Isaac Díaz Oliván: «Los traumas solo se pueden sanar con psicoterapia»
La memoria es una de las propiedades más importantes de la mente humana, y gracias a ella podemos aprender hasta límites insospechados, acumulando conocimientos relacionados con el mundo, con nosotros mismos y con los demás.
Pero para bien y para mal, esta capacidad para memorizar espontáneamente también nos vuelve vulnerables a que ciertas vivencias emocionalmente dolorosas nos marquen psicológicamente. Cuando esto ocurre, no podemos asimilar adecuadamente ciertos recuerdos y surgen lo que se conoce como traumas. En esta entrevista al psicólogo Isaac Díaz Oliván nos sumergiremos en esta clase de psicopatologías.
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Entrevista a Isaac Díaz Oliván: los tipos de traumas más comunes (y cómo se tratan en terapia)
Isaac Díaz Oliván es Psicólogo General Sanitario y Director de Confía Psicología, centro ubicado en Madrid y donde se atiende a pacientes de todas las edades. Cuenta también con un Doctorado en Trauma y Suicidio, y en esta entrevista nos hablará precisamente sobre los trastornos mentales vinculados al hecho de haber sufrido una experiencia traumática.
¿En Psicología, qué se entiende por un trauma?
Un trauma es una experiencia muy dolorosa a la que no puedes darle sentido, ni entenderla y procesar las emociones que se desprenden de la misma adecuadamente. Sobrepasa tu capacidad de asimilación.
Por ejemplo, un tipo de trauma muy común es el acoso escolar infantil. Genera un sentimiento de vergüenza sobre uno mismo tan grande que siendo pequeños somos incapaces de asimilar. Lo único que podemos contarnos a nosotros mismos como niños en ese momento es que somos raros. Y llevaremos esa etiqueta toda la vida. Cuando seamos adultos nos costará relacionarnos con los demás porque sentiremos mucha vergüenza y miedo al rechazo.
Los síntomas del trauma son: pocos recuerdos o negativos, apatía, culpa, vergüenza extrema hacia uno mismo, montaña rusa emocional, lagunas de memoria, timidez extrema, falta de concentración, cansancio, insomnio, obsesiones, muerte, hipocondría, no parar de hacer actividades, migrañas, fibromialgia, dolores musculares, sensación de alerta constante, etc.
Los traumas son como heridas que no se desinfectan. Si no se atienden se quedan como heridas abiertas supurando pus de forma constante. Y cualquier evento presente podrá reabrir fácilmente la herida. Te generan baja autoestima y automaltrato, sobre todo el trauma oculto, que te hace sentir mala persona. Los traumas sólo se pueden sanar con psicoterapia.
¿El trauma solo aparece tras un suceso puntual o repentino, como un accidente de coche o la muerte súbita de un ser querido, o también puede aparecer a partir de vivencias que duran semanas o meses?
Los traumas por exceso se dividen en T grandes (traumas en los que se pone en peligro la propia vida) y t pequeñas (traumas que tienen que ver con los vínculos y el apego); otro tipo de traumas son los traumas por defecto, que en su mayoría son t pequeñas. Tanto T grandes como t pequeñas tienen efectos devastadores en la persona.
En cuanto a los traumas por exceso T grandes tenemos los atentados, terremotos, accidentes de coche o avión, maltrato físico y/o psicológico, abuso sexual, etc. En cuanto a los traumas por exceso T pequeña tenemos los golpes, gritos, miradas de odio, acoso escolar, ser testigo de violencia doméstica, divorcio, depresión en los padres, fallecimientos, pérdidas, ruptura de parejas, abuso sexual (también es una t pequeña), etc.
Por último, las t pequeñas de los traumas por defecto tienen que ver con ignorar las emociones del niño o el adulto; y las T grandes con no atender las necesidades físicas de hambre o de cuidado del niño. Dentro de este tipo de traumas por exceso destaca el trauma oculto, que es un trauma por defecto en el que los estímulos internos del niño (emociones y necesidades físicas) no son atendidas por su cuidador provocando en el mismo una desregulación emocional. En casos graves engloba a un cuidador que juega con la ira, retirada del afecto, hacer sentir culpa, chantaje emocional, silencios, etc.
También existen los traumas preverbales, que son traumas ocurridos en la infancia más temprana en los que hay emociones como la soledad y el miedo pero sin recuerdos asociados y provocan síntomas más somáticos o corporales como hipocondrías, fibromialgia, ataques de pánico...
El trauma por traición es un trauma en el que se pierde la confianza en personas u organismos que supuestamente debieron proteger a la persona. Ejemplos de ello son los abusos sexuales en los que hay un silencio posterior que se produce cuando se denuncia la situación. O cuando una mujer maltratada siente el abandono por parte de los organismos encargados de defenderla cuando pide ayuda. O cuando una persona con trastorno de la alimentación sufre ingresos hospitalarios muy dolorosos (sonda para comer, poco cuidado por parte del personal sanitario, etc.).
