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13 claves para saber si tu hijo fuma marihuana


El uso de cannabis de forma recreativa se ha expandido con el paso de los años, especialmente entre los jóvenes. Considerada socialmente una droga blanda con pocos efectos secundarios, en muchas ocasiones es consumido por adolescentes de incluso 12 o 13 años de edad.

Estamos ante una población en proceso de crecimiento, suponiendo el consumo un peligro mayor de lo habitual al poder afectar al proceso de desarrollo. Es por ello que muchos padres están preocupados porque sus hijos puedan fumar o consumir esta y otras sustancias. A lo largo de este artículo te presentamos un total de 13 claves para saber si tu hijo o hija fuma marihuana.

El cannabis y la marihuana: ¿qué son?

El cannabis es un psicodisléptico, sustancia psicoactiva que produce una modificación en el nivel de activación y el funcionamiento del cerebro. Esta sustancia proviene de la planta del cannabis, que tiene distintas variantes, como la indica, la sativa o la ruderalis.

Cuando el elemento a consumir son las hojas y tallo de la planta únicamente troceados, estamos hablando de marihuana.

Los efectos de esta sustancia son en un principio euforizante para posteriormente pasar a dejar un estado de relajación y analgesia, con un cierto efecto sedante. Otro de sus efectos es que facilita el hambre a la vez que controla el vómito. También es eficaz como anticonvulsivo.

Debido a estos efectos, la marihuana puede ser aplicada de manera terapéutica en múltiples trastornos. También es usada de manera recreativa para deshinibirse y disminuir la tensión y la ansiedad. Sin embargo, su consumo puede tener, especialmente si es continuado a lo largo del tiempo y con gran frecuencia, efectos nocivos. Puede causar alteraciones de conciencia, pérdida de concentración y memoria y bajada del rendimiento, así como síntomas depresivos e incluso el llamado síndrome amotivacional. Asimismo, puede provocar alteraciones perceptivas como alucinaciones e incluso provocar brotes psicóticos.

Los jóvenes y adolescentes, aún no del todo desarrollados, tienen un riesgo mucho mayor, pues además de los efectos en sí de la sustancia (que ya de por si son mayores debido a su mayor susceptibilidad a neurotransmisores como la dopamina) pueden ver alterado su proceso de desarrollo.

Indicios del consumo de marihuana

A continuación puedes ver una serie de señales que pueden servir de indicio de que alguien está consumiendo marihuana. Es importante tener en cuenta que solo estamos hablando de indicios, no siendo aspectos que impliquen necesariamente que la persona está consumiendo esta sustancia. Algunos de ellos aparecen mientras duran los efectos del consumo, mientras que otras aparecen a posterioridad o tras un consumo prolongado.

1. Mirada perdida

El cannabis es una sustancia con efectos psicoactivos. Si bien inicialmente pueden generar cierta sensación de euforia, por lo general terminan produciendo un estado de relajación y tranquilidad. Por este motivo no es raro que quienes la consumen tiendan a ensimismarse, manteniendo una mirada perdida.

2. Enrojecimiento de ojos

La conjuntivitis, el enrojecimiento de ojos y una mirada más brillante y humedecida de la habitual son también posibles indicios del consumo de marihuana u otras sustancias. También es frecuente una cierta midriasis o dilatación pupilar.

3. Desinhibición

La marihuana suele consumirse debido a las efectos de euforia inicial y posterior relajación a los que induce. Por lo general, también suelen provocar cierta desinhibición, restringiendo la conducta en menor medida de lo habitual y permitiendo una mayor manifestación y expresión a nivel conductual y social.

4. Apetito desmesurado

Uno de los efectos del cannabis es el aumento del apetito y la sensación de hambre, motivo por el que incluso se ha utilizado a nivel medicinal en trastornos que cursan con pérdida de peso.

En este sentido es posible observar que el consumidor habitual de marihuana tienen más hambre de lo habitual. Es frecuente también que busquen alimentos dulces y más calóricos, no siendo raro que presenten aumentos de peso.

5. Problemas de concentración y memoria reciente

La memoria y el aprendizaje se ven influenciados por el consumo de cannabis. Concretamente, no es infrecuente que haya problemas de memoria reciente, con cierta dificultad para concentrarse y recordar los sucesos temporalmente cercanos en el tiempo. Este efecto suele observarse a largo plazo.

6. Insomnio

Si bien puede parecer paradójico debido al estado de relajación que provoca, consumir marihuana puede generar diferentes problemas de sueño una vez acabados sus efectos. Los más frecuentes son las dificultades de conciliación del sueño o los despertares nocturnos.

7. Uso incienso y chicles más frecuente de lo habitual

La marihuana tiene un olor característico fácilmente detectable tanto en el momento en el que se consume como en el aliento de quien lo hace. El uso de inciensos fuertes o chicles de una forma excesiva puede ser un indicio de que se está intentando camuflar el olor.

8. Estado de ánimo expansivo

El cannabis, especialmente en la versión proveniente de la planta cannabis sativa, es una sustancia psicoactiva que provoca inicialmente reacciones de euforia para posteriormente tener un efecto relajante.

Es frecuente percibir cierto nivel de desinhibición, risas descontroladas y elevación del tono de voz mientras duran los efectos.

9. Disminución de la atención

El estado de ánimo y el efecto relajante e incluso narcótico que induce el consumo de marihuana provoca que disminuya el nivel de atención. Esto no ocurre solo mientras duran los efectos, sino que también a largo plazo puede reducirse la capacidad atencional.

10. Tos y problemas respiratorios

Una de las formas más habituales de consumo es la fumada, a través de cigarrillos. Como tal, ello supone el mantenimiento de humo dentro de los pulmones y garganta, lo que al igual que ocurre con el tabaco puede provocar irritaciones y causar tos e incluso problemas respiratorios.

11. Descoordinación a nivel motriz

Resulta habitual que la marihuana provoque un cierto nivel de descoordinación entre mente y cuerpo, reduciéndose además la capacidad de reacción a los estímulos.

12. Uso de objetos como pipas, grinder, papel de liar o boquillas.

El consumo de marihuana no implica necesariamente el uso de instrumental específico para ello, pero determinados objetos y elementos pueden ser utilizados frecuentemente.

Dado que suele consumirse en forma de cigarrillos, el papel de liar y las boquillas suelen ser necesarios, así como el uso de diferentes tipos de pipas. Algo más específico es el grinder, elemento de dos piezas que se utiliza para triturar los cogollos de marihuana sin romper componentes como la resina, con mayor poder psicoactivo.

13. Paranoia o alucinaciones

Si bien no es tan frecuente, el consumo de marihuana puede provocar cambios en la percepción e incluso generar alucinaciones y delirios, pudiendo incluso despertar brotes psicóticos.

Ello se da especialmente con la marihuana derivada de la planta cannabis sativa o con los diferentes híbridos de esta con otras variantes.

¿Fuma porros mi hijo?

Teniendo en cuenta todas las pistas e indicios que hemos ido nombrando, te será más fácil detectar si tu hijo fuma porros. En caso de que llegues a la conclusión de que efectivamente tiene esta adicción, conserva la calma y consulta a un psicoterapeuta especializado en adolescentes.