Tópicos Comunicación Pareja Terapia

¿Cómo funciona la terapia de pareja ante los problemas de comunicación?


La buena comunicación en la pareja puede constituir un elemento verdaderamente terapéutico en sí mismo. Lograr esta comunicación depende de múltiples factores, aspectos que se pueden ir cultivando día a día durante la convivencia de la pareja y a los que se basa la terapia de pareja.

La mejor manera de evitar los conflictos en las relaciones de pareja, o que estos vayan a peor, es tener una comunicación asentada en la confianza, la sinceridad y el respeto mutuo, aspectos que, junto otros, son potenciados en las clínicas y gabinetes de psicología a través de técnicas de terapia de pareja ante los problemas de comunicación. Veámoslos más a fondo.

Así son las técnicas de terapia de pareja aplicadas a los problemas de comunicación

Está muy arraigada la idea de que la comunicación de pareja implica hablar las cosas y contárselo todo al otro. En parte, esto es cierto, pero hay muchas más variables a tener en cuenta. No solo importa lo que se dice, sino también cómo se dice y cómo se escucha.

La comunicación no son solo palabras, sino también gestos, tonos, lenguaje corporal, emotividad… Son muchos los aspectos que definen la comunicación y que puede ser tanto un punto fuerte como uno débil de la relación.

Cada pareja es única. No hay dos parejas que sean iguales, pero las claves para una buena comunicación y resolución de los problemas asociados son constantes: ser directo, abierto y honesto cuando se trata de nuestros sentimientos y cómo nos sentimos con el rumbo que ha tomado la relación. No decir lo que sentimos, guardándonos nuestro malestar y disconformidad hacia cosas que dice o hace nuestra pareja, lo único que generará es confusión y resentimiento. Por esto es tan importante cuidar la comunicación en una relación de pareja.

En la terapia de pareja se intenta fomentar las siguientes estrategias de la relación, las cuales se pueden usar como técnicas o estrategias eficaces ante los problemas de comunicación.

1. Fomentar el reconocimiento y la gratitud

Es fundamental para establecer una mejor comunicación de pareja y evitar problemas relacionados ser agradecido, reconocer lo mucho que hace el otro por nosotros y valorar sus fortalezas. En muchas ocasiones, nos olvidamos que con su presencia, nuestra pareja nos está aportando muchas cosas en nuestra vida y nos apoya. Que esté en nuestra vida marca la diferencia.

Reconocer esto y hacérselo saber al otro hará que el otro se sienta reconocido y valorado, siendo más propenso de abrirse emocionalmente cuando así lo requiera la situación. Una persona habla más abiertamente de lo que le preocupa y de lo que siente cuando percibe que su pareja le agradece estar ahí.

2. Mejorar la empatía

Un aspecto clave en toda relación humana: tener empatía. Ponerse en el lugar del otro, tratando de comprender su punto de vista, sus sentimientos y su situación ayudará a que, cuando tengamos que debatir sobre cualquier tema o negociar asuntos importantes, no caigamos en la lucha de poder propia de muchas relaciones. Este es uno de los aspectos más trabajados en terapia de pareja, y ayuda mucho a resolver los problemas por falta de comunicación.

Con lucha de poder nos referimos a la situación tan común en las parejas en la que los dos tratan de imponerse sobre el otro, sin escucharle. Lo único que se pretende con ellas es conseguir tener la razón, no resolver el problema de base y, como los dos quieren tener la razón, las discusiones se vuelven eternas y se eleva cada vez más el tono de voz, sin llegar a un punto en común.

El problema es que, cuando se discute en la pareja, no pierde uno, sino los dos. Empatizar con la pareja significa escucharla, ponerse en su piel. Naturalmente que podemos expresar nuestra opinión, necesidades y sentimientos, pero esto debe hacerse teniendo en cuenta qué siente el otro y con el objetivo de llegar a un punto en común. No pretendamos ganar la batalla consiguiendo la “razón”, pues al fin y al cabo eso no deja de ser muy subjetivo.

Técnicas de terapia de pareja ante los problemas de comunicación

3. Entrenamiento en la gestión del lenguaje corporal

La comunicación no son solo palabras. El lenguaje corporal es una realidad, una forma de comunicación no verbal que influye mucho en la información que se recibe y cómo se recibe. Saber transmitir con una mirada, una sonrisa o un guiño cómo nos sentimos puede jugar a nuestro favor a la hora de evitar discusiones.

