Los hombres no se sienten cómodos con mujeres ambiciosas
Las relaciones sociales son tan complejas y complicadas que no es de extrañar que sean el centro de atención de muchos estudios. En este caso, me gustaría comentar un par de recientes trabajos que se enfocan en uno de los factores psicológicos que entran en juego en las relaciones de pareja entre hombre y mujer.
Al parecer, los hombres se sienten incómodos cuando están con mujeres más ambiciosas y que tienen más “éxito” (laboral o social) que ellos.
La penalización romántica
La “penalización romántica” que sufren las mujeres ambiciosas no es un tema nuevo. Existen bastantes estudios relacionados con ella, aunque estos dos nuevos trabajos refuerzan este concepto.
El primero, realizado en Estados Unidos, muestra cómo la mujeres solteras reducen sus ambiciones en público, mientras que el segundo, llevado a cabo en Suecia, revela una consecuencia real de las ambiciones en los matrimonios: el incremento de los divorcios.
Las mujeres solteras esconden sus ambiciones
El estudio realizado por Leonardo Bursztyn, Thomas Fujiwara y Amanda Pallais, tres economistas estadounidenses, consistió en primer lugar en ofrecer un cuestionario a rellenar a un grupo de nuevos estudiantes para un Máster Universitario de Dirección de Empresas (MBA), como parte de su iniciación en él.
El cuestionario contenía preguntas sobre las preferencias laborales y rasgos de la personalidad que se debe tener para dirigir una empresa. Pero había dos tipos de cuestionario que solo diferían en el uso de una sola frase: en unos casos se indicaba que los resultados eran totalmente anónimos; y en otros que se iban a hacer públicas las respuestas y que había que indicar el nombre.
Escondiendo la ambición
Los resultados no se hicieron esperar. Cuando se miraba las respuestas privadas entre mujeres solteras y comprometidas y hombres, no había diferencias significativas. Pero la cosa no era igual en las públicas.
Mientras que las mujeres con pareja y los hombres mantenían las misma respuesta que las anteriores, en las mujeres solteras aparecía un patrón de respuestas totalmente diferente y siempre por debajo en la escala de ambición. En la pregunta sobre el salario deseado a recibir, por ejemplo, se redujo la cantidad hasta 18.000$ anuales menos respecto a la respuesta en privado. La disposición a viajar también se vio afectada (7 días menos al mes); y lo mismo ocurría con las horas de trabajo semanales deseadas: 4 horas menos a la semana.
Así, en las respuestas de las mujeres solteras que eran reveladas al resto de la clase se notaba una reducción de las ambiciones profesionales y del liderazgo expresadas. Los autores concluyeron que estas mujeres no quieren aparentar ser ambiciosas por la “mala imagen” que esto produce en la búsqueda de pareja. Como indica uno de sus autores: “las mujeres solteras evitan acciones que podrían ayudarlas en su carrera cuando tienen consecuencias negativas en el “mercado matrimonial””.
El éxito de la mujer asociado al divorcio
El segundo trabajo fue realizado por la pareja Olle Folke y Johanna Rickne, en Suecia. Este estudio muestra cómo la progresión en la carrera profesional en mujeres afecta negativamente a su matrimonio, a diferencia de si se trata de un hombre.
Esta investigación fue posible gracias a que el gobierno sueco presenta un amplio registro de información de sus habitantes (para alegría de los sociólogos). De hecho, se centraron en un sector donde las ambiciones son muy claras: en parejas de matrimonios de aspirantes a parlamentarios o parlamentarias.
Entre los políticos de este país se ve una alta tasa de divorcio. El número de estos antes de unas elecciones es similar entre los futuros “perdedores” y “ganadores”, pero cambia drásticamente después de ellas, con un aumento de casi el doble entre los ganadores. Pero esta se ve más acentuada si se quien gana es una mujer.
Hay varios factores relevantes en este fenómeno, como por ejemplo las diferencias de edad, pero de una forma general, se puede apreciar que cuando la mujer obtiene una promoción con aumento de sueldo (en este caso, asociado además a un puesto de poder político), la tasa de divorcio es significativamente mayor que si fuese el hombre quien hubiera obtenido el puesto. Esto también se ha visto en promociones dentro de empresas privadas, aunque en ocasiones cuesta discernir cuándo un ascenso en una empresa es positivo o negativo, no siempre conlleva a tener mejores condiciones.
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Vida nueva… en todos los sentidos
La conclusión a la que llegaron los autores es que cuando la mujer tiene un repentino éxito laboral pone en riesgo su matrimonio si el hombre siempre ha sido la fuerza dominante en los ingresos del hogar. Para reafirmarse en ello, hicieron hincapié en que se ve un mayor número de divorcios en los casos que la mujer pasa a ser la fuerza principal de ingresos en el hogar por encima del marido.
Por supuesto, tampoco se puede extrapolar estos resultados alegremente a países que no son Suecia, ya que la cultura y las tradiciones son diferentes en cada país. Aún así cabe preguntarse hasta qué punto es probable que en otros lugares los roles de género femeninos sean menos constrictivos que en Suecia.
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