Así pues, también hay traumas que engloban vivencias que duran semanas o meses, como las t pequeñas que se viven dentro de la familia y en el colegio. O, por ejemplo, cuando una persona se somete a mobbing laboral durante mucho tiempo. Esto también podría desembocar en un trauma relacional o t pequeña.
¿Los traumas que se originan en una experiencia traumática de la infancia son más severos que los que surgen en etapas posteriores de la vida?
Rotundamente sí. El cerebro del niño está mucho menos maduro y por tanto menos preparado para asimilar el impacto emocional de una experiencia dolorosa o traumática. Afortunadamente gracias a la psicoterapia estos traumas pueden sanarse.
Como psicólogo, ¿cuáles son los tipos de trauma más frecuentes con los que te has encontrado ateniendo personas?
Sobre todo, traumas relacionales en la infancia y en la escuela. Familias altamente críticas, familias maltratantes, familias negligentes, acoso escolar… También traumas relacionales que tienen que ver con el maltrato en la pareja son muy comunes, y no siempre está tan claro saber que nos maltratan.
Pero también otros tipos de trauma menos evidentes, como padres que juzgan a sus hijos de una forma mucho más sutil. Por ejemplo, la típica pregunta de: ¿por qué no has sacado un 10 en vez de un 8? Repetida en el tiempo puede generar un trauma relacional en el niño porque, sin darnos cuenta y con toda nuestra buena intención como padres, estamos instalándome un sentimiento de presión constante, una creencia nuclear de nada es suficiente y una vergüenza tóxica sobre sí mismo bastante grande. Por no hablar de que asociará su autoestima al éxito en lo laboral.
Ya podemos imaginarnos qué ocurrirá cuando sea adulto y tenga que poner límites a un jefe muy demandante. Pues que le ocasionará estrés laboral, depresión, ansiedad… y una reactivación del trauma infantil. Es como si se repitiese el mismo escenario infantil. Ya no es mi madre la que me exige pero es mi jefe. Y en ese momento, como tengo trauma infantil de maltrato (porque esto lo es), no puedo diferenciar. Sigo viendo a mi madre. Sigo siendo niño y contándome que no es suficiente y no puedo rechistar. Sólo puedo ponerme triste, tener estrés y seguir trabajando duro hasta que mi cuerpo explote con los síntomas ansioso-depresivos. O incluso con el suicido en casos más graves.
Lo mismo pasa en otros casos diferentes como la dependencia emocional. Me la encuentro muchísimo en adultos que no están a gusto con sus parejas, pero tienen mucho miedo al abandono, a la soledad, o piensan que son defectuosos… Entonces siguen permaneciendo en relaciones de maltrato, como ya ocurría en su infancia. Analizar la infancia y la familia siempre es fundamental.
A grandes rasgos, ¿cuáles son las etapas del tratamiento psicológico de un trauma?
Primero tenemos que identificarlo. Lo segundo es aceptarlo. Aceptar que tengo una herida emocional es más difícil de lo que parece, siempre me encuentro con muchas resistencias. Lo último es trabajarlo en psicoterapia. En este caso la técnica EMDR puede ser muy útil para reprocesar y sanar el trauma.
¿Cuáles son las técnicas terapéuticas más usadas ante esta clase de alteraciones psicológicas?
Primero las técnicas de estabilización, que nos ayuden a trabajar sobre los síntomas del trauma, que suelen ser emociones muy desagradables. Desde técnicas que engloban la respiración diafragmática, hasta técnicas más sofisticadas como el diálogo interno positivo, focusing, visualizaciones, lugar seguro, técnicas de relajación muscular, etc.
Posteriormente, una vez que el paciente tiene herramientas para regular sus emociones, trabajamos sobre todo con la técnica EMDR o con exposición a las emociones enquistadas de los recuerdos dolorosos.
¿En qué momento se sabe que la persona ha superado un trauma tras acudir a psicoterapia durante varias sesiones?
Cuando sus síntomas disminuyen hasta desaparecer. La persona siente internamente que su autoestima ha crecido, se habla a sí misma con mucha más amabilidad... No siente las emociones con tanta intensidad. Se siente empoderada, que puede poner más límites y no siente tanto miedo al rechazo de los demás.
Y en cuanto a los recuerdos traumáticos, lo más importante es que se ven desde la distancia. Como una cicatriz de una herida que ya dejó de doler. Se deja atrás el pasado y se siente que uno ya puede tolerar lo positivo y disfrutar de su presente.