidad)
  • No existe mayor importancia en la temporalidad (pasado, presente futuro) sin embargo, se enfocan estos tiempos a las elecciones y decisiones inmediatas en el aquí y ahora.
  • La condición humana (lo placentero, agradable, lo negativo, lo trágico) es el foco principal.

La Terapia Existencial intenta iluminar la manera en la que cada ser humano construye, descubre y sostiene su propia existencia, su destino.

¿Por qué se llama así?

Al ser un enfoque con sustento y bases filosóficas, el modelo que utiliza es conocido como “método fenomenológico” el cual tiene como finalidad principar, intentar captar la experiencia (fenómeno) de la persona y con ello desvelar un significado, respuesta o, como se conoce en psicología, un insight.

Este modelo disciplinario permite que el terapeuta se muestre más receptivo, flexible y con mayor disposición de captar y descubrir junto al consultante su realidad subjetiva.

Terapia existencial

¿Cómo funciona este tipo de terapia?

Funciona principalmente por medio del diálogo y la experiencia que en ella se devela, entre terapeuta y consultante. Esto puede lograrse a partir del método fenomenológico, hermenéutico y dialógico.

Es por ello que es una terapia que pone énfasis en la necesidad de mantenter preservar la relación entre ambos, cuidarla, y proveerse de honestidad y empatía, aunque mantiene una tensión retadora en el vínculo, reconociendo la importancia de este en el resultado efectivo de todo el proceso terapéutico.

Lo anterior es un desafío principalmente para el terapeuta existencial, pues debe percatarse de las dificultades de no imponer su propia perspectiva, experiencia personal, mundo propio y sistema de valores por encima de los del consultante. El intento de evitar su aparición y mantenimiento tiene como objetivo posibilitar, abrir y poner sobre la mesa, aquellos puntos inconsistentes, incongruentes o contradictorios, en la manera y forma en la que cada consultante/paciente elige de forma habitual su modo de ser.

A veces, la terapia existencial puede ser confrontativa, incómoda o dolorosa (no por elección del terapeuta), ya que evidencia la realidad tal cual es para cada paciente, sin esconder aspectos de la misma por el simple hecho de evitar emociones intensas o “desagradables” en el consultante, ya que estas son producto de la experiencia y vivencia de su ser-en-el-mundo y no dadas por el analista.

Este proceso es muy liberador, pues facilita el desahogo y exploración a profundidad de la experiencia del consultante sin máscaras ni alicientes que la minimicen, generando una experiencia lo más auténtica y sincera posible.

¿Qué hace diferente a la Terapia existencial de otros enfoques?

La terapia o Análisis Existencial no solo se diferencia por el sustento filosófico que presenta, sino también en que, gracias a la actitud fenomenológica y la disposición diálogal, su foco de atención va más allá del modelo tradicional clínico (no dejando de lado el psicodiagnóstico cuando es llevado el proceso por un profesional de la salud capacitado en terapia existencial).

No trata de “patologizar” la psique y conducta del paciente, pues posibilita la toma de postura libre y responsable de la persona analizada, permitiendo valorar la experiencia en totalidad y no solo los rasgos que la acompañan.

Esto hace que la perspectiva existencial permeé en totalidad la experiencia humana de cada consultante.

Además, este enfoque hace evidente que no es útil tratar de evitar aliviar los síntomas de manera inmediata o con el objetivo ingenuo de lograrlo a petición del consultante; por el contrario, a diferencia de la mayoría de enfoques, la perspectiva existencial no teme la expresión de los síntomas “incomodos o desagradables” como la angustia, el miedo, la tristeza profunda (mal llamada depresión, aunque, si fuera depresión en términos clínicos en sí, también le deja las puertas abiertas) o la rabia, las cuales, en esta perspectiva, son reconocidas por su rico dote de sentido y valor potencial como respuestas ante el contexto y la biografía de cada ser humano.

Es así que el Analisis Existencial busca explorar la experiencia con los síntomas que esta presente, aún si estos son intensos o incluso perturbadores; se mantiene en el intento de conocerlos y descubrirlos, más que eliminarlos y evitarlos a toda costa.

El principal propósito de la Terapia Existencial es el conocimiento, exploración, clarificación y reconocimiento de la experiencia en lugar de intentar solamente explicarla, interpretarla o intentar “curar” las experiencias de cada persona.

¿Para qué recurrir a la Terapia Existencial?

Como habrás notado, la terapia existencial permite a los participantes conocer por medio de la exploración sus experiencias vividas, pero haciendólo de manera honesta, sincera y comprensiva.

A través de la exploración en conjunto con el terapeuta, el consultante puede mirar con mayor claridad las diversas perspectivas de una misma experiencia y los significados que de estos se develan. Tanto los desafíos más complejos y filosóficos como las experiencias más rudimentarias y cotidianas van ligadas en cada proceso terapéutico con el compromiso de comprensión, retador y desafiante, posibilitando en la persona la oportunidad de aceptar y ser responsable de su experiencia, desde una actitud más resiliente y flexible con la cual sea capaz de modificar y diseñar su proyecto posterior, en miras a un futuro cercano.

Estos son los fenómenos ante los que la consulta existencial es una buena opción:

  • La angustia y ansiedad
  • Miedo a la muerte o proceso de duelo
  • Vacío existencial / falta de sentido
  • Crisis por enfermedad, accidentes o cambios radicales en su modo de vida
  • Pérdida de estatus, empleo, limitantes financieros
  • Sufrimiento
  • Culpa
  • Ansiedad anticipatoria
  • Ruptura en vínculos familiares, sociales y afectivos
  • Depresión
  • Ansiedad
  • Libertad y Responsabilidad
  • Dificultad para decidir entre dos o más circunstancias
  • Miedo a la vida
  • Aislamiento rádical y evitación relacional
  • Falta de creatividad
  • Situaciones trágicas e inevitables

Conclusión

Si bien este artículo ha sido redactado para que sea comprendido de una manera sencilla, los aspectos que dan soporte al Análisis Existencial son mucho más complejos que lo aquí compartido. Esta especialidad requiere de una preparación de años de estudio profesional, requiriendo que el terapeuta cuente, como mínimo, con una profesión en áreas de la salud y la filosofía, además del posgrado en Filosofía existencial con perspectiva fenomenológico-hermenéutico.

La perspectiva existencial es reconocida a nivel mundial como uno de los enfoques más desafiantes, complejos y novedosos, pues su constitución se da por medio de investigación empírica a partir de la segunda mitad del siglo XX; sin embargo, engloba la base de estudios antropológicos y conocimiento incluso milenario que la filosofía ha aportado a la humanidad y continuará aportando en pleno siglo XXI.

Si después de lo que acabas de leer te han surgido nuevas preguntas y cuestionamientos, ¡qué maravilla! Se ha logrado parte del objetivo, pues esta es una invitación filosófica y reflexiva, siendo las preguntas el primer paso del recorrido.

Si consideras que las situaciones actuales en tu vida te plantean más dudas que no sabes cómo responder y deseas afrontar este desafío, puedes ponerte en contacto conmigo para explorar y develar juntos esta experiencia en aras del descubrimiento de tu manera de ser-en-el-mundo.