Las 4 diferencias entre moral, inmoral y amoral
La ética y la moralidad son dos de los componentes más importantes de la vida humana. El hecho de vivir en sociedad hace que creemos normas acerca de lo que está bien y está mal, lo bueno y lo malo, para regir nuestras propias vidas e intentar que las personas que nos rodean sigan las mismas reglas de juego.
Sin embargo, en este aspecto es fácil confundirse con los conceptos relacionados con nuestra manera de entender el bien y el mal, dado que estos son conceptos muy abstractos. Por eso, a continuación veremos en qué consisten las diferencias entre moral, amoral e inmoral, elementos vinculados entre sí que nos hablan acerca del grado en el que ciertos comportamientos son deseables o no.
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Diferencias entre moral, amoral e inmoral
Si bien a veces una escala de valores éticos fuertemente implantada o una serie de dogmas religiosos hacen que casi todas las personas de una comunidad tengan una concepción similar de lo que es bueno y de lo que es malo, siempre hay excepciones. Por ejemplo, cuando alguien guía su vida a partir de unos valores muy distintos a los que siguen el resto, es fácil que se lo tache de inmoral o de amoral de manera indistinta y, por consiguiente, muchas veces de forma incorrecta.
Para aclarar esto, es bueno que en un primer momento definamos qué entendemos por moral, inmoral y amoral y a continuación ahondemos en sus diferencias.
La moral es el conjunto de reglas que establecen lo que está bien y lo que está mal, no en un sentido estético ni funcional, sino en uno ético. Por ejemplo, en la sociedad occidental se da por supuesto que matar niños siempre está mal, y que ayudar a las personas desfavorecidas procurándoles bienes de primera necesidad está bien.
Por otro lado lo inmoral es, en definitiva, aquello que va en contra de lo moral, mientras que lo amoral es aquello que está al margen de esta.
Pasemos ahora a ver las diferencias que hay entre estos conceptos.
1. La moral y lo inmoral pueden ser relativos, lo amoral no
En filosofía y en todos los campos de conocimiento que cuelgan de este ámbito se discute mucho acerca de si las reglas propias de la moralidad son relativas o si son universales (y aún se discutía más acerca de esto en el pasado). Es decir, que es posible que las reglas morales y lo que constituye una violación de la idea del bien no exista como una entidad separada de nuestras expectativas y construcciones sociales en general, del mismo modo en el que el dinero solo existe porque así lo hemos acordado.
Lo amoral, en cambio, no puede ser relativo, porque por definición es lo que queda cuando no hay moralidad.
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2. La moral y lo inmoral dependen del pensamiento abstracto
Para crear unas normas de comportamiento es necesario tener la capacidad de pensar de manera abstracta, es decir, pensar en conceptos que agrupan características y propiedades que no pueden ser aisladas en la naturaleza (del modo en el que una hortaliza puede ser aislada del resto del huerto).
Por ejemplo, la agresividad no es algo tangible, pero puede ser encontrada en el comportamiento de muchos animales o, si utilizamos un grado mayor de abstracción, incluso en algunos fenómenos climáticos, paisajes, obras de arte, etc.
Lo amoral, en cambio, existe independientemente de si hay una manera de pensar basada en lo abstracto y en la semántica, porque es la opción que se da “por defecto” en la naturaleza. En un planeta habitado únicamente por seres incapaces de utilizar el lenguaje y de crear normas de comportamiento, la amoralidad.
3. La amoralidad no tiene utilidad, las otras dos, sí
Tal y como hemos visto, lo amoral existe sin la necesidad de que aparezcan en escena mentes con la capacidad de pensamiento abstracto. Por eso, no persigue ninguna finalidad, del mismo modo del que las olas del mar no están ahí porque sean de utilidad a alguien.
La moral y lo inmoral sí existen porque cumplen una función. En concreto, actúan como un pegamento que cohesiona a la sociedad, permitiendo que existan redes de relaciones entre individuos.
4. Lo moral es deseable, lo inmoral y lo amoral, no
La moral casi siempre es construida por parte de más de un individuo, y lo mismo pasa con lo inmoral. Esto hace que la moral sea siempre referida como aquello a lo que hay que aspirar; a fin de cuentas, gracias a que hay gente que la respeta, la sociedad existe como tal. Del mismo modo, lo inmoral y lo amoral, al ser elementos que no son morales a pesar de pertenecer al mismo ámbito de conocimiento (la definición de lo que es bueno y es malo) son concebidos como lo no deseable, aquello que hay que evitar.
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5. Lo moral y lo inmoral se definen mutuamente
En las reglas morales está implícito aquello que es inmoral. Por ejemplo, si según una religión se dice que comer carne de pavo junto a productos lácteos está prohibido, lo moral es no mezclar estos alimentos, mientras que lo inmoral es hacerlo.
Lo amoral, en cambio, no pertenece al dominio de la moralidad, y por eso no hay nada en esto último que nos diga lo que es amoral. Un ser vivo puede evitar comer carne de pavo junto a productos lácteos por exigencias de su biología, sin seguir reglas morales.