No se deben descuidar las expresiones de afecto como las caricias, los besos y los mimos, armas del amor que nos ayudan a mantener el enamoramiento. La neurociencia lo confirma: el tacto humano hace que se liberen hormonas como la oxitocina, la serotonina y la dopamina, que favorecen el bienestar. Estando de buen humor se es más propenso a debatir sin discutir ni enfadarse.

4. Potenciación de la asertividad

No podemos esperar que nuestra pareja adivine nuestras necesidades. Esperar eso solo lleva a malos entendidos y discusiones, conflictos que suelen ser el día a día de los terapeutas de pareja. Tampoco debemos silenciar lo que nos ha hecho daño o molestado, pues despierta la desconfianza y la impotencia de la pareja. El silencio castigador no sirve para solucionar los problemas de pareja, sino más bien los empeora.

En la mayoría de ocasiones, los problemas de comunicación se solucionan hablando. La mejor forma de resolverlos y prevenirlos es saber reconocer y expresar las emociones propias al otro, siempre desde el respeto y no recurriendo a los reproches o exigencias. Con esto conseguiremos crear un ambiente de confianza que facilitará enormemente la comunicación de cualquier aspecto a comentar.

Además, nuestra pareja sabrá cómo nos sentimos y qué pensamos, evitándose así malentendidos. Es fundamental expresar lo que nos ocurre sin ofender al otro pues, de no ser así, es fácil que el problema quede enquistado, congelado hasta que vuelva a aparecer una situación que lo saque a la luz.

5. Enseñar a elegir el momento y canal adecuado

Para garantizar una comunicación efectiva, es muy importante saber escoger el momento idóneo para hablar de según qué temas. Pongámoslo en perspectiva: ¿verdad que no le pediríamos un aumento de sueldo a nuestro jefe un día que lo encontramos comprando en el supermercado? Es evidente que no, por varias razones: demasiado ruido, poca intimidad, falta de formalidad…

Esto mismo aplicado al mundo de la pareja: hay cosas que es mejor contarlas en un lugar privado e íntimo, con tranquilidad y sabiendo muy bien qué decir. Si necesitamos hablar con nuestra pareja de algo que creemos que es importante o sensible, no se puede hacer con prisas ni en un lugar donde haya ruido e interrupciones.

Debemos ir con cuidado con cómo iniciamos la conversación. La frase típica de “tenemos que hablar” es muy, pero que muy poco recomendable, especialmente si no concretamos de qué. Nada más oír esas palabras de nuestros labios nuestra pareja se monta sus paranoias, le genera incertidumbre, temor y anticipaciones de todo tipo, pero mala en su mayoría. Es recomendable decirle de qué con claridad, para que sepa a qué atenerse.

Y, por supuesto, vigilar el canal: este tipo de conversación no es nada adecuada mantenerla por teléfono, mucho menos por Whatsapp. Las cosas importantes se deben saber decir en persona.

6. No usar palabras extremas

Un mensaje puede ser dicho de formas muy diferentes, tantas que según cómo lo digamos cambia su contenido sin quererlo. Según la manera en que nos expresamos el contenido alcanza al destinatario siendo interpretado de una u otra forma. No debemos usar expresiones categóricas o palabras extremas a la hora de hablar sobre lo que opinamos de nuestra pareja.

Si hablamos desde el juicio de valor contra nuestra pareja, usando palabras como “siempre haces esto…” o “nunca haces lo otro”, desde la exigencia, la queja o la crítica, será inevitable que el otro se cierre en banda y se ponga a la defensiva, dispuesto al ataque.

En terapia de pareja se enseña a los pacientes a transformar las quejas y críticas hacia su novio/a o esposo/a en mensajes más fáciles de escuchar, desde el deseo, la propuesta y la petición. Suavizan el mensaje pero sin sacrificar el contenido del mismo. Por ejemplo, en vez de decir:

“Nunca ayudas con las tareas del hogar, eres un vago”.

Se puede decir:

“Me satisface mucho cuando colaboras en casa, me ayuda a sentirme más libre y mejor organizada”

Otro ejemplo, en vez de:

“Siempre me recriminas que llego tarde a casa, pesada”.

Transformarlo en:

“Sé que te preocupas cuando tardo un poco de volver de trabajar, es algo que tengo en cuenta y te avisaré cuando vaya a volver a pasar”.